Consejería De Hacienda Y Administración Pública. Convenios. (2023060889)
Resolución de 10 de marzo de 2023, de la Secretaría General, por la que se da publicidad al Convenio de Colaboración entre el Servicio Extremeño de Salud y el Colegio Oficial de Podólogos de Extremadura para el Desarrollo del Programa "Oncopie" en el marco de la prevención activa de las patologías del pie en el paciente oncológico en Extremadura.
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NÚMERO 59
Lunes 27 de marzo de 2023
18670
Segundo. La prevención sanitaria tiene un papel decisivo en las actuaciones de la Administración Sanitaria, alcanzando una especial relevancia la conjunción de esfuerzos con los sectores profesionales del ámbito sanitario, mediante convenios de colaboración.
Tercero. El síndrome mano-pie, también llamado eritrodisestesia palmoplantar, es un efecto
secundario común de algunos tratamientos contra el cáncer. El síndrome mano-pie genera
enrojecimiento, hinchazón y dolor en los pies y también en las manos. Los síntomas, en menor o mayor grado, se caracterizan por el enrojecimiento (parecido a una quemadura solar),
tirantez de la piel, aparición de callos gruesos y ampollas en las plantas de los pies (y palmas
de las manos), hinchazón, sensación de cosquilleo, ardor o sensibilidad al tacto.
Las causas por las que se produce este síndrome son porque algunos tratamientos activos
contra el cáncer afectan al crecimiento de las células cutáneas o de pequeños vasos sanguíneos en pies y manos. Los fármacos que pueden causar estos síntomas son habitualmente
manejados por oncología para combatir diversos tipos de neoplasias y pertenecen a dos grupos: las quimioterapias (capecitabina, citarabina, docetaxel doxorrubicina, fluororacilo, floxuridina, doxorrubicina…) y las terapias dirigidas (axitinib, regorafenib, sunitinib, regorafenib,
sorafenib…).
El síndrome mano-pie es generalmente peor durante las primeras 6 semanas de tratamiento
con las terapias dirigidas. Con la quimioterapia, generalmente aparece de 2 a 3 meses después. En ambos casos, la sintomatología tiende a ir remitiendo con el tiempo, y desaparecen
cuando terminan los ciclos de tratamiento.
No todas las personas que toman estos medicamentos desarrollan síndrome mano-pie. La
gravedad del síndrome mano-pie puede variar de una persona a otra. Incluso las personas
que toman el mismo fármaco para la misma forma de cáncer pueden no tener los mismos
síntomas.
Existen estrategias bien conocidas y aplicadas por nuestros oncólogos para el manejo y prevención de los síntomas y signos de este síndrome, pero sin duda una de las medidas más
eficaces es considerar la posibilidad de visitar a un podólogo.
La atención especializada que los podólogos pueden ofrecer al paciente oncológico con riesgo
de padecer el síndrome mano-pie comprende actividades de prevención de complicaciones y
de quiropodia básica, concretándose en recomendar y dirigir toda una batería de terapias que
reduzcan toda esta sintomatología dolorosa y limitante del paciente:
— Educación del paciente oncológico de riesgo en el cuidado personal y vigilancia de sus
pies (observación, higiene, hidratación, calzado, calcetines, etc.)
Lunes 27 de marzo de 2023
18670
Segundo. La prevención sanitaria tiene un papel decisivo en las actuaciones de la Administración Sanitaria, alcanzando una especial relevancia la conjunción de esfuerzos con los sectores profesionales del ámbito sanitario, mediante convenios de colaboración.
Tercero. El síndrome mano-pie, también llamado eritrodisestesia palmoplantar, es un efecto
secundario común de algunos tratamientos contra el cáncer. El síndrome mano-pie genera
enrojecimiento, hinchazón y dolor en los pies y también en las manos. Los síntomas, en menor o mayor grado, se caracterizan por el enrojecimiento (parecido a una quemadura solar),
tirantez de la piel, aparición de callos gruesos y ampollas en las plantas de los pies (y palmas
de las manos), hinchazón, sensación de cosquilleo, ardor o sensibilidad al tacto.
Las causas por las que se produce este síndrome son porque algunos tratamientos activos
contra el cáncer afectan al crecimiento de las células cutáneas o de pequeños vasos sanguíneos en pies y manos. Los fármacos que pueden causar estos síntomas son habitualmente
manejados por oncología para combatir diversos tipos de neoplasias y pertenecen a dos grupos: las quimioterapias (capecitabina, citarabina, docetaxel doxorrubicina, fluororacilo, floxuridina, doxorrubicina…) y las terapias dirigidas (axitinib, regorafenib, sunitinib, regorafenib,
sorafenib…).
El síndrome mano-pie es generalmente peor durante las primeras 6 semanas de tratamiento
con las terapias dirigidas. Con la quimioterapia, generalmente aparece de 2 a 3 meses después. En ambos casos, la sintomatología tiende a ir remitiendo con el tiempo, y desaparecen
cuando terminan los ciclos de tratamiento.
No todas las personas que toman estos medicamentos desarrollan síndrome mano-pie. La
gravedad del síndrome mano-pie puede variar de una persona a otra. Incluso las personas
que toman el mismo fármaco para la misma forma de cáncer pueden no tener los mismos
síntomas.
Existen estrategias bien conocidas y aplicadas por nuestros oncólogos para el manejo y prevención de los síntomas y signos de este síndrome, pero sin duda una de las medidas más
eficaces es considerar la posibilidad de visitar a un podólogo.
La atención especializada que los podólogos pueden ofrecer al paciente oncológico con riesgo
de padecer el síndrome mano-pie comprende actividades de prevención de complicaciones y
de quiropodia básica, concretándose en recomendar y dirigir toda una batería de terapias que
reduzcan toda esta sintomatología dolorosa y limitante del paciente:
— Educación del paciente oncológico de riesgo en el cuidado personal y vigilancia de sus
pies (observación, higiene, hidratación, calzado, calcetines, etc.)