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Bien de interés cultural –  Resolución de 4 de junio de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Oficina del Español, por la que se incoa el expediente de declaración como bien de interés cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de conjunto histórico, de la Quinta de los Molinos en Madrid
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B.O.C.M. Núm. 145

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 19 DE JUNIO DE 2024

Otros elementos indispensables del sistema hidráulico son las acequias y las arquetas,
que permitían la regulación de la dirección y distribución de los riegos. El sistema hidráulico convivía con la hidrografía natural de la finca, adaptado a la topografía del terreno y situando sus elementos donde técnicamente era preciso.
Destacan en el conjunto del sistema hidráulico los siguientes elementos:
— Molinos: en la Quinta de los Molinos se localizan dos molinos que fueron traídos
de EEUU en 1920 para extraer el agua de pozos y manantiales subterráneos con
la que regar la superficie de la finca. Son aerobombas para la extracción de agua
del sistema multipala americano de bombeo directo. Su desarrollo tuvo lugar entre 1850 y 1930 y es conocido comúnmente como el molino de viento americano
(American Farm Windpump). Son molinos esbeltos de 14 metros de altura, construidos mediante una torre de estructura piramidal metálica y pintada de rojo. En
su vértice superior se encuentra el rotor, constituido por 18 aspas plateadas y una
veleta en forma de cola de pez. Se trata de dos elementos muy representativos de
la finca, hasta el punto de que acabaron por dar su nombre a la Quinta de los Molinos. Se ubicaron en el norte, en las zonas de mayor altitud, para funcionar por
gravedad, y participaban del complejo sistema de circulación de agua que se manifiesta aún hoy en las albercas, lagos y fuentes ornamentales. Están situados sobre sus respectivos pozos; en el caso del Molino de la Rosaleda el pozo se encuentra oculto y envuelto por una pequeña construcción de fábrica de ladrillo
enfoscada y pintada en blanco a la que se accede a través de una puerta metálica
roja. En el Molino de la Casa del Reloj, el pozo se encuentra a la vista con brocal
cuadrado.
— Torre de agua con pérgola: original elemento hidráulico, combinación de infraestructura y elemento ornamental, que configura en su perímetro un entorno estancial protegido por una pérgola, que produce una agradable sombra gracias a un rosal alba de tipo banksiae que se encuentra enredado en la estructura de la pérgola.
La vegetación de la Quinta de los Molinos constituye hoy en día uno de los grandes
valores de este espacio, resultado de la intención original de su autor y de la evolución que
esta finca ha experimentado hasta el momento actual. En 1980, antes de la cesión, contaba
con un elevado número y variedad de especies arbóreas, registrándose 11.694 ejemplares
de árboles. La variedad, diversidad y cuidada selección (19 especies de frutales, 35 especies de frondosas y 15 de coníferas), muestra el valor que César Cort daba al arbolado. En
su época como parque público se han plantado y completado alineaciones de arbolado que
contribuyen al valor botánico en la Quinta: la alineación de árboles de Judea (Cercis siliquastrum) que flanquea un tramo del camino principal, la alineación de encinas (Quercus
ilex) y alcornoques (Quercus suber) junto al llamado pinar oscuro, o la alineación reciente
de arce de Montepellier (Acer monspessulanum) en el límite de la calle Dr. Zamenhof.
En la Quinta de los Molinos podemos apreciar un paisaje acorde con los criterios de
su autor, donde las diferentes unidades paisajísticas se hallan perfectamente integradas unas
con otras ofreciendo continuidad y coherencia, pasando del frescor del bosque a espacios
de luz definidos por un paisaje agrícola y forestal mediterráneo.
No existen muchos árboles exóticos, dado que Cort estaba más interesado en la idea
de cultivar lo apropiado para el clima. Cabe destacar las coníferas y los ejemplares del género de Quercus. Destaca el uso de parejas de encinas señalando los accesos a los caminos
de la zona agrícola.
Existían borduras de boj, santolina, romero y espliego, así como setos de aligustre, lilos, pittosporum y sinforinas. Hoy día destacan las pantallas de lilos en algunos de los caminos y la cuidada rosaleda junto al palacete.
Muy destacable, entre las colecciones de flor, fueron los lirios. Se llegaron a inventariar 115 cultivares de lirios. Aún hoy se mantienen la mayoría de los cultivares de esta colección, plantados en diversos puntos de la finca, principalmente en los taludes donde destacan en el paisaje.
De las especies plantadas inicialmente hoy día se conservan formaciones vegetales en
diferentes localizaciones de la Quinta que merecen una atención:
— Cuadros de almendros: los cuadros de almendros son la seña de identidad de la
Quinta de los Molinos. Los casi 1.674 ejemplares actuales en los diferentes cuadros a derecha e izquierda del camino principal forman un paisaje puramente agrícola que trasportan al visitante a un entorno rural.
— Plantaciones de olivos en uno de los cuarteles.

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