C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20221215-50)
Bien de interés cultural –  Decreto 129/2022, de 7 de diciembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de monumento, La Cartuja, en Talamanca de Jarama (Madrid)
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B.O.C.M. Núm. 298

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 15 DE DICIEMBRE DE 2022

Cartuja de Talamanca, al formarse por un pequeño grupo de casas, muy posiblemente situadas en el sector meridional de la actual calle del Viento, donde según algunos estudiosos esta agrupación de edificios sería el germen sobre el que se construiría años después el
conjunto agropecuario de La Cartuja.
No hay constancia documental de cómo se fue conformando esta propiedad, así como
de la fecha de construcción de su primer recinto. Existe constancia de que La Cartuja estaba levantada en su emplazamiento actual antes del siglo XVII. En documentación de este
siglo encontramos menciones a obras de mantenimiento del complejo, realizándose obras
de mayor calado en la década de 1630. La primera mención documental sobre la existencia
de la capilla data de octubre de 1643, y el inventario realizado el 1 de junio de 1655 nos da
a conocer algunas de las estancias existentes en el conjunto de La Cartuja, como la capilla,
el granero, el aceitero o la bodega, así como el equipamiento de la capilla con cuadros y ornamentos litúrgicos.
En los años finales del siglo se inició un ambicioso programa de obras ordenadas por
el vicario fray Juan de Aguilar, que concluyeron en los primeros años del siglo XVIII. El
edificio central del conjunto terminó de construirse en el año 1703, como reza la inscripción colocada sobre el arco de entrada a la gran bodega subterránea.
En la documentación histórica analizada para el expediente se encuentran diversos inventarios que ofrecen una importante información sobre los espacios que componían el
conjunto en diferentes momentos históricos. Por ejemplo, el Catastro de Ensenada del
año 1752 recoge que la Granja tenía un patio con un corral delante y por detrás cuadras para
bueyes y mulas, habitaciones de los criados, un jaraíz o lagar, dos aceiteros, uno con 12 tinajas enterradas y otro con 17 descubiertas, dos cocederos de vino, uno con 9 cubas, 3 toneles, 64 tinajas y un lagar de mosto, y el otro con 22 tinajas pequeñas y una cueva pequeña. El edificio principal tenía 37 varas y tercia de fachada y 33 varas y media de fondo.
Contaba con un patio central y un cercado con una capacidad de 2 fanegas y media. En este
edificio había un gallinero, dos graneros, habitaciones altas y bajas para los religiosos, un
horno y tres pozos. El edificio de la cuadra, que también albergaba tres cuartos para oficiales, estaba situado al lado de la puerta principal. A continuación, estaba la cuadra de bueyes y el lagar con los aceiteros. El corral tenía 22 varas de largo y 14 de ancho, mientras
que el pajar tenía unas dimensiones de 20 varas de largo por 5 de ancho.
El inventario del año 1773 es el más prolijo de los conservados y aporta numerosas noticias no solo sobre los bienes guardados en la granja, sino también permite conocer el nombre de casi todas sus dependencias. Posteriormente, a finales del siglo XVIII, se evidencia
que La Cartuja pasaba por una situación económica algo precaria que provocó una reorganización de su estructura interna.
Las desamortizaciones del siglo XIX también afectaron a las órdenes religiosas de Talamanca de Jarama y a los monjes cartujos. Los veinticinco años siguientes a la desamortización de José Bonaparte no guardan documentación alguna sobre la granja cartuja de Talamanca. Presumiblemente, los frailes habrían tenido que abandonar la villa en 1809, pero la
venta de sus propiedades no llegó a materializarse y se pusieron en arrendamiento en 1810.
En 1814, tras el regreso de Fernando VII del exilio, el real decreto de 23 de julio de dicho
año dispuso el restablecimiento de todas las órdenes religiosas, con la restitución de sus derechos y privilegios, así como la devolución de todos los bienes expropiados. Sin embargo,
los cartujos no retornaron a su casa granja de Talamanca, anticipándose a la Desamortización de Mendizábal. En junio de 1836, la hacienda Cartuja de Talamanca se sacó a subasta
como un bien único; sin embargo, el Real Decreto de ese mismo año estableció que los bienes raíces que se pusieran a la venta debían disponerse en lotes, por lo que La Cartuja se dividió en cuatro lotes. Más tarde, con la desamortización impulsada por Pascual Madoz
en 1855, estos lotes se subdividieron aún más, llegando a multitud de titulares privados.
Tras ese paso a manos privadas, en su pasado más reciente el conjunto de La Cartuja
se convirtió en plató cinematográfico y lugar de celebración de eventos. Recientemente,
con el objetivo de recuperar y poner en valor este conjunto, el Excmo. Ayuntamiento de Talamanca de Jarama ha adquirido su propiedad.
3. Descripción del bien
La Cartuja se sitúa intramuros del recinto amurallado de Talamanca. Dispone actualmente de dos accesos, uno en la Calle del Viento, que es su entrada histórica y principal y
otro acceso al recinto situado en la Calle San Miguel (aunque probablemente no existía en
origen, ya que se rompió la tapia original para levantar otra en fábrica de ladrillo).

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