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Bien de interés cultural –  Resolución de 22 de mayo de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, por la que se incoa el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Sitio Industrial, de la Central Térmica de la Ciudad Universitaria en Madrid
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BOCM
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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 5 DE JUNIO DE 2023

B.O.C.M. Núm. 132

inscripción en el Registro de Bienes de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid y en el
Catálogo de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, a los efectos procedentes.
Madrid, a 22 de mayo de 2023.—La Directora General de Patrimonio Cultural, Elena
Hernando Gonzalo.
ANEXO
A) DESCRIPCIÓN DEL BIEN OBJETO DE LA DECLARACIÓN
1. Identificación y localización del objeto de la declaración
El inmueble a declarar se localiza en la Ciudad Universitaria de la ciudad de Madrid y ocupa la parcela 6 de la manzana 89782, con referencia catastral 8978206VK3787H0001SM.
La manzana en la que se incluye la central térmica está delimitada por las calles José
Antonio Novais, Ramiro de Maeztu y avenida Gregorio del Amo.

La central térmica forma parte del proyecto de Ciudad Universitaria en Madrid que comenzó a desarrollarse en los años veinte del siglo XX. Alfonso XIII empezó a trabajar en
la idea en 1924, cuando tomó la decisión de construir una gran universidad que sirviese
como motor de progreso.
Pretendía que se estableciese como una ciudad del saber, es decir, un lugar de convivencia de todos los conocimientos, tanto a nivel literario y científico como artístico. Mediante el Real Decreto de 17 de mayo de 1927 quedó firmada oficialmente la iniciativa impulsada por el mismo monarca.
Por ese mismo decreto también quedó conformada la comisión definitiva, denominada
Junta Constructora de la Ciudad Universitaria o Junta Autónoma, a la que se le encomendó la
tarea de elaboración y redacción del proyecto y cuya presidencia recayó sobre el propio rey.
El equipo técnico lo integraron jóvenes arquitectos de notable calidad, adscritos a la conocida Generación del 25, Miguel de los Santos, Agustín Aguirre, Manuel Sánchez Arcas, Luis
Lacasa y Pascual Bravo, asesorados y guiados por el ingeniero Eduardo Torroja y encabezados por el arquitecto director de la Escuela de Arquitectura de Madrid, Modesto López Otero.
En 1928 se llegó a la conclusión de ejecutar una primera fase de conocimiento e investigación de las universidades más importantes de Europa y Estados Unidos, tras la que se
decidió tomar como modelo el campus norteamericano, convirtiéndose en la primera capital europea en la que se proyectaba un campus de estas características, diferente al de las
universidades europeas tradicionales que, por norma general, o estaban instaladas en los
centros históricos o se concebían de forma compacta en reducidos recintos.
El planteamiento final del espacio acabó dividido en tres categorías de edificios: los
edificios representativos depositarios en gran medida de la imagen de la Universidad, como
el Paraninfo o el Rectorado; un segundo grupo configurado por los edificios docentes, facultades y escuelas; y por último, las residencias universitarias y las construcciones de
servicios que aportaron valiosos ejercicios eclécticos y racionalistas, con un grado de libertad y espontaneidad que denotaba el alejamiento del control de la Junta a nivel formal. De
este modo, la Ciudad Universitaria, además de pionera en Europa, acabó consolidándose
como la gran puerta de entrada y el escaparate del Movimiento Moderno europeo.
Se decidió realizarlo en fases sucesivas, realizándose en primer lugar la ejecución del
urbanismo y las infraestructuras. Una de las últimas actuaciones durante esta fase fue la elaboración de una red de suministro de calor que iba a estar conectada entre una central generadora y todos y cada uno de los edificios universitarios, ya que para la calefacción se eligió un sistema centralizado por las ventajas que representaba de funcionamiento, economía
y buena administración.
Un aspecto muy innovador del proyecto fue la calefacción centralizada, importada
desde Estados Unidos años antes y perfeccionada durante un largo período de tiempo en
ciudades europeas como Dresde, Manchester o Bergen. Sistema desarrollado tras una ardua
investigación de los sistemas vigentes y de la metodología estadounidense, que hizo que
Torroja Miret y Sánchez Arcas colaborasen con las principales empresas del momento.
Fue en 1932, ya con la II República, cuando se construyó la central térmica. Tras la
Guerra Civil española, en 1941, se reactivaron las obras en la Ciudad Universitaria siguiendo los proyectos originales y el 12 de octubre de 1943 se inauguraron varios edificios, entre ellos la central.

BOCM-20230605-70

2. Contexto histórico