C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20221229-29)
Bien de interés cultural – Decreto 131/2022, de 21 de diciembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Monumento, el Convento de la Encarnación (RR. Clarisas), en Griñón (Madrid)
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B.O.C.M. Núm. 310
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2022
En la fachada de los pies, levantada con cajas de mampostería y machones de ladrillo,
se abre un óculo para iluminar el coro alto, y una puerta-balcón que comunica el coro bajo
con los jardines. Por encima, se sitúa la espadaña, realizada en muro liso de ladrillo y muy
posiblemente modificada tras la Guerra Civil.
Al interior, la iglesia presenta una planta formada por una cabecera cuadrangular, una
nave y coro bajo y alto a los pies. La capilla mayor se cubre con una armadura de madera de
tradición mudéjar, de planta octogonal, con un cuadral en cada esquina para adaptarse al espacio cuadrangular. Presenta almizate con decoración de lazo, ocho faldones de jaldetas y
tablazón sin decorar, y limas mohamares con decoración de espiga. El arrocabe está formado por dos aliceres lisos entre molduras de cordoncillo, bajo el cual corre un friso con restos
de una inscripción policromada en letra gótica tardía que alude al pasaje de la Anunciación.
La nave, de mayor altura que la cabecera, presenta sus muros lisos y enjalbegados. Se
cubre con una bóveda barroca, rebajada y con lunetos triangulares en los que se abren ventanas, compartimentada en tres tramos cuadrangulares enmarcados por molduras resaltadas
y arcos fajones moldurados, toda pintada en blanco y azul; bóveda y arcos descansan sobre
un entablamento moldurado que recorre toda la nave, y este sobre placas recortadas.
Junto a las gradas de acceso al presbiterio se conserva la lápida sepulcral de don Rodrigo de Vivar, realizada en caliza negra.
El cuerpo del coro, de dos plantas y de notable profundidad, está formado por dos estancias rectangulares de gran sencillez, que se abren al templo a través de sendos vanos cerrados con reja de hierro forjado en el piso inferior y de madera en el superior. A él se accede desde el claustro a través de un vestíbulo en su planta baja, de donde arranca una
escalera que comunica con el coro alto, al que se accede mediante unas puertas de doble
hoja, de madera tallada decorada con seis cuarterones con pergaminos.
La planta baja se cubre con un sencillo alfarje de jácenas y jaldetas sin decoración; las
jácenas descansan sobre ménsulas con perfil en doble voluta en “S”, frente sinuoso estriado
y laterales con decoración de placas, modelo muy utilizado en la carpintería del siglo XVI.
El coro alto se cubre con una armadura de artesa constituida por una estructura de par y nudillo, con dobles tirantes, almizate rectangular, faldones formados por una cuadrícula de jácenas y jaldetas sin decoración y limas mohamares con decoración de espiga; los tirantes
apoyan sobre ménsulas con perfil de doble voluta en “S”.
La decoración litúrgica de la iglesia está compuesta por un conjunto de retablos de notable calidad. El retablo de la capilla mayor, dedicado a la Anunciación, constituye un ejemplo
excepcional de la retablística madrileña del siglo XVI. Es una obra de arquitectura renacentista con decoración plateresca policromada, de los talleres toledanos del primer tercio del siglo, y pinturas realizadas por el pintor toledano Juan Correa de Vivar (h.1510-1566). Este retablo, encargo de don Rodrigo de Vivar, tío del pintor, y cuya acta de encargo se conserva en
el convento, está considerado su primera obra importante realizada entre 1533 y 1536.
De estructura en cuadrícula, consta de tres cuerpos, tres calles, dos entrecalles y guardapolvo; las laterales rematan en pequeños tondos y la central en otro cuerpo rematado en
un frontispicio con venera. La configuración general corresponde a una arquitectura renacentista con decoración plateresca policromada en azules y dorados, a base de temas vegetales y figurativos de cabezas de ángeles y máscaras, habituales en el siglo XVI. Las entrecalles simulan hornacinas rematadas con veneras donde se representan ocho figuras de
santas femeninas mártires. En las calles se localizan seis tablas que representan el Nacimiento de la Virgen, la Presentación de la Virgen en el Templo, el Nacimiento de Jesús, el
Descendimiento y la Resurrección. La calle central contiene un sagrario del siglo XVII, sobre el que se representa la escena de la Anunciación en bulto redondo (copia del original,
de factura moderna). En el ático se representa el Calvario y en los tondos, a San Juan Evangelista y San Marcos.
Otros cuatro retablos se distribuyen por la nave. Dos responden a un estilo manierista
que puede fecharse en el último tercio del siglo XVI, realizados en madera dorada y policromada. Otros dos retablos pueden fecharse en el siglo XVIII y principios del XIX respectivamente.
En el lado de la epístola del arco que separa la capilla mayor y la nave se localiza el
púlpito, constituido por un sencillo pretil de planta circular, constituido por barrotes de forja cilíndricos y con sencillas molduras, al que se accede por una escalera de madera; se cubre con un tornavoz octogonal, de madera policromada con decoración de motivos vegetales carnosos, rematado por una corona de volutas entre pedestales, que puede fecharse hacia
finales del siglo XVII o principios del XVIII.
Pág. 243
BOCM-20221229-29
BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2022
En la fachada de los pies, levantada con cajas de mampostería y machones de ladrillo,
se abre un óculo para iluminar el coro alto, y una puerta-balcón que comunica el coro bajo
con los jardines. Por encima, se sitúa la espadaña, realizada en muro liso de ladrillo y muy
posiblemente modificada tras la Guerra Civil.
Al interior, la iglesia presenta una planta formada por una cabecera cuadrangular, una
nave y coro bajo y alto a los pies. La capilla mayor se cubre con una armadura de madera de
tradición mudéjar, de planta octogonal, con un cuadral en cada esquina para adaptarse al espacio cuadrangular. Presenta almizate con decoración de lazo, ocho faldones de jaldetas y
tablazón sin decorar, y limas mohamares con decoración de espiga. El arrocabe está formado por dos aliceres lisos entre molduras de cordoncillo, bajo el cual corre un friso con restos
de una inscripción policromada en letra gótica tardía que alude al pasaje de la Anunciación.
La nave, de mayor altura que la cabecera, presenta sus muros lisos y enjalbegados. Se
cubre con una bóveda barroca, rebajada y con lunetos triangulares en los que se abren ventanas, compartimentada en tres tramos cuadrangulares enmarcados por molduras resaltadas
y arcos fajones moldurados, toda pintada en blanco y azul; bóveda y arcos descansan sobre
un entablamento moldurado que recorre toda la nave, y este sobre placas recortadas.
Junto a las gradas de acceso al presbiterio se conserva la lápida sepulcral de don Rodrigo de Vivar, realizada en caliza negra.
El cuerpo del coro, de dos plantas y de notable profundidad, está formado por dos estancias rectangulares de gran sencillez, que se abren al templo a través de sendos vanos cerrados con reja de hierro forjado en el piso inferior y de madera en el superior. A él se accede desde el claustro a través de un vestíbulo en su planta baja, de donde arranca una
escalera que comunica con el coro alto, al que se accede mediante unas puertas de doble
hoja, de madera tallada decorada con seis cuarterones con pergaminos.
La planta baja se cubre con un sencillo alfarje de jácenas y jaldetas sin decoración; las
jácenas descansan sobre ménsulas con perfil en doble voluta en “S”, frente sinuoso estriado
y laterales con decoración de placas, modelo muy utilizado en la carpintería del siglo XVI.
El coro alto se cubre con una armadura de artesa constituida por una estructura de par y nudillo, con dobles tirantes, almizate rectangular, faldones formados por una cuadrícula de jácenas y jaldetas sin decoración y limas mohamares con decoración de espiga; los tirantes
apoyan sobre ménsulas con perfil de doble voluta en “S”.
La decoración litúrgica de la iglesia está compuesta por un conjunto de retablos de notable calidad. El retablo de la capilla mayor, dedicado a la Anunciación, constituye un ejemplo
excepcional de la retablística madrileña del siglo XVI. Es una obra de arquitectura renacentista con decoración plateresca policromada, de los talleres toledanos del primer tercio del siglo, y pinturas realizadas por el pintor toledano Juan Correa de Vivar (h.1510-1566). Este retablo, encargo de don Rodrigo de Vivar, tío del pintor, y cuya acta de encargo se conserva en
el convento, está considerado su primera obra importante realizada entre 1533 y 1536.
De estructura en cuadrícula, consta de tres cuerpos, tres calles, dos entrecalles y guardapolvo; las laterales rematan en pequeños tondos y la central en otro cuerpo rematado en
un frontispicio con venera. La configuración general corresponde a una arquitectura renacentista con decoración plateresca policromada en azules y dorados, a base de temas vegetales y figurativos de cabezas de ángeles y máscaras, habituales en el siglo XVI. Las entrecalles simulan hornacinas rematadas con veneras donde se representan ocho figuras de
santas femeninas mártires. En las calles se localizan seis tablas que representan el Nacimiento de la Virgen, la Presentación de la Virgen en el Templo, el Nacimiento de Jesús, el
Descendimiento y la Resurrección. La calle central contiene un sagrario del siglo XVII, sobre el que se representa la escena de la Anunciación en bulto redondo (copia del original,
de factura moderna). En el ático se representa el Calvario y en los tondos, a San Juan Evangelista y San Marcos.
Otros cuatro retablos se distribuyen por la nave. Dos responden a un estilo manierista
que puede fecharse en el último tercio del siglo XVI, realizados en madera dorada y policromada. Otros dos retablos pueden fecharse en el siglo XVIII y principios del XIX respectivamente.
En el lado de la epístola del arco que separa la capilla mayor y la nave se localiza el
púlpito, constituido por un sencillo pretil de planta circular, constituido por barrotes de forja cilíndricos y con sencillas molduras, al que se accede por una escalera de madera; se cubre con un tornavoz octogonal, de madera policromada con decoración de motivos vegetales carnosos, rematado por una corona de volutas entre pedestales, que puede fecharse hacia
finales del siglo XVII o principios del XVIII.
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BOCM-20221229-29
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