Consejería De Hacienda Y Administración Pública. Convenios. (2023060359)
Resolución de 31 de enero de 2023, de la Secretaría General, por la que se da publicidad al Convenio de Colaboración entre la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta de Extremadura y la Universidad de Extremadura para el estudio de las interacciones entre sustancias químicas tóxicas y la fauna extremeña, debido a la exposición a las mismas a través de cebos envenenados o por contaminación ambiental, como base de la gestión para la conservación de las especies y su hábitat. N.º expediente: 2251999FR004.
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NÚMERO 28
Jueves 9 de febrero de 2023
9007
das en este registro público de carácter administrativo se encuentra el lince ibérico (Lynx pardinus), que cuenta con su Plan de Recuperación en Extremadura aprobado mediante Orden
de 5 de mayo de 2016.
Sexto. En otro sentido, las sustancias químicas tóxicas pueden ejercer un efecto negativo
sobre la fauna silvestre bien porque se usen en cebos envenenados (efectos agudos) o como
residuos de los mismos tras baja exposición o por contaminación ambiental (efectos a largo
plazo).
En la actualidad, el uso de cebos envenenados en el medio natural de Extremadura es un
hecho constatado y constituye un grave problema para la protección y conservación de la
fauna, afectando de manera significativa a las especies amenazadas y, en particular, a aves
que consumen carroña habitual o esporádicamente.
Por ello, la Junta de Extremadura promulgó la Orden de 27 de marzo de 2015 por la que se
aprueba la Estrategia Extremeña contra el uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural (DOE, Núm. 66, de 8 de abril de 2015) que tiene como objetivo principal la erradicación
del uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural. Entre las cinco líneas principales
de actuación de la mencionada Estrategia se encuentran la Acción 1 “aumento y fluidez en el
intercambio de información y mejora del conocimiento” y la acción 3 “investigación y persecución del delito”, que incluyen entre sus actuaciones la realización de análisis toxicológicos.
Por otra parte, además del envenenamiento intencionado mediante el uso ilegal de cebos
envenenados, también existen otras causas de envenenamiento no intencionado derivado del
uso legal de ciertas sustancias tóxicas, principalmente fitosanitarios, que se emplean en la
eliminación de especies que puedan afectar negativamente a la agricultura. Dentro de este
grupo de sustancias destacan los rodenticidas anticoagulantes empleados en el control de las
plagas de roedores, dado que la ingestión de animales fallecidos o expuestos a cebos envenenados con estas sustancias puede dar lugar a intoxicaciones secundarias o indirectas en
sus predadores. En estos, además de los posibles efectos letales (muerte), los rodenticidas
también pueden provocar efectos subletales como pueden ser modificaciones no letales en los
parámetros de coagulación sanguínea, respuesta inflamatoria y fenómenos de supresión de la
inmunidad, incrementando la vulnerabilidad a factores estresantes ambientales, como son las
infecciones oportunistas (Fraser y col., 2018). Diversos estudios han comprobado que la exposición a rodenticidas por parte de fauna depredadora de roedores (ratas, ratones, conejo de
monte…), incluyendo linces y rapaces, varía del 20 al 90% (Rached y col., 2020), estando este
porcentaje fuertemente relacionado con la proximidad a áreas de actividad humana como
áreas urbanas o granjas. Este hecho, la presencia de residuos de rodenticidas anticoagulantes en fauna depredadora de roedores, ha sido también puesta en evidencia en Extremadura
Jueves 9 de febrero de 2023
9007
das en este registro público de carácter administrativo se encuentra el lince ibérico (Lynx pardinus), que cuenta con su Plan de Recuperación en Extremadura aprobado mediante Orden
de 5 de mayo de 2016.
Sexto. En otro sentido, las sustancias químicas tóxicas pueden ejercer un efecto negativo
sobre la fauna silvestre bien porque se usen en cebos envenenados (efectos agudos) o como
residuos de los mismos tras baja exposición o por contaminación ambiental (efectos a largo
plazo).
En la actualidad, el uso de cebos envenenados en el medio natural de Extremadura es un
hecho constatado y constituye un grave problema para la protección y conservación de la
fauna, afectando de manera significativa a las especies amenazadas y, en particular, a aves
que consumen carroña habitual o esporádicamente.
Por ello, la Junta de Extremadura promulgó la Orden de 27 de marzo de 2015 por la que se
aprueba la Estrategia Extremeña contra el uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural (DOE, Núm. 66, de 8 de abril de 2015) que tiene como objetivo principal la erradicación
del uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural. Entre las cinco líneas principales
de actuación de la mencionada Estrategia se encuentran la Acción 1 “aumento y fluidez en el
intercambio de información y mejora del conocimiento” y la acción 3 “investigación y persecución del delito”, que incluyen entre sus actuaciones la realización de análisis toxicológicos.
Por otra parte, además del envenenamiento intencionado mediante el uso ilegal de cebos
envenenados, también existen otras causas de envenenamiento no intencionado derivado del
uso legal de ciertas sustancias tóxicas, principalmente fitosanitarios, que se emplean en la
eliminación de especies que puedan afectar negativamente a la agricultura. Dentro de este
grupo de sustancias destacan los rodenticidas anticoagulantes empleados en el control de las
plagas de roedores, dado que la ingestión de animales fallecidos o expuestos a cebos envenenados con estas sustancias puede dar lugar a intoxicaciones secundarias o indirectas en
sus predadores. En estos, además de los posibles efectos letales (muerte), los rodenticidas
también pueden provocar efectos subletales como pueden ser modificaciones no letales en los
parámetros de coagulación sanguínea, respuesta inflamatoria y fenómenos de supresión de la
inmunidad, incrementando la vulnerabilidad a factores estresantes ambientales, como son las
infecciones oportunistas (Fraser y col., 2018). Diversos estudios han comprobado que la exposición a rodenticidas por parte de fauna depredadora de roedores (ratas, ratones, conejo de
monte…), incluyendo linces y rapaces, varía del 20 al 90% (Rached y col., 2020), estando este
porcentaje fuertemente relacionado con la proximidad a áreas de actividad humana como
áreas urbanas o granjas. Este hecho, la presencia de residuos de rodenticidas anticoagulantes en fauna depredadora de roedores, ha sido también puesta en evidencia en Extremadura