C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20250530-46)
Declaración bien interés cultural – Decreto 34/2025, de 28 de mayo, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento de la villa romana “La Torrecilla”, en Perales del Río, Getafe (Madrid)
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B.O.C.M. Núm. 128
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
VIERNES 30 DE MAYO DE 2025
cuna, ovicáprida y porcina, además del consumo de otras especies como la gallina y el ganso.
Durante la Edad Media la zona de "La Torrecilla" se mantuvo habitada. Se encuentran
referencias desde el siglo XIII como un lugar vinculado al ganado y la trashumancia debido a la cercanía de la Cañada Real Galiana. La primera referencia literaria del topónimo de
“La Torrecilla” de Aben Crispín aparece en un documento otorgado por Fernando III en
1239, refiriéndose a él como un abrevadero comunal. En 1453, con el topónimo de “La Torrecilla” de Iván Crispín, se dicta una sentencia de Díaz Montalvo que declara pasto comunal el ejido y término del lugar, al tiempo que amojona la cañada. Este último topónimo será
el que se mantenga y aparezca en el Catastro del Marqués de la Ensenada.
La villa romana fue localizada en 1979 y desde entonces hasta el año 1987 fue objeto
de excavaciones sistemáticas por parte de María Ángeles Alonso, María Concepción Blasco y María Rosario Lucas, lo que permite tener un cuadro preciso de la secuencia evolutiva de la villa, características de las reformas y su cronología. En el año 2016 se reanudaron
los trabajos que se centraron en completar los conocimientos sobre la extensión y potencialidad del enclave, teniendo continuidad con las excavaciones anteriores.
En 1979 se lleva a cabo la primera intervención en el enclave en la que se localizan
restos de época romana que corresponden a una necrópolis de cremación a unos 700 metros
al norte de la villa y con una cronología coetánea a la misma. Destaca una fosa de incineración, así como clavos de hierro, fragmentos óseos parcialmente quemados y un vaso de
cerámica (Terra Sigillata Hispánica Drag. 27). A estos restos se añade un depósito votivo
coronando una acumulación tumular de bloques de yeso, una imbrex (teja curva), una piedra de molino fragmentada y restos cerámicos. Se localizó también un ustrinum (quemadero destinado a la incineración del difunto) con un posible foso central rodeado por muros.
Previamente, en 1975, se descubrió la necrópolis de “El Jardinillo”, a 200 metros de la
villa, excavada parcialmente por María del Carmen Priego y Salvador Quero.
En 1979 se lleva a cabo la primera intervención en el enclave en la que se localizan
restos de época romana que corresponden a una necrópolis de cremación a unos 700 metros
al norte de la villa y con una cronología coetánea a la misma. Destaca una fosa de incineración, así como clavos de hierro, fragmentos óseos parcialmente quemados y un vaso de
cerámica (Terra Sigillata Hispánica Drag. 27). A estos restos se añade un depósito votivo
coronando una acumulación tumular de bloques de yeso, una imbrex (teja curva), una piedra de molino fragmentada y restos cerámicos. Se localizó también un ustrinum (quemadero destinado a la incineración del difunto) con un posible foso central rodeado por muros.
Previamente, en 1975, se descubrió la necrópolis de “El Jardinillo”, a 200 metros de la villa, excavada parcialmente por María del Carmen Priego y Salvador Quero.
En la campaña de 1981 se amplían las zonas anteriormente excavadas, localizándose
una sala de planta rectangular y cabecera absidial semicircular pavimentada con opus signinum y en cuarto de bocel. Las paredes contaban con estucos policromados de motivos
geométricos combinados con motivos florales. A ambos lados de ésta se abrían hasta tres
estancias de planta cuadrangular. Se localizaron también evidencias de reocupaciones con
muros de peor calidad situado por encima del derrumbe, y un hoyo o silo.
En 1983 los trabajos se centraron en la sala absidiada, lo que permitió conocer con precisión las fases del desplome del edificio, se recuperaron numerosos fragmentos de estucos
policromados y se localizó un pequeño escalón que salvaba el desnivel de esta sala. Se documentaron el pasillo, estructuras murarias de mala calidad, así como dos hoyos de fases
posteriores al complejo. Se localizaron más habitaciones en el ala oriental y muro perpendicular a las cabeceras perteneciente a una reforma, y se constató la existencia de más hoyos.
Durante la campaña de 1987 se realizaron prospecciones geoeléctricas en colaboración
con el Departamento de Geología de la Universidad Complutense de Madrid. En la sala absidial se terminó de limpiar en las zonas más profundas confirmándose la existencia de un
vano que ponía en comunicación con otra sala, y se excavaron hoyos. En la zona oriental
se dejaron al descubierto tres estancias completas. En la zona este de la sala central se documentó un tramo de canalización realizado con material latericio bajo un pavimento de losetas cerámicas.
En el ángulo sureste se levanta un muro diagonal que divide las alas meridional y
oriental del pasillo, y se localizó una nueva estancia con una pila monolítica de granito.
En la campaña de 2016 los trabajos llevados a cabo por la empresa Arquex Soluciones
Integrales en Patrimonio S. L. se centraron en conocer la extensión y potencialidad del enclave. Se llevaron a cabo trabajos de limpieza, desbroce y recuperación de perfiles, excavación de los testigos de anteriores campañas, prospección intensiva del entorno, prospección
geofísica de la villa y su entorno con el objetivo de delimitar su superficie y planta, así como
la realización de tres sondeos de 10 × 3 metros ubicados en cada uno de los lados de la vi-
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BOCM-20250530-46
BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
VIERNES 30 DE MAYO DE 2025
cuna, ovicáprida y porcina, además del consumo de otras especies como la gallina y el ganso.
Durante la Edad Media la zona de "La Torrecilla" se mantuvo habitada. Se encuentran
referencias desde el siglo XIII como un lugar vinculado al ganado y la trashumancia debido a la cercanía de la Cañada Real Galiana. La primera referencia literaria del topónimo de
“La Torrecilla” de Aben Crispín aparece en un documento otorgado por Fernando III en
1239, refiriéndose a él como un abrevadero comunal. En 1453, con el topónimo de “La Torrecilla” de Iván Crispín, se dicta una sentencia de Díaz Montalvo que declara pasto comunal el ejido y término del lugar, al tiempo que amojona la cañada. Este último topónimo será
el que se mantenga y aparezca en el Catastro del Marqués de la Ensenada.
La villa romana fue localizada en 1979 y desde entonces hasta el año 1987 fue objeto
de excavaciones sistemáticas por parte de María Ángeles Alonso, María Concepción Blasco y María Rosario Lucas, lo que permite tener un cuadro preciso de la secuencia evolutiva de la villa, características de las reformas y su cronología. En el año 2016 se reanudaron
los trabajos que se centraron en completar los conocimientos sobre la extensión y potencialidad del enclave, teniendo continuidad con las excavaciones anteriores.
En 1979 se lleva a cabo la primera intervención en el enclave en la que se localizan
restos de época romana que corresponden a una necrópolis de cremación a unos 700 metros
al norte de la villa y con una cronología coetánea a la misma. Destaca una fosa de incineración, así como clavos de hierro, fragmentos óseos parcialmente quemados y un vaso de
cerámica (Terra Sigillata Hispánica Drag. 27). A estos restos se añade un depósito votivo
coronando una acumulación tumular de bloques de yeso, una imbrex (teja curva), una piedra de molino fragmentada y restos cerámicos. Se localizó también un ustrinum (quemadero destinado a la incineración del difunto) con un posible foso central rodeado por muros.
Previamente, en 1975, se descubrió la necrópolis de “El Jardinillo”, a 200 metros de la
villa, excavada parcialmente por María del Carmen Priego y Salvador Quero.
En 1979 se lleva a cabo la primera intervención en el enclave en la que se localizan
restos de época romana que corresponden a una necrópolis de cremación a unos 700 metros
al norte de la villa y con una cronología coetánea a la misma. Destaca una fosa de incineración, así como clavos de hierro, fragmentos óseos parcialmente quemados y un vaso de
cerámica (Terra Sigillata Hispánica Drag. 27). A estos restos se añade un depósito votivo
coronando una acumulación tumular de bloques de yeso, una imbrex (teja curva), una piedra de molino fragmentada y restos cerámicos. Se localizó también un ustrinum (quemadero destinado a la incineración del difunto) con un posible foso central rodeado por muros.
Previamente, en 1975, se descubrió la necrópolis de “El Jardinillo”, a 200 metros de la villa, excavada parcialmente por María del Carmen Priego y Salvador Quero.
En la campaña de 1981 se amplían las zonas anteriormente excavadas, localizándose
una sala de planta rectangular y cabecera absidial semicircular pavimentada con opus signinum y en cuarto de bocel. Las paredes contaban con estucos policromados de motivos
geométricos combinados con motivos florales. A ambos lados de ésta se abrían hasta tres
estancias de planta cuadrangular. Se localizaron también evidencias de reocupaciones con
muros de peor calidad situado por encima del derrumbe, y un hoyo o silo.
En 1983 los trabajos se centraron en la sala absidiada, lo que permitió conocer con precisión las fases del desplome del edificio, se recuperaron numerosos fragmentos de estucos
policromados y se localizó un pequeño escalón que salvaba el desnivel de esta sala. Se documentaron el pasillo, estructuras murarias de mala calidad, así como dos hoyos de fases
posteriores al complejo. Se localizaron más habitaciones en el ala oriental y muro perpendicular a las cabeceras perteneciente a una reforma, y se constató la existencia de más hoyos.
Durante la campaña de 1987 se realizaron prospecciones geoeléctricas en colaboración
con el Departamento de Geología de la Universidad Complutense de Madrid. En la sala absidial se terminó de limpiar en las zonas más profundas confirmándose la existencia de un
vano que ponía en comunicación con otra sala, y se excavaron hoyos. En la zona oriental
se dejaron al descubierto tres estancias completas. En la zona este de la sala central se documentó un tramo de canalización realizado con material latericio bajo un pavimento de losetas cerámicas.
En el ángulo sureste se levanta un muro diagonal que divide las alas meridional y
oriental del pasillo, y se localizó una nueva estancia con una pila monolítica de granito.
En la campaña de 2016 los trabajos llevados a cabo por la empresa Arquex Soluciones
Integrales en Patrimonio S. L. se centraron en conocer la extensión y potencialidad del enclave. Se llevaron a cabo trabajos de limpieza, desbroce y recuperación de perfiles, excavación de los testigos de anteriores campañas, prospección intensiva del entorno, prospección
geofísica de la villa y su entorno con el objetivo de delimitar su superficie y planta, así como
la realización de tres sondeos de 10 × 3 metros ubicados en cada uno de los lados de la vi-
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