Consejería Para La Transición Ecológica Y Sostenibilidad. Especies Exóticas Invasoras. (2021050067)
Orden de 29 de abril de 2021 por la que se aprueba el protocolo para el control y/o erradicación de Acacia dealbata (Mimosa) y Ailanthus altissima (Ailanto) en Extremadura.
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NÚMERO 87
Lunes, 10 de mayo de 2021
23104
sas, mientras que las femeninas son laxas. Flores con 5 o 6 sépalos verdosos avodo triangulares y 5 o 6 pétalos verdoso amarillento. Fruto en sámara agrupados en racimos, pedunculados
y resistentes. Con semilla central y un ala papirácea y sunuosa, con tcoloración rojiza a pajizo.
Los árboles suelen comenzar a florecer (de mayo a julio) y producir semillas (periodo de fructificación va de septiembre a noviembre) a los 3-5 años de edad. La mayor tasa de producción
se da entre los 12 y los 20 años, llegando hasta 350.000 semillas por árbol y año. La fecundación es entomófila y las semillas son dispersadas por anemocoria, aunque recientemente
también se ha estudiado su dispersión por aves y por vía acuática en ambientes riparios, tanto
en el caso de semillas como de fragmentos de la planta (sanz-elorza et al., 2004; kowarik y
säumel, 2007; fryer, 2010; nwcb, 2011). Las semillas tienen también la capacidad de permanecer en el árbol madre durante largo tiempo y dispersarse en la primavera siguiente.
La mayoría de las semillas son viables a las pocas semanas, pero necesitan estratificación en
frío para germinar. se pueden formar bancos de semillas de vida corta, pudiendo permanecer
viables en el suelo durante al menos un año (hildebrand, 2006 in kowarik y säumel, 2007).
La germinación y la supervivencia temprana de Ailanthus altissima está relacionada con factores externos, tales como las condiciones climáticas (pulsos de lluvia), el tipo de hábitat y el
porcentaje de suelo desnudo, aunque podría disminuir por ausencia de luz y la competencia
en bosques cerrados (Kowarik y Sämuel, 2007; Costán-nava y Bonet, 2013), inhibiendo su
propia regeneración. Estudios recientes, demuestran la capacidad adaptativa al hábitat y el
optimo ambiental varia dependiendo de la fuente de semillas y, por lo tanto, de factores genéticos o de adaptación local (Costán-Nava, 2013; Wickert et al., 20178).
El Ailanthus altissima se caracteriza como especie invasora por su alta capacidad regenerativa
por vías asexual a través del crecimiento clonal, generando brotes en tocones, cepas o raices,
que pueden emitirse incluso a cierta distancia del pie madre (hasta 120 m). Se han contabilizado hasta una media de 32 brotes en un mismo individuo (Davies, 1937; Fryer, 2010).
Su capacidad regenerativa es tan alta que incluso si sobre la población se producen perturbaciones tales como heladas, incendios o cortes, la tasa de brotes prolíficos aumenta. Pequeños
fragmentos de raiz de tamaño variable son capaces de producir brotes y raices adventicias,
incluso fragmentos de un centímetro de longitud pueden robrotar (Kowrik y Sämuel, 2007;
Fryer, 2010; NWCB, 2011; MAPAMA, 2013; Cabra-Rivas et al., 2015).
Otra caracterítica destacable como especie invasora es su capacidad de adaptación a condiciones ambientales adversas como las altas temperaturas, las condiciones de desecación
y de contaminación, especialmente la contaminación atmosférica (Sanz-Rivas et al., 2015).
Además puede tolerar un amplio rango de granulosidad, humedad, pH y concentración de
nitrogeno en el suelo (Fagúndez y Barrada, 2007).
Lunes, 10 de mayo de 2021
23104
sas, mientras que las femeninas son laxas. Flores con 5 o 6 sépalos verdosos avodo triangulares y 5 o 6 pétalos verdoso amarillento. Fruto en sámara agrupados en racimos, pedunculados
y resistentes. Con semilla central y un ala papirácea y sunuosa, con tcoloración rojiza a pajizo.
Los árboles suelen comenzar a florecer (de mayo a julio) y producir semillas (periodo de fructificación va de septiembre a noviembre) a los 3-5 años de edad. La mayor tasa de producción
se da entre los 12 y los 20 años, llegando hasta 350.000 semillas por árbol y año. La fecundación es entomófila y las semillas son dispersadas por anemocoria, aunque recientemente
también se ha estudiado su dispersión por aves y por vía acuática en ambientes riparios, tanto
en el caso de semillas como de fragmentos de la planta (sanz-elorza et al., 2004; kowarik y
säumel, 2007; fryer, 2010; nwcb, 2011). Las semillas tienen también la capacidad de permanecer en el árbol madre durante largo tiempo y dispersarse en la primavera siguiente.
La mayoría de las semillas son viables a las pocas semanas, pero necesitan estratificación en
frío para germinar. se pueden formar bancos de semillas de vida corta, pudiendo permanecer
viables en el suelo durante al menos un año (hildebrand, 2006 in kowarik y säumel, 2007).
La germinación y la supervivencia temprana de Ailanthus altissima está relacionada con factores externos, tales como las condiciones climáticas (pulsos de lluvia), el tipo de hábitat y el
porcentaje de suelo desnudo, aunque podría disminuir por ausencia de luz y la competencia
en bosques cerrados (Kowarik y Sämuel, 2007; Costán-nava y Bonet, 2013), inhibiendo su
propia regeneración. Estudios recientes, demuestran la capacidad adaptativa al hábitat y el
optimo ambiental varia dependiendo de la fuente de semillas y, por lo tanto, de factores genéticos o de adaptación local (Costán-Nava, 2013; Wickert et al., 20178).
El Ailanthus altissima se caracteriza como especie invasora por su alta capacidad regenerativa
por vías asexual a través del crecimiento clonal, generando brotes en tocones, cepas o raices,
que pueden emitirse incluso a cierta distancia del pie madre (hasta 120 m). Se han contabilizado hasta una media de 32 brotes en un mismo individuo (Davies, 1937; Fryer, 2010).
Su capacidad regenerativa es tan alta que incluso si sobre la población se producen perturbaciones tales como heladas, incendios o cortes, la tasa de brotes prolíficos aumenta. Pequeños
fragmentos de raiz de tamaño variable son capaces de producir brotes y raices adventicias,
incluso fragmentos de un centímetro de longitud pueden robrotar (Kowrik y Sämuel, 2007;
Fryer, 2010; NWCB, 2011; MAPAMA, 2013; Cabra-Rivas et al., 2015).
Otra caracterítica destacable como especie invasora es su capacidad de adaptación a condiciones ambientales adversas como las altas temperaturas, las condiciones de desecación
y de contaminación, especialmente la contaminación atmosférica (Sanz-Rivas et al., 2015).
Además puede tolerar un amplio rango de granulosidad, humedad, pH y concentración de
nitrogeno en el suelo (Fagúndez y Barrada, 2007).