Consejería De Cultura, Turismo, Jóvenes Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2024040022)
Decreto 14/2024, de 20 de febrero, por el que se declara Bien de Interés Cultural el "Conjunto de Hornos de Magacela", en el término municipal de Magacela (Badajoz), con la categoría de Lugar de Interés Etnológico.
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Lunes 26 de febrero de 2024

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de nuestros inmuebles tradicionales: el dinamismo en el que se integran, acorde con las posibilidades que se ofrezcan a los constructores y usuarios para mejorar la habitabilidad, en el
caso de la vivienda, y la conservación.
Es interesante comprobar, ahondando en los detalles constructivos, que, a pesar de los matices diferenciales, los hornos siguen un modelo básico, condicionado por los criterios de
funcionalidad a los que hacíamos referencia. Los hornos constan de una caldera cilíndrica que
actúa de cámara de combustión, en la que aparece una entrada reforzada o protegida por un
portal en la parte frontal con una especie de contrafuertes o estribos a los lados. Estos contrafuertes son imprescindibles para que el conjunto pueda contrarrestar la fuerza ejercitada
por el túmulo de tierra que entierra el vaso de la caldera en la parte posterior. El túmulo de
tierra tiene varias funciones, entre las cuales están la de conservar el calor para garantizar el
trabajo de la caldera, así como aislar y proteger. En el interior de la cámara de combustión,
concretamente en la parte inferior, se construye un saliente desde el que comenzaba la primera hilada de la bóveda, construida en piedra caliza, la más abundante del entorno, razón
por la cual el emplazamiento de los hornos radica en este lugar.
La caldera debe construirse de un material especialmente resistente al calor, por ello se
utilizará el granito, el cual abunda en la comarca donde se ubica la localidad. Los llamados
“calerines” se presentan forrados de ladrillo refractario, acorde con los requisitos funcionales
que vienen del siglo XIX. Se recurre al carbón vegetal para alimentar los hornos, tanto en las
calderas de los caleros como en los de fabricación de teja.
Los hornos de teja no se diferencian en lo esencial de los caleros. Sin embargo, aquellos tienen algunas particularidades que son descritas desde la propia página del ayuntamiento de
Magacela:
“Los respiraderos se situaban entre medio metro a un metro y medio de la entrada del horno.
Por ellos entraba el aire a través de dos fogones –agujeros– en la zona inferior de la caldera
u hogar. Además de tomar el aire, por estos elementos se sacaba también con un gancho las
cenizas de la combustión o la escoria de la paja, llamada “moco”.
“La cámara de combustión de los hornos destinados a la cocción de teja y ladrillo se dividía
en dos alturas por una arquería de ladrillo a modo de enrejado, sirviendo de soporte donde se
colocaban los moldeados de barro. Dos troneras a los lados de la boca hacían de respiraderos
cuando se quemaba paja. Estas son básicamente las únicas diferencias estructurales respecto
a los de cal”.
Es interesante tener en cuenta que anexos a estas infraestructuras hallamos las canteras que
surtían de barro y cal a los hornos, siendo algunas de ellas espectaculares, habiendo dejado
huella en la configuración paisajística, lo cual pone de manifiesto la importancia de las activi-