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Bien de interés cultural – Resolución de 4 de junio de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Oficina del Español, por la que se incoa el expediente de declaración como bien de interés cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de conjunto histórico, de la Quinta de los Molinos en Madrid
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Pág. 180
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 19 DE JUNIO DE 2024
B.O.C.M. Núm. 145
vés de los modelos franceses. La exaltación de la naturaleza propia del Romanticismo se
evidencia en la elección de la plantación, con recorridos entre praderas y arboledas y con
hitos paisajísticos que recuerdan a los grandes jardines ingleses, con un lago artificial, estanques, fuentes y grutas, pero también integrando elementos del jardín hispano islámico
en forma de aterrazamientos, albercas y acequias, todo ello diseñado y realizado por Cort.
La zona agrícola forma el tercer sector de la finca. Situada en los terrenos que se amplían al sur del arroyo de Trancos, y que lindan con la carretera de Aragón, César Cort acomete la urbanización del campo, con un trazado geométrico de caminos y cuarteles plantados con almendros y olivos al tresbolillo. En las franjas de borde entre cuarteles se
plantaron pantallas vegetales principalmente pinos, y, en ocasiones, eucaliptos.
Esta sucesión de paisajes, desde la arquitectura a lo más natural, está reflejada en la
sección dedicada al diseño de parques y jardines públicos de su libro Campos urbanizados
y Ciudades rurizadas de 1941.
Uno de los elementos más destacables de la Quinta fue su organización para maximizar el aprovechamiento del agua, tanto de los dos arroyos que la atravesaban, el de la Quinta y el de Trancos; como de los elementos de almacenamiento en forma de un lago artificial,
diversas albercas y estanques ornamentales. También se abastecía de avenidas de agua que
alimentaban el lago; de pozos cuya agua se extraía por medio de molinos de viento, y que
suplementaban el riego en los momentos de mayor consumo. La experiencia con el sistema
de riego en la Quinta sirvió a Cort años más tarde para proponer una mejora en el suministro de agua para regar los parques de la Ciudad-Satélite las Mercedes.
En 1943, y debido al estado en que había quedado la casa tras la Guerra Civil, Cort inició un proyecto de reforma y ampliación en el que se incluía una portería y un frente construido en la carretera de Aragón, hoy calle de Alcalá, que reafirmaba el estilo Secesionista
del edificio principal. En ese momento se proyectó también uno de los elementos más significativos del recinto, la pista de tenis. En la Quinta existían otras construcciones, antiguas
casas de labranza, en principio destinadas al alojamiento del servicio y almacenes. Posteriormente estos edificios fueron unidos y reformados conformando la “casita de abajo”, hoy
conocida como la Casa del Reloj, que fue empleada por César Cort como vivienda más sencilla en sus últimos años de vida.
A lo largo de los años se añadieron un total de 12 fincas, hasta completar las 29 hectáreas que llegó a tener la Quinta de los Molinos. Pero en 1954 una franja importante es expropiada para construir viviendas para los trabajadores de la Empresa Nacional de Autocamiones ENASA, empresa fundada por el Instituto Nacional de Industria y cuyo presidente
era el Marqués de Suances. La expropiación derribó el muro de cerramiento de la finca en
todo su lado este, y supuso una pérdida de 3,61 hectáreas de superficie. En 1955, Cort realizó una cesión gratuita de 6.456 m2 adicionales en la esquina sureste de la Quinta. Este solar nunca se llegó a edificar y se ocupó más tarde con pistas deportivas.
En 1949 Canillejas fue absorbido por la capital con un doble objetivo: la construcción
de viviendas y la urbanización y mejora del acceso al recién renovado aeropuerto de Barajas. Así, la transformación del paisaje fue drástica ya que las extensiones de terrenos cultivados que rodeaban las quintas de recreo se transformaron en solares edificados.
En la década de los 70 el hijo mayor, César Cort Gómez-Tortosa, se planteó el futuro
de la Quinta, que era edificable y tenía un gran valor económico. Su propósito era preservar en lo posible la obra de su padre y destinarlo a parque público. Por ello, propuso concentrar la edificabilidad en dos parcelas y ceder el resto al Ayuntamiento. El 17 de septiembre de 1980 se firmó un convenio en el que se establecieron las condiciones de
edificabilidad y se acordó que el palacete y su entorno estarían reservados para equipamiento cultural y social. La entrega efectiva de la finca se produjo el 2 de julio de 1981 y la apertura al público el 29 de marzo de 1983.
Entre los años 1986-1993 se instaló en la Casa del Reloj la Escuela de Jardinería
“Quinta de los Molinos”, dependiente del Instituto Madrileño de Empleo y Formación Empresarial (IMEFE), perteneciente al Ayuntamiento de Madrid. A partir de 1990 el Centro
de Atención de Adicción (CAD) ocupó parte de las edificaciones del acceso desde la calle
Alcalá. En julio de 2018 abrió sus puertas el Espacio Abierto Quinta de los Molinos, convirtiendo el Palacete de Cort en un centro cultural y social, así como en lugar de encuentro
para los vecinos.
3. Descripción del bien inmueble
En la Quinta de los Molinos, que recibe su nombre por los singulares molinos de viento traídos de Estados Unidos en los años 20 del siglo XX para extraer agua de los pozos, en-
BOCM-20240619-53
BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 19 DE JUNIO DE 2024
B.O.C.M. Núm. 145
vés de los modelos franceses. La exaltación de la naturaleza propia del Romanticismo se
evidencia en la elección de la plantación, con recorridos entre praderas y arboledas y con
hitos paisajísticos que recuerdan a los grandes jardines ingleses, con un lago artificial, estanques, fuentes y grutas, pero también integrando elementos del jardín hispano islámico
en forma de aterrazamientos, albercas y acequias, todo ello diseñado y realizado por Cort.
La zona agrícola forma el tercer sector de la finca. Situada en los terrenos que se amplían al sur del arroyo de Trancos, y que lindan con la carretera de Aragón, César Cort acomete la urbanización del campo, con un trazado geométrico de caminos y cuarteles plantados con almendros y olivos al tresbolillo. En las franjas de borde entre cuarteles se
plantaron pantallas vegetales principalmente pinos, y, en ocasiones, eucaliptos.
Esta sucesión de paisajes, desde la arquitectura a lo más natural, está reflejada en la
sección dedicada al diseño de parques y jardines públicos de su libro Campos urbanizados
y Ciudades rurizadas de 1941.
Uno de los elementos más destacables de la Quinta fue su organización para maximizar el aprovechamiento del agua, tanto de los dos arroyos que la atravesaban, el de la Quinta y el de Trancos; como de los elementos de almacenamiento en forma de un lago artificial,
diversas albercas y estanques ornamentales. También se abastecía de avenidas de agua que
alimentaban el lago; de pozos cuya agua se extraía por medio de molinos de viento, y que
suplementaban el riego en los momentos de mayor consumo. La experiencia con el sistema
de riego en la Quinta sirvió a Cort años más tarde para proponer una mejora en el suministro de agua para regar los parques de la Ciudad-Satélite las Mercedes.
En 1943, y debido al estado en que había quedado la casa tras la Guerra Civil, Cort inició un proyecto de reforma y ampliación en el que se incluía una portería y un frente construido en la carretera de Aragón, hoy calle de Alcalá, que reafirmaba el estilo Secesionista
del edificio principal. En ese momento se proyectó también uno de los elementos más significativos del recinto, la pista de tenis. En la Quinta existían otras construcciones, antiguas
casas de labranza, en principio destinadas al alojamiento del servicio y almacenes. Posteriormente estos edificios fueron unidos y reformados conformando la “casita de abajo”, hoy
conocida como la Casa del Reloj, que fue empleada por César Cort como vivienda más sencilla en sus últimos años de vida.
A lo largo de los años se añadieron un total de 12 fincas, hasta completar las 29 hectáreas que llegó a tener la Quinta de los Molinos. Pero en 1954 una franja importante es expropiada para construir viviendas para los trabajadores de la Empresa Nacional de Autocamiones ENASA, empresa fundada por el Instituto Nacional de Industria y cuyo presidente
era el Marqués de Suances. La expropiación derribó el muro de cerramiento de la finca en
todo su lado este, y supuso una pérdida de 3,61 hectáreas de superficie. En 1955, Cort realizó una cesión gratuita de 6.456 m2 adicionales en la esquina sureste de la Quinta. Este solar nunca se llegó a edificar y se ocupó más tarde con pistas deportivas.
En 1949 Canillejas fue absorbido por la capital con un doble objetivo: la construcción
de viviendas y la urbanización y mejora del acceso al recién renovado aeropuerto de Barajas. Así, la transformación del paisaje fue drástica ya que las extensiones de terrenos cultivados que rodeaban las quintas de recreo se transformaron en solares edificados.
En la década de los 70 el hijo mayor, César Cort Gómez-Tortosa, se planteó el futuro
de la Quinta, que era edificable y tenía un gran valor económico. Su propósito era preservar en lo posible la obra de su padre y destinarlo a parque público. Por ello, propuso concentrar la edificabilidad en dos parcelas y ceder el resto al Ayuntamiento. El 17 de septiembre de 1980 se firmó un convenio en el que se establecieron las condiciones de
edificabilidad y se acordó que el palacete y su entorno estarían reservados para equipamiento cultural y social. La entrega efectiva de la finca se produjo el 2 de julio de 1981 y la apertura al público el 29 de marzo de 1983.
Entre los años 1986-1993 se instaló en la Casa del Reloj la Escuela de Jardinería
“Quinta de los Molinos”, dependiente del Instituto Madrileño de Empleo y Formación Empresarial (IMEFE), perteneciente al Ayuntamiento de Madrid. A partir de 1990 el Centro
de Atención de Adicción (CAD) ocupó parte de las edificaciones del acceso desde la calle
Alcalá. En julio de 2018 abrió sus puertas el Espacio Abierto Quinta de los Molinos, convirtiendo el Palacete de Cort en un centro cultural y social, así como en lugar de encuentro
para los vecinos.
3. Descripción del bien inmueble
En la Quinta de los Molinos, que recibe su nombre por los singulares molinos de viento traídos de Estados Unidos en los años 20 del siglo XX para extraer agua de los pozos, en-
BOCM-20240619-53
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