Otras Resoluciones. Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural.- (2021060916)
Resolución de 24 de marzo de 2021, de la Consejera, por la que se incoa expediente de Declaración de Bien de Interés Cultural a favor de "La Montería y la Rehala en Extremadura" con carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial.
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NÚMERO 62
Lunes, 5 de abril de 2021

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El perrero o podenquero es el guía de la rehala de la montería, mientras que el perro es fundamental por su labor en la suelta y en la forma de echar la mancha. Según las condiciones
de cada perro, estos adoptarán una función y posición en el monte. En este sentido, cabe
distinguir entre el perro busca o primero, también llamado maestro, que localiza y rastrea
las reses; el perro medio o de acoso, normalmente más joven que el anterior; y el perro de
agarre, que proporciona seguridad en situaciones directas con las reses. Los perros cumplen
la función de localizar las reses, acosándolas y dirigiéndolas hacia las posiciones de tiro. Las
razas de perros relacionadas con las rehalas han sido clasificadas por Castejón (2016). Las
rehalas están sometidas a normativa referida a los núcleos zoológicos, al transporte, al control sanitario, los seguros, etc.
Algunos rehaleros extremeños mantienen la costumbre de batir la mancha a caballo, si bien,
esta es una práctica cada vez menos extendida.
- Recovas, rehaleros y podenqueros en la montería.
Ser rehalero, ser perrero, también es ser cazador. Hay que distinguir entre la figura del rehalero, que es el dueño de la rehala, y la del perrero o podenquero. El perrero es el encargado
de dirigir a la rehala en la montería. Este puede coincidir con la figura del rehalero, cuando es
dueño de los perros, o no. El perrero realiza el trabajo duro.
La montería no es posible sin el concurso de las rehalas. Rehaleros y monteros forman parte
indispensable de la modalidad. Con la introducción de las armas de fuego, las dos figuras se
separan, asimilando al cazador de puesto fijo con el montero, y al cazador con perro como
rehalero.
Los perreros se enfrentan a manchas de diferentes morfologías que tienen que leer para actuar sobre ellas. Los accidentes geográficos, la vegetación, el tipo de mancha y la adecuación
de su trabajo al territorio, las pistas, los trastos, las querencias, las zonas de encame, etc.
las conoce el perrero, que dirigirá a sus perros hacia las zonas donde posiblemente estén los
animales.
La caza, la montería y la rehala han cambiado en las últimas décadas. La importancia de la
rehala o el hecho de ser uno más en la montería han cambiado a partir de la comercialización
cinegética. Todavía se mantiene esa consideración en muchas ocasiones, sobre todo en las
monterías organizadas por sociedades locales de cazadores, peñas monteras y monterías de
invitación, siendo menor en las cacerías comerciales.