Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2022040198)
Decreto 134/2022, de 9 de noviembre, por el que se declara Bien de Interés Cultural, las "Fiestas Patronales de San Antonio Abad", de la localidad de Peloche, Herrera del Duque (Badajoz), con categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial.
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NÚMERO 219
Martes 15 de noviembre de 2022

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Atendiendo al marco rural, con una dedicación casi exclusiva a la agricultura, la ganadería y la
pesca, es fácil de entender el culto en esta zona a san Antonio Abad, patrón de los ganaderos
y protector de los animales. Estas circunstancias nos hablan de la retroalimentación entre el
medio y la tradición, y nos sitúan igualmente frente a una celebración longeva, e interiorizada
como parte de un todo en el que medio, los recursos, el trabajo, los rituales festivos… están
indisolublemente unidos.
Detrás de este rico y complejo relato etnográfico, localizamos un longevo y arraigado patrimonio, que ha sabido adaptarse al devenir temporal, y que sin duda es un fiel reflejo de una
cultura que se perpetúa y actualiza anualmente con el ritual.
En ningún caso podemos hablar de peligro de desaparición, antes al contrario, constatamos
un ritual con una salud envidiable, que supera las limitaciones impuestas por la demografía
regresiva de este enclave rural, no por casualidad, estas fiestas son un esperado momento de
encuentro de los vecinos, tanto los que viven aquí, como los que un día tuvieron que emigrar.
— La Hermandad de San Antón y las Fiestas: mayordomos y danzantes
Para empezar debemos destacar la existencia de la Hermandad de San Antón, tanto más
importante cuanto en ella se resuelven todos los preparativos que exige este ritual. La
hermandad cuenta con presidente, tesorero, secretario y hasta tres vocales, cargos todos
ellos electivos cada cuatro años.
Para organizar la fiesta de san Antón, la figura más relevante será la del mayordomo, esto
es la persona encargada de organizar todas las actividades que rodean la fiesta. El mayordomo se ofrece por “manda” o promesa, y se lo comunica al cura, quien lo apunta en un
libro que tiene al efecto. Si algún año se ofrecen dos personas, es mayordomo el primero
que se lo haya dicho al cura. Y si algún año no se ofrece nadie, es mayordomo uno de los
miembros de la Hermandad, ya que entre las responsabilidades que tienen se encuentra
la de ofrecerse a ser mayordomo cuando nadie se haya ofrecido a ello. En la elección de
mayordomo no suele haber problemas; pero alguna vez ha habido emigrantes que han
intentado ser mayordomos cuando la fiesta ha caído en fin de semana y, si ya había alguien
apuntado, solo han podido hacerlo llegando a un acuerdo con el mayordomo ya elegido.
Como vemos, de entrada tenemos una religiosidad popular que cristaliza en este ritual,
con una de las prácticas más comunes y extendidas, las promesas o mandas, que en esta
localidad, se canalizan entre otras formas, especialmente a través de un cargo ritual, el
mayordomo, en virtud del cual se agradece un favor recibido a través de un ejercicio que
va a exigir las más de las veces, mucho trabajo (preparar y vender los dulces, acompañar
a los danzantes en la novena, en la procesión, en la misa, organizar los convites…) y un
importante desembolso económico. Asimismo, es muy interesante destacar los protocolos