Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2022040199)
Decreto 135/2022, de 9 de noviembre, por el que se declara Bien de Interés Cultural "La Trashumancia en Extremadura" con el carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial.
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Martes 15 de noviembre de 2022

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consecuencia de ese continuo trasiego por las cañadas y cordeles, no sólo del ganado, sino de
las ideas, las costumbres, la religiosidad…en definitiva de la cultura en el sentido amplio del
término. La trashumancia puso en contacto a distintas y distantes regiones, durante lapsos
prolongados en el tiempo; esa convivencia generó una suerte de sincretismo, que ha forjado
muchos elementos comunes que sin lugar a dudas confieren identidad a la cultura pastoril.
El fenómeno trashumante es longevo. Siglos de historia han posibilitado múltiples similitudes
entre las áreas trashumantes, y que se han traducido tanto el plano cultural como en las improntas paisajísticas.
La dedicación pastoril homogeniza los hábitos de vida, las costumbres y la práctica del pastoreo, adecuándose al hábitat serrano. En este contexto hay pocas dudas acerca del papel de
la Mesta y toda la labor normativa, de organización y reglamentación del pastoreo durante
muchos siglos. Cabe recordar que las leyes mesteñas eran de aplicación general para todos
los grupos trashumantes con independencia de la procedencia geográfica de los pastores.
Apelando de nuevo al magisterio de Flores del Manzano, debemos considerar que, entre los
puertos de agostada y las dehesas de invierno, discurre la extensa red de cañadas que pone
en contacto culturas de regiones distintas entre sí. La trashumancia ha fomentado relaciones
de distinta naturaleza entre los montañeses del norte peninsular con las penillanuras extremeñas o manchegas. Tales intercambios no se han limitado a lo material, sino que se constata
el tránsito de un sinfín de elementos culturales sustentados en el principio de la reciprocidad.
Los trashumantes descubrieron productos y objetos característicos, de los que carecían en sus
pueblos de origen, a donde los llevaban y difundían. “Con pimentón de la Vera y con aceite
de Gata, hace las mejores sopas el pastor de montaña”. Flores del Manzano documenta como
los pastores trashumantes siempre que podían se llevaban el pimentón de la vera, el aceite
y el vino de pitarra.
Asimismo, dependiendo de la habilidad del pastor, en las dehesas de alcornoques encontramos la materia prima con la que algunos pastores hicieron una cuidada artesanía de fiambreras, hueveras, tajuelos.., de corcho que localizamos en el norte, donde no existen aquellos
árboles. En definitiva, hay que subrayar que ese intercambio material se dio durante tanto
tiempo entre unas zonas y otras.
En lo que se refiere a la religiosidad también se han producido intercambios de advocaciones
protectoras del ganado. Cuenta al respecto Flores del Manzano, que la rabia canina era especialmente temida, pero los pastores extremeños carecían de una imagen concreta que les
diera seguridad frente a esta enfermedad que hacía estragos en las personas y el ganado.
Es así como entra por las vías pecuarias en Extremadura la devoción a Nuestra Señora de
Valdejimena, que desde el siglo XVII figuraba como protectora frente a la rabia, de lo que son