C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20211220-21)
Bien de interés cultural – Decreto 240/2021, de 15 de diciembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declaran bien de interés cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de hecho cultural, las Fiestas Patronales de San Isidro, en Madrid
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BOCM
B.O.C.M. Núm. 302
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 20 DE DICIEMBRE DE 2021
Pág. 85
nonización de san Isidro por el papa Gregorio XV. Las fiestas de celebración en la pradera
vienen reflejadas en la documentación municipal.
El culto se fue expandiendo a partir de este momento fuera del núcleo de Madrid durante los siglos XVII y XVIII. En 1769 Carlos III ordena que los restos de san Isidro y santa María de la Cabeza se trasladen a la Real Colegiata de San Isidro. Las imágenes reflejadas por Goya se han convertido en el arquetipo de la fiesta: una pradera risueña donde las
majas y majos se columpian, ríen y juegan, refleja importantes cambios sociales. La vorágine del siglo XIX refleja en las fuentes históricas las romerías en la pradera como espacio
de sociabilidad. Las fuentes nos hablan de la música, las crónicas satíricas del evento y la
presencia de nuevos visitantes, como los “isidros”, personas de los alrededores de la ciudad
que acudían a las fiestas. Paralelamente, intramuros se continuaban celebrando festejos lúdicos y devocionales.
En el siglo XX la fiesta se ve afectada por los acontecimientos históricos; problemas
económicos y conflictos sociales van dificultando su celebración. En 1939, en un acto solemne, se recuperan las reliquias de san Isidro y santa María de la Cabeza, escondidas en
una pared de la Real Colegiata, que había sido destruida. La ermita se reconstruye, restableciéndose el culto en 1941. Poco a poco la fiesta se va recuperando, y en los años 80
asistimos al efecto de la “Movida Madrileña”, un movimiento que se manifestó en los distintos ámbitos de la cultura expresiva: música, cine, cómic, literatura, fotografía y las industrias culturales del momento. La fiesta se revitaliza, descentralizándose a partir de
los 90, y se reivindica su cualidad de manifestación cultural, que contiene la conmemoración religiosa, pero que la trasciende.
Con la llegada del siglo XXI se reivindica el protagonismo de la música en sus distintos géneros y sobre todo a través del formato de Festival. Los tiempos de pandemia iniciados en 2021 y la paralización de las celebraciones han obligado a reflexionar sobre los riesgos y la extrema vulnerabilidad de este patrimonio inmaterial y la necesidad de su
protección y puesta en valor.
Las Fiestas Patronales de San Isidro son el máximo exponente del ciclo festivo madrileño, pero están íntimamente ligadas con todo el ciclo anual de fiestas de la ciudad, que marcan un tiempo y unos espacios que marcan la diferencia entre la cotidianeidad y el trabajo.
Se celebran en el mes de mayo, con el día 15 como fecha central y conmemorativa del
santo. Su duración ha ido evolucionando con el paso del tiempo, reduciéndose paulatinamente hasta alcanzar actualmente una media de seis días.
En cuanto a los actos religiosos y devocionales, éstos se repiten periódicamente, año tras
año, durante las mismas fechas. El primer fin de semana del mes de mayo tiene lugar en la ermita de San Isidro el acto de la bendición del agua y la consagración al santo. Cinco días antes del día del Santo se celebra en la Real Colegiata de San Isidro el Quinario preparatorio.
El día 15, día del patrón, es cuando se celebran los actos más importantes: la misa solemne en la Real Colegiata de San Isidro, y sendas eucaristías en la capilla de la Cuadra de
San Isidro. A mediodía, en la pradera se oficia la misa de romería en la explanada. En la ermita, durante todo el día y en horario continuo, se puede venerar la reliquia de san Isidro.
Ya por la tarde, de nuevo en la Real Colegiata, comienza la procesión con la salida de las
imágenes de san Isidro y santa María de la Cabeza.
En cuanto a los actos lúdicos y festivos, no tienen una fecha tan estable en el calendario como sucede con los actos religiosos. Su programación se realiza teniendo en cuenta el
día de la semana en el que ese año cae la festividad de san Isidro, si coincide con el fin de
semana, o no.
Los actos festivos institucionales suelen comenzar el viernes previo al 15 de mayo, con
el recuperado y ya tradicional pasacalles de gigantes y cabezudos por el centro de la ciudad. En la pradera de San Isidro, unos días antes de la lectura del pregón ya han comenzado los actos lúdicos y festivos, y durante los días que se pueda alargar la fiesta encontramos
una propuesta de actividades amplia y diversa en escenarios repartidos por toda la ciudad.
El 15 de mayo también se condensan la mayoría de los actos lúdicos festivos, con la
mayoría de las actuaciones castizas tradicionales. En la pradera tiene lugar la tradicional romería hasta la ermita del Santo. El fin de fiesta lo marca el espectáculo pirotécnico a medianoche el último día de las fiestas, desde el parque de San Isidro.
Además de estas celebraciones, durante casi un mes se celebra la Feria de San Isidro
con corridas de toros en la Plaza Monumental de las Ventas, que suele comenzar a principios o mediados de mayo y acabar a principios o mediados del mes de junio.
BOCM-20211220-21
A.5. Calendario festivo
B.O.C.M. Núm. 302
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 20 DE DICIEMBRE DE 2021
Pág. 85
nonización de san Isidro por el papa Gregorio XV. Las fiestas de celebración en la pradera
vienen reflejadas en la documentación municipal.
El culto se fue expandiendo a partir de este momento fuera del núcleo de Madrid durante los siglos XVII y XVIII. En 1769 Carlos III ordena que los restos de san Isidro y santa María de la Cabeza se trasladen a la Real Colegiata de San Isidro. Las imágenes reflejadas por Goya se han convertido en el arquetipo de la fiesta: una pradera risueña donde las
majas y majos se columpian, ríen y juegan, refleja importantes cambios sociales. La vorágine del siglo XIX refleja en las fuentes históricas las romerías en la pradera como espacio
de sociabilidad. Las fuentes nos hablan de la música, las crónicas satíricas del evento y la
presencia de nuevos visitantes, como los “isidros”, personas de los alrededores de la ciudad
que acudían a las fiestas. Paralelamente, intramuros se continuaban celebrando festejos lúdicos y devocionales.
En el siglo XX la fiesta se ve afectada por los acontecimientos históricos; problemas
económicos y conflictos sociales van dificultando su celebración. En 1939, en un acto solemne, se recuperan las reliquias de san Isidro y santa María de la Cabeza, escondidas en
una pared de la Real Colegiata, que había sido destruida. La ermita se reconstruye, restableciéndose el culto en 1941. Poco a poco la fiesta se va recuperando, y en los años 80
asistimos al efecto de la “Movida Madrileña”, un movimiento que se manifestó en los distintos ámbitos de la cultura expresiva: música, cine, cómic, literatura, fotografía y las industrias culturales del momento. La fiesta se revitaliza, descentralizándose a partir de
los 90, y se reivindica su cualidad de manifestación cultural, que contiene la conmemoración religiosa, pero que la trasciende.
Con la llegada del siglo XXI se reivindica el protagonismo de la música en sus distintos géneros y sobre todo a través del formato de Festival. Los tiempos de pandemia iniciados en 2021 y la paralización de las celebraciones han obligado a reflexionar sobre los riesgos y la extrema vulnerabilidad de este patrimonio inmaterial y la necesidad de su
protección y puesta en valor.
Las Fiestas Patronales de San Isidro son el máximo exponente del ciclo festivo madrileño, pero están íntimamente ligadas con todo el ciclo anual de fiestas de la ciudad, que marcan un tiempo y unos espacios que marcan la diferencia entre la cotidianeidad y el trabajo.
Se celebran en el mes de mayo, con el día 15 como fecha central y conmemorativa del
santo. Su duración ha ido evolucionando con el paso del tiempo, reduciéndose paulatinamente hasta alcanzar actualmente una media de seis días.
En cuanto a los actos religiosos y devocionales, éstos se repiten periódicamente, año tras
año, durante las mismas fechas. El primer fin de semana del mes de mayo tiene lugar en la ermita de San Isidro el acto de la bendición del agua y la consagración al santo. Cinco días antes del día del Santo se celebra en la Real Colegiata de San Isidro el Quinario preparatorio.
El día 15, día del patrón, es cuando se celebran los actos más importantes: la misa solemne en la Real Colegiata de San Isidro, y sendas eucaristías en la capilla de la Cuadra de
San Isidro. A mediodía, en la pradera se oficia la misa de romería en la explanada. En la ermita, durante todo el día y en horario continuo, se puede venerar la reliquia de san Isidro.
Ya por la tarde, de nuevo en la Real Colegiata, comienza la procesión con la salida de las
imágenes de san Isidro y santa María de la Cabeza.
En cuanto a los actos lúdicos y festivos, no tienen una fecha tan estable en el calendario como sucede con los actos religiosos. Su programación se realiza teniendo en cuenta el
día de la semana en el que ese año cae la festividad de san Isidro, si coincide con el fin de
semana, o no.
Los actos festivos institucionales suelen comenzar el viernes previo al 15 de mayo, con
el recuperado y ya tradicional pasacalles de gigantes y cabezudos por el centro de la ciudad. En la pradera de San Isidro, unos días antes de la lectura del pregón ya han comenzado los actos lúdicos y festivos, y durante los días que se pueda alargar la fiesta encontramos
una propuesta de actividades amplia y diversa en escenarios repartidos por toda la ciudad.
El 15 de mayo también se condensan la mayoría de los actos lúdicos festivos, con la
mayoría de las actuaciones castizas tradicionales. En la pradera tiene lugar la tradicional romería hasta la ermita del Santo. El fin de fiesta lo marca el espectáculo pirotécnico a medianoche el último día de las fiestas, desde el parque de San Isidro.
Además de estas celebraciones, durante casi un mes se celebra la Feria de San Isidro
con corridas de toros en la Plaza Monumental de las Ventas, que suele comenzar a principios o mediados de mayo y acabar a principios o mediados del mes de junio.
BOCM-20211220-21
A.5. Calendario festivo