Consejería De Hacienda Y Administración Pública. Convenios. (2022063095)
Resolución de 17 de octubre de 2022, de la Secretaría General, por la que se da publicidad al Convenio de Colaboración entre la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta de Extremadura y la Universidad de Extremadura para el estudio del estado de conservación del Desmán Ibérico (Galemys Pyrenaicus), Lobo Ibérico (Canis Lupus Signatus), Topillo Nival (Chionomys Nivalis) y Topillo de Cabrera (Microtus Cabrerae) mediante el uso de herramientas de genética molecular como base de la gestión para la conservación de estas especies y su hábitat. N.º Expte.: 2251999FR001.
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NÚMERO 214
Martes 8 de noviembre de 2022
53908
Montibérico, Bético y Prepirenaíco. En el ámbito de la Comunidad Autónoma de Extremadura,
esta especie se encuentra catalogada como “de interés especial”.
Su población global en la actualidad presenta unos rangos de distribución limitados y con baja
diversidad genética. Las poblaciones extremeñas (repartidas por el oeste y norte de Cáceres,
además de un reducido núcleo al noroeste de Badajoz, en la zona fronteriza con Cáceres y
Portugal), están englobadas en el núcleo geográfico Lusocarpetano. No obstante, es necesaria
una evaluación actual del estado de conservación de esta especie en Extremadura, debido a
la progresiva transformación y pérdida de su hábitat, asociada principalmente a la intensificación de la agricultura, cambios de uso del suelo y desarrollo de nuevas infraestructuras. De
hecho, por estos mismos motivos el topillo de Cabrera ha sido recientemente incluido en el
Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría de “vulnerable” en base a la Orden
TEC/596/2019, de 8 de abril, por la que se modifica el anexo del Real Decreto 139/2011, de 4
de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas (BOE núm. 134, de 5 de junio de 2019).
Decimoprimero. El lobo gris (Canis lupus) es uno de los mamíferos de mayor amplio rango
de distribución geográfica más extendidos del mundo (Ripple et al. 2014). En la Península
Ibérica habita una subespecie endémica del lobo gris, el lobo ibérico (Canis lupus signatus),
que, aun asumiéndose vértice en la cadena trófica, se ha sugerido que puede contribuir a restaurar la biodiversidad local y las interacciones tróficas y, de esta manera, a la recuperación
del ecosistema (Boyce, 2018). En Europa, su área de distribución original ha ido reduciéndose progresiva y drásticamente a fines del siglo XIX, principalmente debido a la persecución
humana, la degradación del hábitat y la disminución de presas (Torres y Fonseca, 2016).
Además, se ha considerado una especie que entra en conflicto con los humanos a través,
principalmente, de la depredación del ganado (Zlatanova et al., 2014). Esto se agrava principalmente en áreas donde la diversidad y densidad de presas silvestres es baja (Torres et
al., 2015). Sin embargo, en las últimas décadas, debido a las políticas de protección legal, la
recolonización natural y el aumento de ungulados salvajes, las poblaciones de lobos se han
recuperado y ahora están expandiendo sus áreas de distribución en algunos países de Europa
(Ripple et al. 2014).
Aunque el lobo se considera un depredador generalista, su ecología alimentaria se ha relacionado principalmente con la abundancia de presas silvestres, la edad y condición física de las
presas disponibles y las medidas de protección del ganado (Torres et al., 2015). Aunque en
centro y norte de Europa, se abastece de presas salvajes como el ciervo (Cervus elaphus), el
corzo (Capreolus capreolus) y el jabalí (Sus scrofa), en el sur de Europa aparecen también el
ganado e incluso basura humana (Salvador y Abad, 1987) (Ferretti et al., 2019).
Martes 8 de noviembre de 2022
53908
Montibérico, Bético y Prepirenaíco. En el ámbito de la Comunidad Autónoma de Extremadura,
esta especie se encuentra catalogada como “de interés especial”.
Su población global en la actualidad presenta unos rangos de distribución limitados y con baja
diversidad genética. Las poblaciones extremeñas (repartidas por el oeste y norte de Cáceres,
además de un reducido núcleo al noroeste de Badajoz, en la zona fronteriza con Cáceres y
Portugal), están englobadas en el núcleo geográfico Lusocarpetano. No obstante, es necesaria
una evaluación actual del estado de conservación de esta especie en Extremadura, debido a
la progresiva transformación y pérdida de su hábitat, asociada principalmente a la intensificación de la agricultura, cambios de uso del suelo y desarrollo de nuevas infraestructuras. De
hecho, por estos mismos motivos el topillo de Cabrera ha sido recientemente incluido en el
Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría de “vulnerable” en base a la Orden
TEC/596/2019, de 8 de abril, por la que se modifica el anexo del Real Decreto 139/2011, de 4
de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas (BOE núm. 134, de 5 de junio de 2019).
Decimoprimero. El lobo gris (Canis lupus) es uno de los mamíferos de mayor amplio rango
de distribución geográfica más extendidos del mundo (Ripple et al. 2014). En la Península
Ibérica habita una subespecie endémica del lobo gris, el lobo ibérico (Canis lupus signatus),
que, aun asumiéndose vértice en la cadena trófica, se ha sugerido que puede contribuir a restaurar la biodiversidad local y las interacciones tróficas y, de esta manera, a la recuperación
del ecosistema (Boyce, 2018). En Europa, su área de distribución original ha ido reduciéndose progresiva y drásticamente a fines del siglo XIX, principalmente debido a la persecución
humana, la degradación del hábitat y la disminución de presas (Torres y Fonseca, 2016).
Además, se ha considerado una especie que entra en conflicto con los humanos a través,
principalmente, de la depredación del ganado (Zlatanova et al., 2014). Esto se agrava principalmente en áreas donde la diversidad y densidad de presas silvestres es baja (Torres et
al., 2015). Sin embargo, en las últimas décadas, debido a las políticas de protección legal, la
recolonización natural y el aumento de ungulados salvajes, las poblaciones de lobos se han
recuperado y ahora están expandiendo sus áreas de distribución en algunos países de Europa
(Ripple et al. 2014).
Aunque el lobo se considera un depredador generalista, su ecología alimentaria se ha relacionado principalmente con la abundancia de presas silvestres, la edad y condición física de las
presas disponibles y las medidas de protección del ganado (Torres et al., 2015). Aunque en
centro y norte de Europa, se abastece de presas salvajes como el ciervo (Cervus elaphus), el
corzo (Capreolus capreolus) y el jabalí (Sus scrofa), en el sur de Europa aparecen también el
ganado e incluso basura humana (Salvador y Abad, 1987) (Ferretti et al., 2019).