C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20250530-46)
Declaración bien interés cultural – Decreto 34/2025, de 28 de mayo, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento de la villa romana “La Torrecilla”, en Perales del Río, Getafe (Madrid)
10 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOCM
B.O.C.M. Núm. 128
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
VIERNES 30 DE MAYO DE 2025
Pág. 245
Se recuperó también decoración parietal realizada en losetas de yeso con decoración
floral y geométrica en relieve, encontradas en la zona de tránsito al ábside donde apareció
el desplome in situ de pilastras y del arco que marcaría la comunicación entre las dos áreas
de la sala absidiada. A juzgar por la zona donde fueron encontrados estos revestimientos
debieron adornar el arco y las pilastras sustentantes que daban acceso al ábside.
Algunos de los fragmentos recuperados presentan incisiones realizadas sobre las superficies pintadas, ya secas. Se trata de grafitos en letra cursiva, no completos, y dibujos
geométricos entre los que se distingue una cadena de hexágonos oblongos de triple línea (a
modo de nido de abeja).
La necrópolis de esta fase se halla en “El Jardinillo”.
La fase III o de suelos negros corresponde al abandono o destrucción del viejo edificio para ocuparlo nuevamente como espacio productivo en los siglos V y VI d. C. Los niveles de ocupación se reducen al uso de ceniza en el sustrato de los pavimentos y a la construcción de muros o cierres de cierta solidez que afectan principalmente al área oriental. Se
construyeron además muros mal trabados a seco superpuestos a los anteriores.
En concreto, a partir del siglo V d. C. se documenta en el edificio residencial la redistribución y compartimentación de los antiguos ámbitos dando lugar a nuevas unidades espaciales, instalando un horno y abriendo silos de almacenamiento. La zona sur del edificio
se reutiliza completamente a excepción del aula de recepción que permaneció inalterada.
Durante esta fase, que abarca hasta el siglo VII d. C., la villa se abandona como residencia
señorial, pero no como estructura relacionada con la explotación agraria.
Las prospecciones geofísicas llevadas a cabo en el 2016 han demostrado la posibilidad
de que la zona residencial tenga una extensión mayor, ya que sondeos realizados en las esquinas muestran una continuación de los muros.
Hasta el momento, “La Torrecilla” es una de las villas romanas mejor conocida a nivel científico en la Comunidad de Madrid. Se trata de una villa que cuenta con varias habitaciones que, ya sea por sus dimensiones, por la presencia de formas arquitectónicas particulares o por el cuidado en la decoración, pueden ser identificadas como aulas de
representación.
Es particularmente interesante el análisis faunístico que ha permitido individualizar las
especies documentadas y reconstruir un modelo económico que combina la actividad ganadera (ovejas, cabras y vacas), el cuidado de aves de corral (gallinas y gansos) y la práctica
cinegética. El gran tamaño de los huesos de los gansos hace pensar que podría tratarse de
ejemplares sobrealimentados con el fin de obtener hígados hipertrofiados, muy apreciados
en la gastronomía romana.
3.2. Necrópolis “El Jardinillo”: la Necrópolis de “El Jardinillo”, situada a unos 200
metros de la villa, se descubrió en 1975. Se contabilizaron 16 tumbas con orientación dominante este-oeste y planta rectangular con ensanchamiento en la cabecera, siendo más estrechas en los pies. Se construyeron a partir de lajas de piedra caliza, tejas y ladrillos, cubiertas
a su vez por lajas de caliza. Se localizaron numerosos clavos que hacen pensar en la presencia de ataúdes de madera. Los ajuares son escasos destacando una hebilla y un broche de cinturón de placa rígida del siglo VI d. C. En las cercanías se localizaron dos monedas del siglo
IV d. C., un solidus de Honorio y una patena de bronce. La importancia del enclave radica
en que proporciona datos relativos a la secuencia evolutiva de la villa y la naturaleza de la
ocupación en las fases más tardías, especialmente durante los siglos VI y VII d. C.
4. Enumeración de partes integrantes
5. Enumeración de bienes muebles integrantes del patrimonio histórico que
constituyan parte esencial de su historia
Entre los bienes muebles localizados destacan, por ser los más numerosos, los cerámicos. Se han documentado piezas correspondientes a cerámica común y Terra Sigillata Hispánica. La cerámica común es de época tardía y se caracteriza por presentar decoración mediante incisiones onduladas y/o quebradas, frecuentes entre los siglos III y IV d. C. Son
cerámicas tardías que reproducen tipos tradicionales altoimperiales: ollas, cuencos carena-
BOCM-20250530-46
Se consideran partes integrantes del bien la villa romana de "La Torrecilla" con todas las
estructuras documentadas que se conservan y la necrópolis de El Jardinillo situada al sur de
la villa. También las parcelas adyacentes en las que se han localizado materiales y/o estructuras. Asimismo, quedan incluidos en el objeto de declaración los bienes o restos de la intervención humana presentes en el yacimiento susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, tanto si se encuentran en la superficie como si se encuentran en el subsuelo.
B.O.C.M. Núm. 128
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
VIERNES 30 DE MAYO DE 2025
Pág. 245
Se recuperó también decoración parietal realizada en losetas de yeso con decoración
floral y geométrica en relieve, encontradas en la zona de tránsito al ábside donde apareció
el desplome in situ de pilastras y del arco que marcaría la comunicación entre las dos áreas
de la sala absidiada. A juzgar por la zona donde fueron encontrados estos revestimientos
debieron adornar el arco y las pilastras sustentantes que daban acceso al ábside.
Algunos de los fragmentos recuperados presentan incisiones realizadas sobre las superficies pintadas, ya secas. Se trata de grafitos en letra cursiva, no completos, y dibujos
geométricos entre los que se distingue una cadena de hexágonos oblongos de triple línea (a
modo de nido de abeja).
La necrópolis de esta fase se halla en “El Jardinillo”.
La fase III o de suelos negros corresponde al abandono o destrucción del viejo edificio para ocuparlo nuevamente como espacio productivo en los siglos V y VI d. C. Los niveles de ocupación se reducen al uso de ceniza en el sustrato de los pavimentos y a la construcción de muros o cierres de cierta solidez que afectan principalmente al área oriental. Se
construyeron además muros mal trabados a seco superpuestos a los anteriores.
En concreto, a partir del siglo V d. C. se documenta en el edificio residencial la redistribución y compartimentación de los antiguos ámbitos dando lugar a nuevas unidades espaciales, instalando un horno y abriendo silos de almacenamiento. La zona sur del edificio
se reutiliza completamente a excepción del aula de recepción que permaneció inalterada.
Durante esta fase, que abarca hasta el siglo VII d. C., la villa se abandona como residencia
señorial, pero no como estructura relacionada con la explotación agraria.
Las prospecciones geofísicas llevadas a cabo en el 2016 han demostrado la posibilidad
de que la zona residencial tenga una extensión mayor, ya que sondeos realizados en las esquinas muestran una continuación de los muros.
Hasta el momento, “La Torrecilla” es una de las villas romanas mejor conocida a nivel científico en la Comunidad de Madrid. Se trata de una villa que cuenta con varias habitaciones que, ya sea por sus dimensiones, por la presencia de formas arquitectónicas particulares o por el cuidado en la decoración, pueden ser identificadas como aulas de
representación.
Es particularmente interesante el análisis faunístico que ha permitido individualizar las
especies documentadas y reconstruir un modelo económico que combina la actividad ganadera (ovejas, cabras y vacas), el cuidado de aves de corral (gallinas y gansos) y la práctica
cinegética. El gran tamaño de los huesos de los gansos hace pensar que podría tratarse de
ejemplares sobrealimentados con el fin de obtener hígados hipertrofiados, muy apreciados
en la gastronomía romana.
3.2. Necrópolis “El Jardinillo”: la Necrópolis de “El Jardinillo”, situada a unos 200
metros de la villa, se descubrió en 1975. Se contabilizaron 16 tumbas con orientación dominante este-oeste y planta rectangular con ensanchamiento en la cabecera, siendo más estrechas en los pies. Se construyeron a partir de lajas de piedra caliza, tejas y ladrillos, cubiertas
a su vez por lajas de caliza. Se localizaron numerosos clavos que hacen pensar en la presencia de ataúdes de madera. Los ajuares son escasos destacando una hebilla y un broche de cinturón de placa rígida del siglo VI d. C. En las cercanías se localizaron dos monedas del siglo
IV d. C., un solidus de Honorio y una patena de bronce. La importancia del enclave radica
en que proporciona datos relativos a la secuencia evolutiva de la villa y la naturaleza de la
ocupación en las fases más tardías, especialmente durante los siglos VI y VII d. C.
4. Enumeración de partes integrantes
5. Enumeración de bienes muebles integrantes del patrimonio histórico que
constituyan parte esencial de su historia
Entre los bienes muebles localizados destacan, por ser los más numerosos, los cerámicos. Se han documentado piezas correspondientes a cerámica común y Terra Sigillata Hispánica. La cerámica común es de época tardía y se caracteriza por presentar decoración mediante incisiones onduladas y/o quebradas, frecuentes entre los siglos III y IV d. C. Son
cerámicas tardías que reproducen tipos tradicionales altoimperiales: ollas, cuencos carena-
BOCM-20250530-46
Se consideran partes integrantes del bien la villa romana de "La Torrecilla" con todas las
estructuras documentadas que se conservan y la necrópolis de El Jardinillo situada al sur de
la villa. También las parcelas adyacentes en las que se han localizado materiales y/o estructuras. Asimismo, quedan incluidos en el objeto de declaración los bienes o restos de la intervención humana presentes en el yacimiento susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, tanto si se encuentran en la superficie como si se encuentran en el subsuelo.