Otras Resoluciones. Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural.- (2021060916)
Resolución de 24 de marzo de 2021, de la Consejera, por la que se incoa expediente de Declaración de Bien de Interés Cultural a favor de "La Montería y la Rehala en Extremadura" con carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial.
16 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
NÚMERO 62
Lunes, 5 de abril de 2021
16687
La puntualidad es una norma, es fundamental dar agilidad a la jornada, no demorando en
demasía la salida de las armadas ni la recogida de los puestos, lo cual contrasta con las sociedades de cazadores y las peñas monteras. En la organización, el capitán de montería es
fundamental, debiendo ser resolutivo, negociador, comprensivo y rodearse de un grupo de
confianza para que los clientes queden satisfechos.
En estas monterías aparece la figura de los arrieros para trasporte de los animales.
- Monterías de invitación.
En este caso no existe una comercialización de la caza, sino que es el dueño de la finca el que
invita a amigos, familiares o compromisos a una montería. La dimensión social es totalmente
diferente. Es la propiedad la que asume los costes derivados de la cacería, no existe una cuota
a pagar por parte de los monteros, y en todo caso, se establece la tradición del “guante”, en el
que los monteros invitados aportan una cantidad de dinero, normalmente no estipulada, para
sufragar los gastos de postores, camareros, secretarios, etc. La organización como tal la asume el propietario o, en su caso, un gestor cinegético de confianza, que perfectamente puede
ser un orgánico. Suele ocurrir que, en una finca con varias manchas, unas pueden venderse
comercialmente y otras destinarse a invitación.
Este tipo de monterías suelen ser consideradas exclusivas de una élite social y económica, a
la que no suelen tener acceso todos los monteros. Son las menos comunes y, desde un punto
de vista etnográfico, es posible analizar su significado más allá de lo puramente cinegético. No
hay rentabilidad económica en su organización, pero sí la activación de un capital social, que
se basa en reproducir un vínculo social y simbólico entre los participantes.
Respecto a la asignación de los puestos, esta depende de la propiedad, de tal manera que
se puede realizar un sorteo al uso, con todos los puestos en él, o se pueden asignar directamente entre los monteros. En todo caso, se asume lo que la propiedad decida, ya que no es
tanto el hecho de la acción cinegética lo que prima sino la invitación. Por lo que se refiere a
las capturas, la propiedad es la dueña de la carne y de los trofeos, que podrán ser otorgados
a discreción.
Existen además las monterías mixtas, en las que existe una parte de invitación y otra de venta
del puesto.
La diversidad de significados de la montería aparece también en el modelo de la invitación,
reflejando las relaciones y el contexto social en el que se desarrolla esta tipología.
Lunes, 5 de abril de 2021
16687
La puntualidad es una norma, es fundamental dar agilidad a la jornada, no demorando en
demasía la salida de las armadas ni la recogida de los puestos, lo cual contrasta con las sociedades de cazadores y las peñas monteras. En la organización, el capitán de montería es
fundamental, debiendo ser resolutivo, negociador, comprensivo y rodearse de un grupo de
confianza para que los clientes queden satisfechos.
En estas monterías aparece la figura de los arrieros para trasporte de los animales.
- Monterías de invitación.
En este caso no existe una comercialización de la caza, sino que es el dueño de la finca el que
invita a amigos, familiares o compromisos a una montería. La dimensión social es totalmente
diferente. Es la propiedad la que asume los costes derivados de la cacería, no existe una cuota
a pagar por parte de los monteros, y en todo caso, se establece la tradición del “guante”, en el
que los monteros invitados aportan una cantidad de dinero, normalmente no estipulada, para
sufragar los gastos de postores, camareros, secretarios, etc. La organización como tal la asume el propietario o, en su caso, un gestor cinegético de confianza, que perfectamente puede
ser un orgánico. Suele ocurrir que, en una finca con varias manchas, unas pueden venderse
comercialmente y otras destinarse a invitación.
Este tipo de monterías suelen ser consideradas exclusivas de una élite social y económica, a
la que no suelen tener acceso todos los monteros. Son las menos comunes y, desde un punto
de vista etnográfico, es posible analizar su significado más allá de lo puramente cinegético. No
hay rentabilidad económica en su organización, pero sí la activación de un capital social, que
se basa en reproducir un vínculo social y simbólico entre los participantes.
Respecto a la asignación de los puestos, esta depende de la propiedad, de tal manera que
se puede realizar un sorteo al uso, con todos los puestos en él, o se pueden asignar directamente entre los monteros. En todo caso, se asume lo que la propiedad decida, ya que no es
tanto el hecho de la acción cinegética lo que prima sino la invitación. Por lo que se refiere a
las capturas, la propiedad es la dueña de la carne y de los trofeos, que podrán ser otorgados
a discreción.
Existen además las monterías mixtas, en las que existe una parte de invitación y otra de venta
del puesto.
La diversidad de significados de la montería aparece también en el modelo de la invitación,
reflejando las relaciones y el contexto social en el que se desarrolla esta tipología.