Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2022040198)
Decreto 134/2022, de 9 de noviembre, por el que se declara Bien de Interés Cultural, las "Fiestas Patronales de San Antonio Abad", de la localidad de Peloche, Herrera del Duque (Badajoz), con categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial.
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NÚMERO 219
Martes 15 de noviembre de 2022

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muy interiorizados que permiten que el ritual se desarrolle superando cualquier tipo de
problema que se pudiera generar tanto por la existencia de varios posibles mayordomos,
como por la ausencia de los mismos.
Cronológicamente, la fiesta tiene lugar entre el 16 y 18 de enero, sin embargo, la preparación de la fiesta se inicia realmente el día de los Reyes Magos, el 6 de enero, fecha
en la que ya se sabe con seguridad quién va a ser el mayordomo. Este momento será
aprovechado por algunos jóvenes para ir a la casa del mayordomo y “brindarse”, para ser
danzantes. Lo harán por “manda”, por agradecimiento o por compromiso con el mayordomo. Antes eran solo jóvenes del pueblo; pero ya pueden ser también jóvenes casados con
chicas del pueblo.
Al mayordomo se le reconoce porque durante estos días lleva puesta una gorra o boina,
igual que los danzantes. Además, el día de san Antón también lleva un pañuelo de colores
al cuello.
El 7 de enero empiezan los ensayos de la danza. Antes se hacía en casa del mayordomo,
hoy día la Hermandad cuenta con la denominada Casa del Santo y es allí donde se hacen
los ensayos.
En la danza participan siete hombres: seis danzantes y el guía. Para la música, se acompañan de uno o dos guitarristas. Cada danzante lleva además unas castañuelas, para
acompañar el ritmo de la segunda parte de la danza.
Como suele ocurrir en no pocas tradiciones, hay una regla no escrita que sólo permite danzar a los hombres si bien, en el año 2015 ya participó una mujer, lo cual demuestra que
las tradiciones no son inmutables, como la cultura en las que se insertan, generan cambios, que en último término permiten adaptarse a los tiempos y evolucionar con ellos. Las
reglas no son taxativas y es una cuestión de tiempo ver mujeres danzantes. Hay mucha
etnografía que atestigua este hecho, los auroros de Zarza Capilla permitieron, llegado el
momento, la entrada de mujeres y el Jarramplas de Piornal (Cáceres), este año ha tenido
a una mujer por protagonista. Seguramente, dogmatizar la tradición, y sostener una férrea
normativa, es la base para la desaparición de las mismas.
Los seis danzantes forman dos filas de tres, separadas poco más de un metro. Entre los
dos primeros de delante marcha el guía.
Los dos danzantes del medio son los que danzan por primera vez o los que tienen menos
experiencia. El último de la derecha, mirando de frente al grupo, se llama “Bartolo”, porque
es el que menos hace y, en la danza, el que menos trabaja.