C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20221229-29)
Bien de interés cultural –  Decreto 131/2022, de 21 de diciembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Monumento, el Convento de la Encarnación (RR. Clarisas), en Griñón (Madrid)
11 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOCM
Pág. 242

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2022

B.O.C.M. Núm. 310

En un principio, el fundador estableció que el convento no fuera ocupado por más de
veinte religiosas, que fueran preferentemente de la villa de Griñón y emparentadas con la
familia Vivar. Sin embargo, como muestran los libros de cuentas, durante el siglo XVII la
comunidad experimentó cierto crecimiento llegando a tener en 1678 cuarenta religiosas y
dos novicias.
Durante el siglo XVI, tiempo de prosperidad, de optimismo económico y de afirmación política, se fundaron un buen número de conventos por toda la región madrileña. Hay
que tener presente que los conventos se fundaban como lugares de oración y espiritualidad,
pero también como instrumentos de poder y búsqueda de reconocimiento social y prestigio
de los fundadores y, en este sentido, como lugar de enterramiento. Así, las familias más destacadas, como los Mendoza, los Medinaceli, los Guzmán o los Lasso de Vega, y otros nobles e hidalgos, desde el enclave de sus señoríos o mayorazgos, iniciaron un proceso de fundación de conventos por toda la región. En este siglo, estas comunidades, en general, se
instalaban en casas propiedad de sus fundadores, por lo que, aunque llegaron a formar buenos conjuntos, carecían de una ordenación previa, adaptándose a las construcciones ya edificadas. Por ello, en muchas ocasiones, constituyen valiosos ejemplos de arquitectura doméstica del siglo XVI.
Los libros de fábrica informan que entre 1667 y 1674 se realizaron diversas obras de
reparación en la capilla y campanario, en la iglesia, sacristía, cocina, dormitorios, tapias y
hospedería, retejado general y en la noria de la huerta. En 1727 el obispo auxiliar de Toledo bendijo el convento bajo la advocación de Nuestra Señora de la Anunciación.
En el siglo XIX el convento debió de sufrir los efectos de las guerras y el proceso desamortizador, y así, en 1896 el párroco de los Jerónimos de Madrid exponía que la comunidad era pobre, les faltaba arroz, alubias y debían pan, que el convento estaba seriamente
dañado y en la iglesia caía lluvia.
Durante la Guerra Civil el convento fue utilizado como alojamiento militar, siendo restaurado en los años cuarenta y después recuperada su función. Desde 1970 la comunidad profesa
la Regla de la Orden de Santa Clara, en lo que supuso una vuelta a los orígenes de la orden.

El convento se sitúa sobre un terreno de planta poligonal donde se distribuyen los distintos edificios que lo configuran, formando un ángulo agudo en la calle Inmaculada y la
Avenida de la Salle.
El conjunto conventual está formado por la iglesia con su coro alto y bajo, sacristía y
confesonario; un claustro de dos plantas en torno al cual se distribuyen las dependencias
más importantes: sala capitular, refectorio y cocina, locutorio y escaleras de acceso al coro
alto y a las celdas que se ubicaban en la segunda planta. Asimismo, contiene un patio adosado a la panda norte del claustro, formado por dos alas de tres plantas, donde se encontraban las salas de labor, celdas, locutorio y la casa de la demandadera.
Todas las edificaciones se levantan con la misma fábrica y técnica constructiva y con
los mismos materiales, formadas por cajones de tapial entre verdugadas de ladrillo y machones de este mismo material sobre un zócalo de ladrillo macizo, excepto la fachada de
los pies de la iglesia donde los cajones son de mampostería, si bien se pueden observar las
huellas de distintas etapas constructivas. Las cubiertas de todas las edificaciones son de teja
árabe y se organizan a dos aguas, salvo la capilla mayor de la iglesia, que lo hace a cuatro.
Exteriormente, la fachada del convento a la calle Inmaculada está formada por un largo muro constituido por la cabecera cuadrangular de la iglesia, la panda este del claustro,
en la que se abren una serie de vanos adintelados no originales, y el cuerpo de tres alturas
que conforma el patio, en el que se abre una portada en arco rebajado de ladrillo y una galería en la planta superior formada por una sucesión de trece arcos de medio punto que descansan directamente sobre las jambas, todo de ladrillo; también encontramos en esta calle
la fachada del cuerpo este y la cerca de la huerta.
La cabecera de la iglesia presenta en su fachada meridional tres contrafuertes de ladrillo en forma de talud, y uno de mayor entidad situado en el encuentro entre la capilla y la
nave. Remata en un friso de ladrillo de gran desarrollo y sobre él una sucesión de arquillos
ciegos, también de ladrillo, de clara influencia mudéjar.
La fachada sur a la Avenida de la Salle está conformada por la nave, más baja que la
cabecera, y el coro de la iglesia. En ella se encuentra el acceso a la iglesia desde el exterior,
formado por una puerta adintelada y enmarcada por dos machones de ladrillo que sustentan un alpende.

BOCM-20221229-29

3. Descripción del bien