C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20210712-19)
Bien de interés cultural – Decreto 155/2021, de 7 de julio, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Monumento, la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Pezuela de las Torres (Madrid)
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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 12 DE JULIO DE 2021
B.O.C.M. Núm. 164
doblado y con la rosca interna más desarrollada; sobre él corre una doble fila de ladrillos y
un tramo de muro formado por tres fajas de mampostería entre una hilada de ladrillos.
También se pudo observar que tanto el arco original como el arranque de los arcos de
los pilares no se correspondían con la luz de los actuales, ya que describen una rosca menor. Este hecho puso en evidencia que eran necesarios otros apoyos intermedios, lo que
pudo confirmarse en la excavación arqueológica al descubrirse la cimentación de los mismos. Como consecuencia de ello, se pudo concluir que la planta original contaría con cuatro pilares y cinco arcos en cada lado, dando lugar a cinco tramos iguales, según queda reflejado en el plano hipotético elaborado por la Dra. Abad.
Junto al muro norte de la iglesia, se adosa una crujía constituida por un lienzo de muro
corrido que enrasa con la torre y sigue paralelo a la nave lateral. Muestra una fábrica de
mampostería continua, donde se abren dos vanos adintelados formados por grandes sillares. Se cubre con tejado a un agua que descansa sobre sencillas ménsulas de madera.
Esta crujía, actualmente está ocupada por la capilla del Santísimo, una estancia rectangular alargada producto de la unión de dos estancias cuadrangulares, desde donde se puede
observar parte del muro de mampostería de la nave norte. Junto a esta, se localiza la capilla de Nuestra Señora de la Candelaria, anteriormente del Cristo, un pequeño espacio de
planta cuadrangular cubierta por una bóveda de yeso con casetones, que da paso a otra estancia donde se encuentra la escalera que da acceso a la entrada de la torre. A la capilla se
accede desde la iglesia a través de un arco apuntado y doblado de ladrillo, localizado frente a la entrada del templo situado en el muro de la nave lateral sur.
Junto al muro exterior de la nave lateral sur se adosa una galería porticada renacentista, conformada por ocho columnas de piedra, de fuste liso y capiteles formados por un grueso collarino, cesto liso y cimacio de lados cóncavos decorado rosetas y volutas en los ángulos. Las columnas se embuten en un antepecho de sillería, en cuyo interior se adosa un
banco corrido que recorre todo el pórtico. Se cubre con techumbre de madera a un agua que
apoya sobre las citadas columnas mediante zapatas también de madera.
La obra debió iniciarse hacia 1534, cuando el visitador ordenó derribar el portal con la
cámara y hacer otro nuevo, con los pilares de piedra y buena madera de pino. El trabajo de
carpintería corrió a cargo de Pedro López, y la obra de cantería fue contratada en 1535 con
Hernando de la Sierra, concluyendo un año después.
Por estos mismos años se realizó una nueva portada de características renacentistas, que
ocultó y en parte destruyó la portada mudéjar original, constituida por un triple arco de medio punto de ladrillo. La nueva portada, realizada en yeso, fue diseñada por el maestro alcalaíno Cristóbal de Miranda entre 1534 y 1535. Está formada por un arco de medio punto finamente moldurado, enmarcado por una cenefa a modo de alfiz con decoración a cadelieri y
grutescos; en las enjutas dos medallones con bustos representando a San Pedro y San Pablo.
Durante el siglo XVII se llevó a cabo una gran transformación en el cuerpo de la iglesia. Según informan los libros de fábrica, entre 1612 y 1614 se registra el mandato de “hacer los arcos de la iglesia”, obra que inicia el maestro de cantería Juan de Praves hacia 1616
y que parece terminar hacia 1620, fecha en la que se consigna la última cantidad importante. Según la Dra. Abad, la obra consistiría en transformar las arquerías de las naves y aumentar la altura de la nave central, como se aprecia en los muros norte y sur por el exterior.
En el año 1661, el visitador ordenó que se construyese una nueva sacristía por ser muy
pequeña la existente. Así, en 1662 se ordenó la ampliación de la sacristía aprovechando
para ello parte del pórtico, para lo cual fue contratado Sebastián Martínez, maestro de obras
vecino de Tendillas. Se trata de una sencilla dependencia de planta cuadrangular, cubierta
con techumbre de madera adosada al muro sur de la cabecera. En 1680 se instaló un aguamanil de piedra.
A lo largo del siglo XVIII, la iglesia sufrió nuevas modificaciones con el fin de adecuarla a los gustos del momento. Así, en 1727, el visitador ordenó la construcción de nuevas cubiertas para dotar de mayor decencia al templo y ahorrar el coste del mantenimiento
de las techumbres de madera. Las naves se cubrieron con una falsa bóveda de yeso dividida mediante arcos carpaneles en la nave central y de arista en las naves laterales, como se
conserva en la actualidad.
A los pies del templo y ocupando el último tramo de la nave central se localiza el coro
en alto. Descansa sobre un arco escarzano y se accede a él por una escalera de fábrica nueva situada en la nave sur.
Unos años más tarde, en 1748, se acometió la transformación de la fachada occidental
por el maestro de obras José de Alarcón Castañeda, natural de Mondéjar, con materiales
procedentes del palacio de los condes de Pezuela, que se encontraba en ruinas.
BOCM-20210712-19
BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 12 DE JULIO DE 2021
B.O.C.M. Núm. 164
doblado y con la rosca interna más desarrollada; sobre él corre una doble fila de ladrillos y
un tramo de muro formado por tres fajas de mampostería entre una hilada de ladrillos.
También se pudo observar que tanto el arco original como el arranque de los arcos de
los pilares no se correspondían con la luz de los actuales, ya que describen una rosca menor. Este hecho puso en evidencia que eran necesarios otros apoyos intermedios, lo que
pudo confirmarse en la excavación arqueológica al descubrirse la cimentación de los mismos. Como consecuencia de ello, se pudo concluir que la planta original contaría con cuatro pilares y cinco arcos en cada lado, dando lugar a cinco tramos iguales, según queda reflejado en el plano hipotético elaborado por la Dra. Abad.
Junto al muro norte de la iglesia, se adosa una crujía constituida por un lienzo de muro
corrido que enrasa con la torre y sigue paralelo a la nave lateral. Muestra una fábrica de
mampostería continua, donde se abren dos vanos adintelados formados por grandes sillares. Se cubre con tejado a un agua que descansa sobre sencillas ménsulas de madera.
Esta crujía, actualmente está ocupada por la capilla del Santísimo, una estancia rectangular alargada producto de la unión de dos estancias cuadrangulares, desde donde se puede
observar parte del muro de mampostería de la nave norte. Junto a esta, se localiza la capilla de Nuestra Señora de la Candelaria, anteriormente del Cristo, un pequeño espacio de
planta cuadrangular cubierta por una bóveda de yeso con casetones, que da paso a otra estancia donde se encuentra la escalera que da acceso a la entrada de la torre. A la capilla se
accede desde la iglesia a través de un arco apuntado y doblado de ladrillo, localizado frente a la entrada del templo situado en el muro de la nave lateral sur.
Junto al muro exterior de la nave lateral sur se adosa una galería porticada renacentista, conformada por ocho columnas de piedra, de fuste liso y capiteles formados por un grueso collarino, cesto liso y cimacio de lados cóncavos decorado rosetas y volutas en los ángulos. Las columnas se embuten en un antepecho de sillería, en cuyo interior se adosa un
banco corrido que recorre todo el pórtico. Se cubre con techumbre de madera a un agua que
apoya sobre las citadas columnas mediante zapatas también de madera.
La obra debió iniciarse hacia 1534, cuando el visitador ordenó derribar el portal con la
cámara y hacer otro nuevo, con los pilares de piedra y buena madera de pino. El trabajo de
carpintería corrió a cargo de Pedro López, y la obra de cantería fue contratada en 1535 con
Hernando de la Sierra, concluyendo un año después.
Por estos mismos años se realizó una nueva portada de características renacentistas, que
ocultó y en parte destruyó la portada mudéjar original, constituida por un triple arco de medio punto de ladrillo. La nueva portada, realizada en yeso, fue diseñada por el maestro alcalaíno Cristóbal de Miranda entre 1534 y 1535. Está formada por un arco de medio punto finamente moldurado, enmarcado por una cenefa a modo de alfiz con decoración a cadelieri y
grutescos; en las enjutas dos medallones con bustos representando a San Pedro y San Pablo.
Durante el siglo XVII se llevó a cabo una gran transformación en el cuerpo de la iglesia. Según informan los libros de fábrica, entre 1612 y 1614 se registra el mandato de “hacer los arcos de la iglesia”, obra que inicia el maestro de cantería Juan de Praves hacia 1616
y que parece terminar hacia 1620, fecha en la que se consigna la última cantidad importante. Según la Dra. Abad, la obra consistiría en transformar las arquerías de las naves y aumentar la altura de la nave central, como se aprecia en los muros norte y sur por el exterior.
En el año 1661, el visitador ordenó que se construyese una nueva sacristía por ser muy
pequeña la existente. Así, en 1662 se ordenó la ampliación de la sacristía aprovechando
para ello parte del pórtico, para lo cual fue contratado Sebastián Martínez, maestro de obras
vecino de Tendillas. Se trata de una sencilla dependencia de planta cuadrangular, cubierta
con techumbre de madera adosada al muro sur de la cabecera. En 1680 se instaló un aguamanil de piedra.
A lo largo del siglo XVIII, la iglesia sufrió nuevas modificaciones con el fin de adecuarla a los gustos del momento. Así, en 1727, el visitador ordenó la construcción de nuevas cubiertas para dotar de mayor decencia al templo y ahorrar el coste del mantenimiento
de las techumbres de madera. Las naves se cubrieron con una falsa bóveda de yeso dividida mediante arcos carpaneles en la nave central y de arista en las naves laterales, como se
conserva en la actualidad.
A los pies del templo y ocupando el último tramo de la nave central se localiza el coro
en alto. Descansa sobre un arco escarzano y se accede a él por una escalera de fábrica nueva situada en la nave sur.
Unos años más tarde, en 1748, se acometió la transformación de la fachada occidental
por el maestro de obras José de Alarcón Castañeda, natural de Mondéjar, con materiales
procedentes del palacio de los condes de Pezuela, que se encontraba en ruinas.
BOCM-20210712-19
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