C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20230302-28)
Bien de interés cultural –  Decreto 9/2023, de 23 de febrero, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de hecho cultural, la Fiesta de las Mayas de la Comunidad de Madrid
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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 2 DE MARZO DE 2023

B.O.C.M. Núm. 52

Los ilustrados mantuvieron un recelo hacia la Maya, incomodados especialmente por
la multitud de muchachas en la calle pidiendo dinero a los transeúntes. Los diarios ya en el
siglo XVIII y en el siglo XIX relatan reiteradamente ese hecho. Pese a las prohibiciones, la
fiesta continuó celebrándose.
A mediados del siglo XIX el costumbrismo dirigió su atención hacia la fiesta de las
Mayas. Un artículo de Basilio Sebastián Castellanos publicado en El Museo de las familias
describe cómo la fiesta había sido sustituida por la Cruz de Mayo, aunque retiene algunas
de sus prácticas características. Ya no había Maya, pero se pedía “un cuartito para la cruz”.
Ese artículo de Castellanos se ha convertido en referencia de las recuperaciones de la fiesta posteriores, pues menciona todos los componentes de la fiesta: niña o joven, “no pasaba
de 15 años de edad, y la más hermosa que había en el pueblo”; vestidos, “vestida con los
trajes más ricos y con las alhajas de las ricotas”; lugar, “sentada sobre una grada cubierta
de flores […], de las cuales tenia ella también coronada la cabeza”; petitorio, “durante el
baile cuatro o seis jóvenes bien vestidas, paseaban la calle con platos o escudillas finas, y
[…] con cariñosas y seductoras palabras a los curiosos o pasajeros, les obligaban a darles
algunas monedas para la Maya”.
Durante el siglo XIX se mantienen las dos tendencias. Parte de la prensa continúa mostrando su incomodidad ante la celebración de la fiesta y otra parte adopta la perspectiva costumbrista y castiza y la rememora.
A comienzos del siglo XX apenas se halla información en prensa sobre la fiesta. Pedro
de Répide dedica apenas unos párrafos de un artículo publicado en 1912 en la revista Pharos.
Desde fines del siglo XIX y durante el siglo XX la fiesta comenzó a ser objeto de interés para folkloristas. El trabajo de Ángel González Palencia y Eugenio Mele que se publica en 1944 es la mejor expresión de ello. En él constatan que la fiesta entonces ya no se
celebraba en la ciudad de Madrid. Otro trabajo más sistemático, firmado por Julio Caro Baroja, también fue realizado en las décadas 30 y 40, publicado bajo el título La estación del
amor en 1979.
Las versiones actuales de la fiesta de la Maya en Madrid que se constatan desde mediados del siglo XX son fundamentalmente recuperaciones. Si bien, aun habiendo sido sustituida mayoritariamente por la Cruz de Mayo, mantuvo en buena medida la memoria y una
buena parte de las prácticas festivas de la Maya. Por último, en las últimas décadas, se produjeron recuperaciones en algunos municipios y en barrios de la ciudad de Madrid con el
objetivo de retomar la figura de la Maya como foco de la festividad.
A.5. Calendario festivo.
La fiesta se lleva a cabo en todos los municipios en los primeros días del mes de mayo.
En El Molar la fiesta se desarrolla el día 1 de mayo, en Colmenar Viejo y Leganés el día 2 de
mayo, y en Madrid capital el segundo domingo del mes de mayo.
A.6. Descripción y tipología de la manifestación.
En la Comunidad de Madrid existen varias fórmulas de celebración de la primavera:
el árbol Mayo, el matrimonio de Mayos y Mayas, el Mayo canción y la Maya. En este último caso la fiesta gira en torno a la celebración de la Primavera a través de un icono, la
Maya, que históricamente ha formado parte de dichas celebraciones hasta hoy.
La Maya (Maya-Dama), como se la describe por algunos autores, es una niña-joven,
que ataviada de la forma “más lujosa” posible, tanto en su indumentaria como en su adorno,
preside la fiesta sentada en un trono que se coloca en un altar construido con materiales efímeros. Ella es el centro de este altar construido. En la fiesta puede acompañarla su “corte”,
otras niñas de su entorno que en un juego petitorio piden para la Maya con fórmulas rituales
conservadas desde al menos la Edad Moderna, “para la Maya, que es bonita y galana”.
Los altares de la Maya constituyen una creación compleja hecha “in situ” con materiales efímeros, principalmente vegetales y objetos decorativos, con la excepción de algunos
elementos de sujeción que se conservan de un año para otro.
La Maya preside la fiesta y en su caracterización las niñas deben permanecer sentadas,
muy serias, sin hablar, estáticas. Se pretende crear la lejanía a través de una figura hierática,
completamente aislada de lo cotidiano. Se crea un personaje sin ninguna relación con su entorno, solitaria, silenciosa. Nada debe afectarla mientras está sentada, no parece humana. No
tiene manos que permitan un contacto, su cuerpo no tiene ninguna forma definida, mira al
frente sin ver, sin relacionarse. Es una figura “de poder” y está situada en un plano superior.
En Colmenar Viejo tradicionalmente se ha celebrado la fiesta de la Maya el 2 de mayo.
Sin embargo, durante la década de los años 70 y primeros años de los 80, la Maya no se celebró todos los años, tomándose medidas para recuperar la fiesta en los años 80. El Ayun-

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