Consejería Para La Transición Ecológica Y Sostenibilidad. Especies Exóticas Invasoras. (2021050067)
Orden de 29 de abril de 2021 por la que se aprueba el protocolo para el control y/o erradicación de Acacia dealbata (Mimosa) y Ailanthus altissima (Ailanto) en Extremadura.
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NÚMERO 87
Lunes, 10 de mayo de 2021
23112
dez y Barrada, 2007; Souza-Alonso et al., 2013). Los tratamientos deben repetirse durante
varias temporadas para obtener unos resultados satisfactorios.
Tras una revisión actualizada de los productos químicos comerciales aplicables, según diversas fuentes (Registro Oficial de Productores y Operadores de medios de defensa fitosanitaria
- ROPO (MAPAMA, 2017), normativa vigente, bibliografía específica y experiencias previas),
se considera que el uso de herbicidas en la lucha contra la mimosa debe ser muy limitado.
Solamente son aplicables glifosato (36%) y triclopir (24%) en aplicación directa.
A pesar de la mayor efectividad de los tratamientos químicos, requieren igualmente de un
seguimiento intensivo de los rebrotes y del banco de semillas (Capdevila et al., 2006).
Métodos Biológicos.
En Sudáfrica se han desarrollado diversos métodos biológicos de control frente a diversas
especies del género Acacia, con especies de dípteros de la familia Cecidomyiidae, tales como
Dasineura rubiformis y Asphondylia ssp., y de coleópteros de la familia Curculionidae, como
Melanterius servulus y M. acaciae, tanto larvas como insectos, que se alimentan de las semillas de las acacias, habiéndose constatado una gran eficacia sobre Acacia cyclops (hasta el
95%).
También se han usado avispas formadoras de agallas, como Trichilogaster acaciaelongifoliae,
que afecta a los brotes de futuras inflorescencias y causa una carencia de elementos básicos,
lo que provoca el descenso del número de semillas producidas por árbol hasta en un 90%.
Otros estudios han constatado la eficacia de hongos como Uromycladium tepperianum, que
afecta a los brotes de hojas y flores, formando también agallas que acaban por provocar la
muerte del árbol, con eficacias de hasta un 95% en Acacia saligna (Sanz-Elorza et al., 2004;
Fagúndez y Barrada, 2007; Monteiro, 2012). Sin embargo, la introducción de estas especies
para el control de A. dealbata requiere de un análisis de riesgos que permita valorar los posibles efectos sobre la vegetación y la fauna nativa.
B/ Ailanthus altissima.
Desde hace más de una década se vienen desarrollando diversas medidas de control sobre
Ailanthus altissima. Destacan, entre otras, las recomendaciones específicas de los manuales
del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Sanz-Elorza et al., 2004;
MAPAMA, 2013) y diversos programas específicos de control y erradicación a nivel internacional (Monteiro, 2012; Marchante et al., 2017) y nacional (Andreu y Vila, 2007; SalvadorVilariño, 2015).
La gestión de Ailanthus altissima puede realizarse mediante la aplicación de métodos de control físicos (manuales o mecánicos), químicos y biológicos.
Lunes, 10 de mayo de 2021
23112
dez y Barrada, 2007; Souza-Alonso et al., 2013). Los tratamientos deben repetirse durante
varias temporadas para obtener unos resultados satisfactorios.
Tras una revisión actualizada de los productos químicos comerciales aplicables, según diversas fuentes (Registro Oficial de Productores y Operadores de medios de defensa fitosanitaria
- ROPO (MAPAMA, 2017), normativa vigente, bibliografía específica y experiencias previas),
se considera que el uso de herbicidas en la lucha contra la mimosa debe ser muy limitado.
Solamente son aplicables glifosato (36%) y triclopir (24%) en aplicación directa.
A pesar de la mayor efectividad de los tratamientos químicos, requieren igualmente de un
seguimiento intensivo de los rebrotes y del banco de semillas (Capdevila et al., 2006).
Métodos Biológicos.
En Sudáfrica se han desarrollado diversos métodos biológicos de control frente a diversas
especies del género Acacia, con especies de dípteros de la familia Cecidomyiidae, tales como
Dasineura rubiformis y Asphondylia ssp., y de coleópteros de la familia Curculionidae, como
Melanterius servulus y M. acaciae, tanto larvas como insectos, que se alimentan de las semillas de las acacias, habiéndose constatado una gran eficacia sobre Acacia cyclops (hasta el
95%).
También se han usado avispas formadoras de agallas, como Trichilogaster acaciaelongifoliae,
que afecta a los brotes de futuras inflorescencias y causa una carencia de elementos básicos,
lo que provoca el descenso del número de semillas producidas por árbol hasta en un 90%.
Otros estudios han constatado la eficacia de hongos como Uromycladium tepperianum, que
afecta a los brotes de hojas y flores, formando también agallas que acaban por provocar la
muerte del árbol, con eficacias de hasta un 95% en Acacia saligna (Sanz-Elorza et al., 2004;
Fagúndez y Barrada, 2007; Monteiro, 2012). Sin embargo, la introducción de estas especies
para el control de A. dealbata requiere de un análisis de riesgos que permita valorar los posibles efectos sobre la vegetación y la fauna nativa.
B/ Ailanthus altissima.
Desde hace más de una década se vienen desarrollando diversas medidas de control sobre
Ailanthus altissima. Destacan, entre otras, las recomendaciones específicas de los manuales
del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Sanz-Elorza et al., 2004;
MAPAMA, 2013) y diversos programas específicos de control y erradicación a nivel internacional (Monteiro, 2012; Marchante et al., 2017) y nacional (Andreu y Vila, 2007; SalvadorVilariño, 2015).
La gestión de Ailanthus altissima puede realizarse mediante la aplicación de métodos de control físicos (manuales o mecánicos), químicos y biológicos.