Ministerio de Cultura. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-15828)
Resolución de 15 de julio de 2025, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural, en la categoría de monumento, a favor del Auditorio Nacional de Música (Madrid).
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 30 de julio de 2025
Sec. III. Pág. 103125
En cuanto al segundo parámetro, el espacial, se acerca a los valores idóneos, pues
la anchura máxima del escenario queda próxima a los 25 metros que se recomiendan y
que presentan varias de las grandes salas europeas.
El tiempo de reverberación que se considera adecuado para la música sinfónicocoral debe aproximarse a los 2 segundos, que es exactamente el dato que arrojan las
mediciones realizadas en la Sala Sinfónica. Para la Sala de Cámara, cuya música
predilecta exige un grado de definición musical mayor, se recomienda aproximarse a
los 1,7 segundos, dato muy cercano a los 1,6 segundos que arrojan las mediciones.
Estos parámetros, que dan cuenta del prodigio técnico y arquitectónico que encierran las
Salas del Auditorio, permiten al espectador experimentar las representaciones musicales con
una claridad y una calidez difícilmente comparables con otros edificios de naturaleza similar.
La nitidez acústica del Auditorio se consigue, en parte, gracias a la cubierta de
madera que recorre ambas salas. Este falso techo, chapado en madera de nogal, dibuja
planos inclinados y curvas atendiendo al diseño del arquitecto.
La presentación interna del inmueble no puede completarse sin mencionar los Foyers
–vestíbulos– que inundan el espacio y lo dotan de gran amplitud, y en los que el juego
constante de escaleras adquiere notable presencia y protagonismo. La existencia de dos
Salas, y especialmente el hecho de que a la Sala de Cámara se acceda por la parte inferior
de la misma, da lugar a dos Foyers de características espaciales antitéticas. En el extremo
sur, el de la Sala de Cámara, predomina el vacío central con escalinatas laterales hacia las
galerías y espacios para exposiciones, mientras que en el extremo norte, que alberga la Sala
Sinfónica, la nota dominante la aportan las escaleras, que ocupan el centro de la composición
con un valor arquitectónico propio que sirve para enlazar los espacios de triple altura.
El Foyer norte ofrece un espacio de gran amplitud y luminosidad, acotado a un lado por
ventanales de más de 4 metros de altura y al otro por una balconada dirigida al hall principal.
Las galerías perimetrales, de anchura acorde a la gran capacidad de las Salas, cuentan
con grandes ventanales que las acompañan en todo su recorrido. El solado de piedra y el
techado en madera seccionada longitudinalmente aportan, respectivamente, rigor y calidez a
los espacios de tránsito. A lo largo de las galerías encontramos también celosías de talle en
madera con motivos geométricos que separan anecdóticamente los distintos tramos, pero
que en todo momento permiten observar toda su profundidad. Culminan las galerías largos
bancos de madera situados estratégicamente para el descanso del público.
Enumeración de las partes integrantes
El Auditorio Nacional de Música se compone de un único volumen, que presenta una
disposición horizontal de 6 plantas en las cuales se ubican la Sala Sinfónica, la Sala de
Cámara, las salas de ensayos, el salón de actos, y todo el resto de instalaciones auxiliares.
Por último, cabe indicar que, a su vez, es objeto de protección siguiendo lo dispuesto
el artículo 27 de la Ley 16/1985 como bienes muebles asociados al Auditorio Nacional de
Música, los siguientes:
– El órgano de la Sala Sinfónica, obra del organista Gerhard Grenzing.
– El órgano de la Sala de Cámara, obra del organista Gabriel Blancafort.
– Las lámparas de las salas de concierto, diseñadas por Lothar Cremer.
– Los tapices Otoño, Invierno, Primavera y Verano; obra del artista Eusebio Sempere.
– Las alfombras, confeccionadas a partir de cartones de Gustavo Torner.
– El cuadro «Arlequines, música y coro», obra de Carlos Pascual de Lara.
– El cuadro «Boceto general II para el Teatro Real», obra de Carlos Pascual de Lara.
– Celosías de madera de las galerías perimetrales, ideadas por el arquitecto García
de Paredes.
Estado de conservación
En el año 2007 se acometieron obras de adecuación para adaptar el edificio a la
normativa vigente en materia de incendios y riesgos laborales. La intervención consistió
cve: BOE-A-2025-15828
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 182
Miércoles 30 de julio de 2025
Sec. III. Pág. 103125
En cuanto al segundo parámetro, el espacial, se acerca a los valores idóneos, pues
la anchura máxima del escenario queda próxima a los 25 metros que se recomiendan y
que presentan varias de las grandes salas europeas.
El tiempo de reverberación que se considera adecuado para la música sinfónicocoral debe aproximarse a los 2 segundos, que es exactamente el dato que arrojan las
mediciones realizadas en la Sala Sinfónica. Para la Sala de Cámara, cuya música
predilecta exige un grado de definición musical mayor, se recomienda aproximarse a
los 1,7 segundos, dato muy cercano a los 1,6 segundos que arrojan las mediciones.
Estos parámetros, que dan cuenta del prodigio técnico y arquitectónico que encierran las
Salas del Auditorio, permiten al espectador experimentar las representaciones musicales con
una claridad y una calidez difícilmente comparables con otros edificios de naturaleza similar.
La nitidez acústica del Auditorio se consigue, en parte, gracias a la cubierta de
madera que recorre ambas salas. Este falso techo, chapado en madera de nogal, dibuja
planos inclinados y curvas atendiendo al diseño del arquitecto.
La presentación interna del inmueble no puede completarse sin mencionar los Foyers
–vestíbulos– que inundan el espacio y lo dotan de gran amplitud, y en los que el juego
constante de escaleras adquiere notable presencia y protagonismo. La existencia de dos
Salas, y especialmente el hecho de que a la Sala de Cámara se acceda por la parte inferior
de la misma, da lugar a dos Foyers de características espaciales antitéticas. En el extremo
sur, el de la Sala de Cámara, predomina el vacío central con escalinatas laterales hacia las
galerías y espacios para exposiciones, mientras que en el extremo norte, que alberga la Sala
Sinfónica, la nota dominante la aportan las escaleras, que ocupan el centro de la composición
con un valor arquitectónico propio que sirve para enlazar los espacios de triple altura.
El Foyer norte ofrece un espacio de gran amplitud y luminosidad, acotado a un lado por
ventanales de más de 4 metros de altura y al otro por una balconada dirigida al hall principal.
Las galerías perimetrales, de anchura acorde a la gran capacidad de las Salas, cuentan
con grandes ventanales que las acompañan en todo su recorrido. El solado de piedra y el
techado en madera seccionada longitudinalmente aportan, respectivamente, rigor y calidez a
los espacios de tránsito. A lo largo de las galerías encontramos también celosías de talle en
madera con motivos geométricos que separan anecdóticamente los distintos tramos, pero
que en todo momento permiten observar toda su profundidad. Culminan las galerías largos
bancos de madera situados estratégicamente para el descanso del público.
Enumeración de las partes integrantes
El Auditorio Nacional de Música se compone de un único volumen, que presenta una
disposición horizontal de 6 plantas en las cuales se ubican la Sala Sinfónica, la Sala de
Cámara, las salas de ensayos, el salón de actos, y todo el resto de instalaciones auxiliares.
Por último, cabe indicar que, a su vez, es objeto de protección siguiendo lo dispuesto
el artículo 27 de la Ley 16/1985 como bienes muebles asociados al Auditorio Nacional de
Música, los siguientes:
– El órgano de la Sala Sinfónica, obra del organista Gerhard Grenzing.
– El órgano de la Sala de Cámara, obra del organista Gabriel Blancafort.
– Las lámparas de las salas de concierto, diseñadas por Lothar Cremer.
– Los tapices Otoño, Invierno, Primavera y Verano; obra del artista Eusebio Sempere.
– Las alfombras, confeccionadas a partir de cartones de Gustavo Torner.
– El cuadro «Arlequines, música y coro», obra de Carlos Pascual de Lara.
– El cuadro «Boceto general II para el Teatro Real», obra de Carlos Pascual de Lara.
– Celosías de madera de las galerías perimetrales, ideadas por el arquitecto García
de Paredes.
Estado de conservación
En el año 2007 se acometieron obras de adecuación para adaptar el edificio a la
normativa vigente en materia de incendios y riesgos laborales. La intervención consistió
cve: BOE-A-2025-15828
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 182