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Bien de interés cultural –  Resolución de 22 de mayo de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, por la que se incoa el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Sitio Industrial, de la Central Térmica de la Ciudad Universitaria en Madrid
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BOCM
B.O.C.M. Núm. 132

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 5 DE JUNIO DE 2023

Pág. 235

En la realización del inmueble colaboraron el arquitecto Manuel Sánchez Arcas y el
ingeniero Eduardo Torroja Miret, quienes trabajaron conjuntamente en la proyección y
construcción del bien.
Manuel Sánchez Arcas (1897-1970) se tituló en la Escuela de Arquitectura en 1921 y
Eduardo Torroja Miret (1899-1961) se licenció en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos
dos años después, en 1923. Sánchez Arcas se trasladó a Londres con el fin de especializarse en Urbanismo y, después, viajó por Holanda para conocer la obra arquitectónica del momento, mientras que el ingeniero inició su periplo en la empresa Hidrocivil de su profesor
José Eugenio Ribera, donde proyectó sus primeras innovaciones en hormigón armado.
El punto de encuentro de ambos se produjo en la Ciudad Universitaria, donde proyectaron juntos la central térmica, con la que ganaron el Premio Nacional de Arquitectura de 1932,
y coincidieron en otras obras del campus como el Hospital Clínico San Carlos. Torroja acabó interviniendo de forma magistral en la mayor parte de las edificaciones arquitectónicas,
asimilando la nueva estética de la Arquitectura Moderna e integrándola en sus novedosas
concepciones estructurales.
En los años sucesivos siguieron colaborando en otras obras como el Mercado de Algeciras ejecutado en 1933, o las fundaciones de la revista Hormigón y Acero en 1934 —con la
que difundieron el conocimiento técnico y científico a nivel nacional e internacional—, y
del Instituto Técnico de la Construcción y Edificación, llegando a tener un gran calado nacional e internacional.
Tras el estallido de la Guerra Civil sus caminos no volverían a reencontrarse más. Sánchez
Arcas tuvo que exiliarse primero en Rusia y, una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, en
Polonia, donde residió hasta 1968. En Varsovia, participó en la reconstrucción de la ciudad y
proyectó el Hospital de Varsovia y el Instituto de Hematología. Falleció en Berlín en 1970.
Por otro lado, Eduardo Torroja centró su actividad en la reconstrucción de diversas
obras públicas y se empezó a interesar por las estructuras metálicas electrosoldadas. Fue
nombrado profesor de Cálculo de Estructuras de la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid.
Asimismo, su importante dedicación le hizo acceder como miembro de número a la
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en 1944. Cuatro años después decidió convertir el Instituto Técnico de la Construcción y Edificación en el Instituto Técnico de la Construcción y del Cemento, tomando él mismo las riendas. En 1945 también fue
nombrado presidente de la recién creada Réunion Internationale des Laboratoires d’Essais
de Materiaux debido, en gran parte, al prestigio internacional que estaba alcanzando, y empezó a tomar parte en otros órganos internacionales.
Falleció en su despacho del Instituto Técnico de la Construcción y del Cemento en 1961,
tras lo que la institución, en su honor, modificó su nombre a Instituto de Ciencias de la
Construcción Eduardo Torroja.

El edificio está formado por dos volúmenes prismáticos de estructura de hormigón revestido de ladrillo, con cubierta plana, dispuestos en forma de T, de robusta apariencia, en
los que se contraponen aperturas mediante ventanales en bandas horizontales y verticales.
El inmueble actual es resultado de tres fases sucesivas: el proyecto de Sánchez Arcas y Torroja (1932), la reconstrucción llevada a cabo por Torroja tras los daños sufridos durante la
guerra (1943) y la ampliación realizada por Alfonso García Gordillo (1975).
El edificio original proyectado por Sánchez Arcas y Torroja tenía una planta con forma de L y estaba formado por un módulo longitudinal y otro transversal.
La fachada frontal, ubicada en el extremo del módulo longitudinal, presenta un rectángulo en la zona inferior que ocupa tres cuartas partes del ancho, enfoscado de hormigón, en
el que se abre un óculo, dentro del cual hay una ventana cuadrada, y la puerta que da acceso al interior del edificio. El resto del paramento se encuentra conformado por una fábrica
de ladrillo visto de perfil ondulado. En el extremo derecho, se abre un ventanal vertical que
abarca los dos pisos y que, en la actualidad, se encuentra cerrado por una serie de planchas
metálicas en mal estado.
La fachada norte de este volumen longitudinal, atiende a una horizontalidad remarcada
por dos líneas de ventanas horizontales; en la parte inferior, en la zona de hormigón que se corresponde y da continuidad al área mencionada de la fachada frontal, se abre una puerta y cuatro vanos cuadrados; en la planta superior se disponen un total de trece ventanas en una cenefa corrida al estilo fenêtre a longueur, alineadas las cuatro primeras por las cuatro inferiores y
con los machones intermedios enfoscados con hormigón. En la planta baja, más cercano al vo-

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3. Descripción del bien inmueble