C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20250530-46)
Declaración bien interés cultural – Decreto 34/2025, de 28 de mayo, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento de la villa romana “La Torrecilla”, en Perales del Río, Getafe (Madrid)
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BOCM
VIERNES 30 DE MAYO DE 2025
B.O.C.M. Núm. 128
lla. Como hitos de esta campaña se pude señalar la ampliación de la extensión de la villa de
1.300 m² a 4.200 m², así como la localización de cultura material que informa sobre la extensión del yacimiento, y señalización de otros sectores con restos arqueológicos lindantes
a éste. También se recuperaron nuevos restos en la necrópolis de "El Jardinillo". En la zona
este se localizó una área de labor sin restos de cultura material; más al noreste se hallaron
un sillar de granito y un fragmento de molino de mano; al sur de la villa donde se halla el
yacimiento Arqueta Culebro, catalogado como yacimiento paleontológico, se encuentran
restos de cerámica de la Edad del Bronce, posiblemente pertenecientes a Cogotas I; en todo
el perímetro de la villa y necrópolis se hayan fragmentos de molino de granito y cerámica
ibérica y romana, destacando fragmentos de Terra Sigillata Hipanica Drag 37.
3. Descripción del bien inmueble
3.1. Villa romana “La Torrecilla”: las campañas de excavación arqueológica y las
prospecciones geofísicas descritas han permitido localizar la pars urbana o zona residencial
de la villa romana. Las estructuras del edificio corresponden al tipo de villa articulada en
torno a un peristylum rectangular (24,75 x 18,25 metros), rodeado por una galería porticada o ambulacrum que centralizaría la distribución de la villa, que cuenta con un total de
1.600 a 2.000 m² y que mide aproximadamente 45 metros este/oeste y 40 metros norte/sur.
Este esquema tiende a formar un bloque compacto aglutinando alas anexas a los corredores, donde el vestibulum marca la frontera entre el exterior y el microcosmos de la casa. La
villa de peristilo organizada en torno a un patio central es la más frecuente en el Mediterráneo oriental siendo ésta uno de los pocos ejemplos conservados en la región madrileña. La
entrada principal se encontraría al norte, en eje con la sala absidial. Se han identificado tres
reformas definidas por el color de los suelos que suponen reparaciones y modificaciones a
la planta principal.
La fase I o de suelos blancos tiene la cronología más antigua y se fecha a partir del siglo
III d. C., coincidiendo con su auge económico. La construcción se diseña ya desde el origen
como un tipo de vivienda de corte mediterráneo en torno a un peristilo o jardín porticado
simétrico. Se caracteriza por una superficie blanca, el mortero de arena y cal, que corresponde con la capa de preparación del suelo de uso. A este período le corresponden seis estancias al sur y otra al este, todas ellas abierta a un pasillo. La zona norte es rematada por
un espacio absidiado hacia el interior del patio, una pequeña exedra peraltada de cabecera
semicircular de 60 centímetros de altura en aparejo de mampuestos y mortero de excelente
calidad.
La recuperación de algunas teselas muestra que algunos puntos, como el pasillo norte,
estarían cubiertos por mosaicos. Una de las salas situada al oeste está dotada con pavimento de opus signinum muy cuidado, y al este, en otra de las salas, se documentó un “suelo a
la griega”, lo que hace plantearse su función como triclinium (comedor) de invierno. A este
momento se asocia la necrópolis de cremación localizada a 700 metros al norte de la villa.
La fase II o de suelos rojos se denomina así por el uso de opus signinum. En esta fase,
fechada en el siglo IV y V d. C., la villa mantiene el modelo original con la novedad de reforzar los nuevos muros incluyendo el basamento inicial. En este momento se amortizó la
supuesta fuente absidiada y se construyó una pequeña exedra o edículo angular de muros
más livianos, reutilizando en parte el basamento antiguo, alzando sobre los laterales tres columnas y dejando libre el centro. En eje y oposición se abrió otro entrante simétrico rompiendo el muro columnado de la galería sur.
La zona más noble en este momento es la sala absidiada consistente en un salón de 6
metros de ancho por 10 de profundidad, de puerta tripartita y cabecera ultracircular que
obligó a romper la fachada trasera y reorganizar otros espacios. Importantes fueron también
los cambios en el este por la construcción del muro que cierra el peristilo. Las improntas de
sujeción de grandes contenedores o dolia en una de las salas, hace pensar que pudo cumplir
la función de cella vinaria.
Destaca la localización de restos de revestimientos decorativos de las paredes, tanto
estucos como losetas de yeso con relieves. La parte inferior de los muros estaba revestida
con simples estucados de cal de color blanco, mientras que el resto de los alzados se ornamentaron con estucos polícromos y, en zonas muy concretas, con losetas blancas decoradas con relieves.
Se hallaron abundantes restos de estucos especialmente en el entorno de la sala absidiada que, con seguridad, ornamentaron sus paredes. Aunque menos frecuentes, se recogieron también en algunas estancias fragmentos de estucos polícromos de color verde, blanco
y rojo y negro.
BOCM-20250530-46
Pág. 244
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
VIERNES 30 DE MAYO DE 2025
B.O.C.M. Núm. 128
lla. Como hitos de esta campaña se pude señalar la ampliación de la extensión de la villa de
1.300 m² a 4.200 m², así como la localización de cultura material que informa sobre la extensión del yacimiento, y señalización de otros sectores con restos arqueológicos lindantes
a éste. También se recuperaron nuevos restos en la necrópolis de "El Jardinillo". En la zona
este se localizó una área de labor sin restos de cultura material; más al noreste se hallaron
un sillar de granito y un fragmento de molino de mano; al sur de la villa donde se halla el
yacimiento Arqueta Culebro, catalogado como yacimiento paleontológico, se encuentran
restos de cerámica de la Edad del Bronce, posiblemente pertenecientes a Cogotas I; en todo
el perímetro de la villa y necrópolis se hayan fragmentos de molino de granito y cerámica
ibérica y romana, destacando fragmentos de Terra Sigillata Hipanica Drag 37.
3. Descripción del bien inmueble
3.1. Villa romana “La Torrecilla”: las campañas de excavación arqueológica y las
prospecciones geofísicas descritas han permitido localizar la pars urbana o zona residencial
de la villa romana. Las estructuras del edificio corresponden al tipo de villa articulada en
torno a un peristylum rectangular (24,75 x 18,25 metros), rodeado por una galería porticada o ambulacrum que centralizaría la distribución de la villa, que cuenta con un total de
1.600 a 2.000 m² y que mide aproximadamente 45 metros este/oeste y 40 metros norte/sur.
Este esquema tiende a formar un bloque compacto aglutinando alas anexas a los corredores, donde el vestibulum marca la frontera entre el exterior y el microcosmos de la casa. La
villa de peristilo organizada en torno a un patio central es la más frecuente en el Mediterráneo oriental siendo ésta uno de los pocos ejemplos conservados en la región madrileña. La
entrada principal se encontraría al norte, en eje con la sala absidial. Se han identificado tres
reformas definidas por el color de los suelos que suponen reparaciones y modificaciones a
la planta principal.
La fase I o de suelos blancos tiene la cronología más antigua y se fecha a partir del siglo
III d. C., coincidiendo con su auge económico. La construcción se diseña ya desde el origen
como un tipo de vivienda de corte mediterráneo en torno a un peristilo o jardín porticado
simétrico. Se caracteriza por una superficie blanca, el mortero de arena y cal, que corresponde con la capa de preparación del suelo de uso. A este período le corresponden seis estancias al sur y otra al este, todas ellas abierta a un pasillo. La zona norte es rematada por
un espacio absidiado hacia el interior del patio, una pequeña exedra peraltada de cabecera
semicircular de 60 centímetros de altura en aparejo de mampuestos y mortero de excelente
calidad.
La recuperación de algunas teselas muestra que algunos puntos, como el pasillo norte,
estarían cubiertos por mosaicos. Una de las salas situada al oeste está dotada con pavimento de opus signinum muy cuidado, y al este, en otra de las salas, se documentó un “suelo a
la griega”, lo que hace plantearse su función como triclinium (comedor) de invierno. A este
momento se asocia la necrópolis de cremación localizada a 700 metros al norte de la villa.
La fase II o de suelos rojos se denomina así por el uso de opus signinum. En esta fase,
fechada en el siglo IV y V d. C., la villa mantiene el modelo original con la novedad de reforzar los nuevos muros incluyendo el basamento inicial. En este momento se amortizó la
supuesta fuente absidiada y se construyó una pequeña exedra o edículo angular de muros
más livianos, reutilizando en parte el basamento antiguo, alzando sobre los laterales tres columnas y dejando libre el centro. En eje y oposición se abrió otro entrante simétrico rompiendo el muro columnado de la galería sur.
La zona más noble en este momento es la sala absidiada consistente en un salón de 6
metros de ancho por 10 de profundidad, de puerta tripartita y cabecera ultracircular que
obligó a romper la fachada trasera y reorganizar otros espacios. Importantes fueron también
los cambios en el este por la construcción del muro que cierra el peristilo. Las improntas de
sujeción de grandes contenedores o dolia en una de las salas, hace pensar que pudo cumplir
la función de cella vinaria.
Destaca la localización de restos de revestimientos decorativos de las paredes, tanto
estucos como losetas de yeso con relieves. La parte inferior de los muros estaba revestida
con simples estucados de cal de color blanco, mientras que el resto de los alzados se ornamentaron con estucos polícromos y, en zonas muy concretas, con losetas blancas decoradas con relieves.
Se hallaron abundantes restos de estucos especialmente en el entorno de la sala absidiada que, con seguridad, ornamentaron sus paredes. Aunque menos frecuentes, se recogieron también en algunas estancias fragmentos de estucos polícromos de color verde, blanco
y rojo y negro.
BOCM-20250530-46
Pág. 244
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID