Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2022040199)
Decreto 135/2022, de 9 de noviembre, por el que se declara Bien de Interés Cultural "La Trashumancia en Extremadura" con el carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial.
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Martes 15 de noviembre de 2022

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También desde la perspectiva lingüística, localizamos similitudes terminológicas. Véase como
ejemplo la palabra “mudas”, referida a los desplazamientos periódicos de los rebaños, se oye indistintamente entre los pasiegos cántabros, los vaqueiros asturianos o los cabreros extremeños.
De otra parte, si se cotejan los cancioneros populares de Extremadura con los de otras comunidades vinculadas al fenómeno trashumante se producen sorprendentes coincidencias en las
tonadas, estructuras melódicas, temas literarios. El paralelismo se extiende también a algunos pasos de bailes, danzas, palos y cintas. Es indudable que el folclore de las comunidades
históricamente trashumantes guarda profundas resonancias pastoriles.
Y las mismas semejanzas se advierten también en la tradición oral pastoril. Por las vías pecuarias se han trasmitido romances rústicos de origen extremeño como la Loba Parda o la
Serrana de la Vera.
Finalmente, en este rápido repaso, hay que aludir a la imagen de Extremadura en la cosmovisión trashumante. Es lógico que los pastores que frecuentaron los invernaderos extremeños
se forjaran una imagen sobre el paisaje y paisanaje extremeño. Particularmente interesante
es la aportación al respecto del antropólogo William Kavanagh quien desveló, en 1987, la visión idealizada que de Extremadura tenían los pastores abulenses que bajaban sus vacadas
a los adehesamientos de nuestra región a invernar. Es interesante reseñar la conexión de la
actividad trashumante con la creación de estereotipos e imaginarios de los lugares, en este
caso de Extremadura. Para los pastores trashumantes abulenses era necesario desplazarse
desde dicho territorio hasta la comarca de La Vera, en la provincia de Cáceres, al llegar el invierno, pues si bien es esta última una comarca cercana, en ella se daban las condiciones en
invierno que permitían al ganado disponer de los pastos que la nieve les niega en sus zonas
de origen. Nos cuenta W. Kavanagh que para los pastores de las tierras de Ávila, se generaba
una dicotomía simbólica entre las tierras frías y Extremadura, como zona templada, amable
y rica en el invierno, y dicho análisis contrastivo generó la idea de que Extremadura era una
especie de paraíso de leche y miel.
De acuerdo a todo lo anterior, la trashumancia es un fenómeno indisolublemente unido a la
historia de Extremadura, que ha generado un poso de naturaleza cultural, cuya impronta se
ha dejado sentir en lo económico, lo social, el paisaje, la arquitectura, la artesanía etc., siendo, por tanto, un capítulo fundamental de la identidad extremeña.
Las vías pecuarias.
Para la trashumancia tienen un papel vital las vías pecuarias, como verdaderos corredores ecológicos por donde tradicionalmente transitaba el ganado trashumante, que pastoreaba de norte a sur, y de sur a norte, en la búsqueda de los mejores pastos, entre las zonas con pastos de
verano de las sierras septentrionales, y las zonas con pastos de invierno de las dehesas del sur.