C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20210712-18)
Bien de interés cultural – Decreto 154/2021, de 7 de julio, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento, la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Robledo de Chavela (Madrid)
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B.O.C.M. Núm. 164
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 12 DE JULIO DE 2021
las columnas de la nave presentan ligerísimas variaciones con respecto a los de la cabecera: son de menor tamaño y presentan un cuerpo del capitel muy corto decorado con motivos de hojas, para terminar con otra moldura baquetonada. Las basas de las columnas muestran la versión ática del gótico final, constituidas por dos molduras baquetonadas entre las
cuales se desarrolla un espacio ligeramente cóncavo de cierta altura; estas apoyan sobre un
basamento poligonal que se asienta sobre un pedestal cuadrangular de cuyos ángulos emergen dos cuerpos de perfil piramidal. La diferencia entre las de la cabecera y la nave reside
en la reducción del tamaño del cuerpo que se encuentra entre los dos baquetones. Las ménsulas donde apoyan los nervios del último tramo de la nave, situadas en los ángulos, son de
perfil semicónico, con un pequeño ábaco semicircular formado por un baquetón y un listel
que da paso al campo decorado con motivos vegetales, rematando en una pequeña pieza
abocelada y una bola.
El altar mayor, al que se accede por una escalinata de piedra, se encuentra bastante elevado, lo que permite localizar una cripta debajo, al tiempo que posibilita una mejor visibilidad de los fieles desde cualquier lugar del templo. En el testero se ubica un retablo hispanoflamenco de grandes dimensiones, fechable hacia 1500, que oculta las dos ménsulas
sobre las que descansan los nervios de la bóveda y que, al parecer, se decoran con sendos
escudos de armas no identificados.
A los pies de la nave se levanta un coro alto de madera, que apoya sobre cuatro columnas toscanas, dos enteras y dos medias adosadas a los muros laterales, que pueden fecharse en el siglo XVI. El frente está formado por balaustres de madera.
Adosada al primer tramo de la nave en su muro norte se encuentra la Capilla de la Soledad. Es de planta cuadrangular y se cubre con una bóveda de crucería estrellada con el
mismo diseño que la iglesia; la clave central es lisa mientras las claves de los terceletes están decoradas con flores de cinco pétalos con botón central. Los nervios descansan en ménsulas con decoración vegetal de factura tosca, situadas en los ángulos de la capilla.
Se comunica con la nave por medio de un arco apuntado decorado con una sucesión
de molduras cóncavas y un bocel exterior y protegido por una chambrana. Descansa sobre
medias columnas adosadas a las jambas mediante capiteles corridos de cesto corto y decorados con motivos vegetales y basas áticas. Exteriormente está construida con fábrica de sillarejo con grueso rejuntado y sillares en cremallera en las esquinas. Remata con una sencilla cornisa con perfil de nacela.
La sacristía se localiza en el muro sur del tramo que precede al ábside. Es de planta
cuadrangular y se cubre con una bóveda rebajada que podría datarse en el siglo XVIII.
Atendiendo a la lectura estratigráfica de los paramentos, donde se reflejan diferentes
fábricas, así como al análisis de los distintos elementos constructivos y decorativos que
conforman la iglesia, es posible determinar tres etapas constructivas principales. A la primera correspondería una construcción tardorrománica que podría fecharse hacia el primer
cuarto del siglo XIII y de la que se mantienen restos en los muros norte y sur de la nave con
las dos portadas y posiblemente el cuerpo inferior de la torre. A la segunda etapa constructiva pertenecería la cabecera formada por el ábside y tramo recto anterior, que se dataría en
el último tercio del siglo XV. Y a la tercera la ampliación de la nave en altura aprovechando la parte inferior de los muros y portadas de la primera fase, con sus cubiertas abovedadas y contrafuertes exteriores, pero continuando la misma traza iniciada en la cabecera, así
como otro cuerpo en la torre; esta fase se desarrollaría a continuación de la segunda, fechable a principios del siglo XVI. Posteriormente, a lo largo del siglo XVI, se elevó un cuerpo
más la torre y se construyeron las dos dependencias junto a la base de esta, así como la capilla de la Soledad y la sacristía.
Hacia el último cuarto del siglo XV debió de surgir la necesidad de renovar el templo
medieval por resultar insuficiente para albergar una población en auge, motivada por la
buena situación económica de la región. Además, socialmente existía un afán generalizado
por levantar nuevas y suntuosas fábricas que sustituyeran a los viejos templos medievales.
Por otra parte, a partir del segundo tercio del siglo XV comienza a detectarse la presencia
de canteros de la Trasmiera ocupando puestos relevantes en Castilla; cuadrillas de canteros,
relacionados por vínculos familiares o de lugar de procedencia, que se van instalando y formando talleres con suficiente entidad como para encargarse de trazar y ejecutar las nuevas
construcciones. En ellas muestran una mayor preocupación por los aspectos estructurales
ya espaciales que por los decorativos, potenciando la monumentalidad.
En este ambiente, se decidió levantar una nueva iglesia comenzando por la cabecera y
manteniendo el cuerpo de naves de la primitiva construcción. Una vez concluida la cabecera parece que se produjo una interrupción de las obras, posiblemente por falta de recursos
Pág. 69
BOCM-20210712-18
BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 12 DE JULIO DE 2021
las columnas de la nave presentan ligerísimas variaciones con respecto a los de la cabecera: son de menor tamaño y presentan un cuerpo del capitel muy corto decorado con motivos de hojas, para terminar con otra moldura baquetonada. Las basas de las columnas muestran la versión ática del gótico final, constituidas por dos molduras baquetonadas entre las
cuales se desarrolla un espacio ligeramente cóncavo de cierta altura; estas apoyan sobre un
basamento poligonal que se asienta sobre un pedestal cuadrangular de cuyos ángulos emergen dos cuerpos de perfil piramidal. La diferencia entre las de la cabecera y la nave reside
en la reducción del tamaño del cuerpo que se encuentra entre los dos baquetones. Las ménsulas donde apoyan los nervios del último tramo de la nave, situadas en los ángulos, son de
perfil semicónico, con un pequeño ábaco semicircular formado por un baquetón y un listel
que da paso al campo decorado con motivos vegetales, rematando en una pequeña pieza
abocelada y una bola.
El altar mayor, al que se accede por una escalinata de piedra, se encuentra bastante elevado, lo que permite localizar una cripta debajo, al tiempo que posibilita una mejor visibilidad de los fieles desde cualquier lugar del templo. En el testero se ubica un retablo hispanoflamenco de grandes dimensiones, fechable hacia 1500, que oculta las dos ménsulas
sobre las que descansan los nervios de la bóveda y que, al parecer, se decoran con sendos
escudos de armas no identificados.
A los pies de la nave se levanta un coro alto de madera, que apoya sobre cuatro columnas toscanas, dos enteras y dos medias adosadas a los muros laterales, que pueden fecharse en el siglo XVI. El frente está formado por balaustres de madera.
Adosada al primer tramo de la nave en su muro norte se encuentra la Capilla de la Soledad. Es de planta cuadrangular y se cubre con una bóveda de crucería estrellada con el
mismo diseño que la iglesia; la clave central es lisa mientras las claves de los terceletes están decoradas con flores de cinco pétalos con botón central. Los nervios descansan en ménsulas con decoración vegetal de factura tosca, situadas en los ángulos de la capilla.
Se comunica con la nave por medio de un arco apuntado decorado con una sucesión
de molduras cóncavas y un bocel exterior y protegido por una chambrana. Descansa sobre
medias columnas adosadas a las jambas mediante capiteles corridos de cesto corto y decorados con motivos vegetales y basas áticas. Exteriormente está construida con fábrica de sillarejo con grueso rejuntado y sillares en cremallera en las esquinas. Remata con una sencilla cornisa con perfil de nacela.
La sacristía se localiza en el muro sur del tramo que precede al ábside. Es de planta
cuadrangular y se cubre con una bóveda rebajada que podría datarse en el siglo XVIII.
Atendiendo a la lectura estratigráfica de los paramentos, donde se reflejan diferentes
fábricas, así como al análisis de los distintos elementos constructivos y decorativos que
conforman la iglesia, es posible determinar tres etapas constructivas principales. A la primera correspondería una construcción tardorrománica que podría fecharse hacia el primer
cuarto del siglo XIII y de la que se mantienen restos en los muros norte y sur de la nave con
las dos portadas y posiblemente el cuerpo inferior de la torre. A la segunda etapa constructiva pertenecería la cabecera formada por el ábside y tramo recto anterior, que se dataría en
el último tercio del siglo XV. Y a la tercera la ampliación de la nave en altura aprovechando la parte inferior de los muros y portadas de la primera fase, con sus cubiertas abovedadas y contrafuertes exteriores, pero continuando la misma traza iniciada en la cabecera, así
como otro cuerpo en la torre; esta fase se desarrollaría a continuación de la segunda, fechable a principios del siglo XVI. Posteriormente, a lo largo del siglo XVI, se elevó un cuerpo
más la torre y se construyeron las dos dependencias junto a la base de esta, así como la capilla de la Soledad y la sacristía.
Hacia el último cuarto del siglo XV debió de surgir la necesidad de renovar el templo
medieval por resultar insuficiente para albergar una población en auge, motivada por la
buena situación económica de la región. Además, socialmente existía un afán generalizado
por levantar nuevas y suntuosas fábricas que sustituyeran a los viejos templos medievales.
Por otra parte, a partir del segundo tercio del siglo XV comienza a detectarse la presencia
de canteros de la Trasmiera ocupando puestos relevantes en Castilla; cuadrillas de canteros,
relacionados por vínculos familiares o de lugar de procedencia, que se van instalando y formando talleres con suficiente entidad como para encargarse de trazar y ejecutar las nuevas
construcciones. En ellas muestran una mayor preocupación por los aspectos estructurales
ya espaciales que por los decorativos, potenciando la monumentalidad.
En este ambiente, se decidió levantar una nueva iglesia comenzando por la cabecera y
manteniendo el cuerpo de naves de la primitiva construcción. Una vez concluida la cabecera parece que se produjo una interrupción de las obras, posiblemente por falta de recursos
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