C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20221215-50)
Bien de interés cultural –  Decreto 129/2022, de 7 de diciembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de monumento, La Cartuja, en Talamanca de Jarama (Madrid)
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BOCM
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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 15 DE DICIEMBRE DE 2022

B.O.C.M. Núm. 298

ANEXO
A) DESCRIPCIÓN DEL BIEN OBJETO DE LA DECLARACIÓN
1. Identificación y localización
El bien objeto de declaración comprende los inmuebles conservados en la actualidad
pertenecientes al conjunto de posesiones y granja de La Cartuja de El Paular en Talamanca de Jarama, también llamado conjunto agropecuario de La Cartuja.
Se trata de un conjunto de edificios sobre un terreno completamente urbano, que constituye una de las manzanas más grandes de la Villa. Se encuentra delimitada por las calles
Soledad, al Norte; Las Huertas, al Este; Viento, al Oeste y la Calle San Miguel y otras edificaciones colindantes, al Sur.
Se encuentra consignado en el Catastro de Talamanca de Jarama vigente, con referencia catastral 6709401VL5160N0001QT (parcela n.o 01 de la manzana 67094), sita en la Calle del Viento n.o 2 de Talamanca de Jarama. Cuenta con una superficie total de 15.713 m2,
superficie construida de 6.210 m² y parcela construida sin división horizontal. Recientemente ha sido adquirido por el Ayuntamiento de Talamanca de Jarama.

Las primeras noticias sobre Talamanca pertenecen al período musulmán, fundada por
el emir Muhammad I antes del año 860 como emplazamiento clave a nivel urbano y militar de la Marca Media, y como defensa de los caminos que se dirigían a Toledo. Fue una de
las poblaciones fortificadas destinadas para el control y defensa del Puerto de Somosierra
debido a su estratégico enclave.
Con el ocaso del califato comenzó el declive de Talamanca, que culminó en el
año 1062 tras el ataque de Fernando I, quien la invadió, quemó y destruyó totalmente. Tras
la conquista de Toledo en 1085, pasó a incorporarse a los territorios cristianos. En 1127 se
confirmaba la donación realizada por los Reyes de Castilla a la diócesis de Toledo. En 1140
pasó a manos de D.a Urraca Fernández, y en 1190 fue de nuevo donada por Alfonso VIII a
la iglesia toledana como agradecimiento por los servicios prestados. Tras la batalla de Alarcos, en 1197, los musulmanes, liderados por el almohade Ya’gûb al-Mansur, asaltaron las
murallas de Talamanca, arrasando por completo la ciudad.
Adscrita de nuevo al Arzobispado de Toledo tras la muerte de Alfonso VIII, durante
el siglo XIII atraviesa un período de prosperidad económica, convertida en un importante
enclave comercial; asimismo fue beneficiaria de derechos de pontazgo por cruzar el Jarama a los numerosos pasajeros y mercancías que viajaban a través del puerto de Somosierra.
Posteriormente, durante las dos últimas centurias del medievo, Talamanca fue perdiendo
importancia a pesar de su estratégica ubicación, manteniendo un progresivo despoblamiento durante el siglo XVI.
Esto no afectó a la creación del nuevo conjunto agropecuario realizado por los monjes
de La Cartuja de El Paular, motivado especialmente por las condiciones fértiles de los terrenos de la vega del Jarama. Las obras de dicho conjunto se debieron iniciar en el siglo XVI,
con lo que en siglo XVII ya estaban finalizadas. Dado que la vega del Jarama era una de las
regiones más fértiles de la región, los monjes cartujos comenzaron a comprar terrenos y posesiones que explotaban y gestionaban desde la mencionada granja.
La expulsión de los moriscos en el año 1610 agravó la despoblación de la villa. Las acciones llevadas a cabo por el Duque de Béjar y beneficios fiscales establecidos por Felipe V
paliaron algo la situación.
En 1813, la abolición de los señoríos de todas las villas del país llevada a cabo en las
Cortes de Cádiz convirtió a Talamanca en un municipio libre y perteneciente al partido de
Alcalá y al Arzobispado de Toledo. Durante el siglo XX y hasta la actualidad la población
de Talamanca se ha ido recuperando lentamente, y la morfología del casco ha permanecido
inalterada hasta muy avanzado el siglo XX, cuando las primeras urbanizaciones en torno al
núcleo urbano rompen la homogeneidad propia de la arquitectura tradicional de la zona.
La orden de los cartujos, perteneciente a la iglesia católica, fue fundada en 1084 por
San Bruno. Principalmente se caracteriza por la austeridad, la sencillez y la moderación.
Gracias a una intensa actividad económica, los cartujos comenzaron a tener cada vez
más presencia en el valle del Lozoya, adquiriendo numerosas tierras y propiedades donde
establecieron granjas. Este fue el caso de Talamanca de Jarama, donde los monjes comenzaron a comprar propiedades tales como el molino de la Corredera, huertas, casas con corral y bodega, etc. Algunas de estas propiedades fueron las que pudieron dar origen a La

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2. Introducción histórica