Administración Local. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-14578)
Resolución de 30 de junio de 2025, del Consejo Insular de Mallorca (Illes Balears), referente a la declaración como bien de interés cultural, con categoría de monumento, del inmueble conocido como Casa Huarte, situada en Formentor, Pollença.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 14 de julio de 2025

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cortinas que cubren las vidrieras. Por otra parte, el forjado de cubierta se interrumpe para
dejar paso en los troncos de los árboles, a las claraboyas o a las luminarias. De hecho,
toda la iluminación fija está también diseñada a medida.
En cuanto a la relación con la edificación existente, la extensión de la cubierta
original se extiende sobre los tres volúmenes, aglutinándolos debajo y configurando un
conjunto. La conexión entre el nuevo pabellón y los volúmenes originales se realiza a
través de un espacio que cubre parte del espacio vacío entre los cuerpos, interrumpido
por unos pilares y las cepas de unos pinos.
Recorriendo el perímetro de las edificaciones, discurre un alero, una especie de
visera que forma una superficie curva de cuarto de circunferencia en las fachadas
paralelas a la costa y plana en los testeros. Está construido a partir de unas costillas de
tubo de acero que salen del forjado de cubierta y que sujetan unas lamas de madera en
sentido horizontal (y diagonal en los testeros) de sección rectangular pintadas en blanco
(originalmente de madera y ahora sustituidas por unos perfiles de aluminio pintado). Este
elemento unifica los tres volúmenes construidos y genera un conjunto, un único volumen
formado por diferentes espacios interiores y exteriores que se entrelazan. La potencia
visual de esta cornisa consigue unificar los volúmenes originales y el nuevo pabellón.
El objetivo de Oíza en visitar el solar era construir la casa sin tener que cortar los
pinos existentes, que formaron parte del proyecto desde el inicio. Los árboles se integran
en la arquitectura: tres frente en la vivienda original, dos en el porche cubierto que
articula los volúmenes existentes y el nuevo pabellón, dos árboles en la sala, uno en el
dormitorio y uno en el patio. Las losas de planta baja y el forjado de cubierta se obran
puntualmente para dejar paso en los troncos, generando una superficie ligeramente
curva. Oíza diseña unos lucernarios para cubrir las aperturas al forjado, garantizado el
estanqueidad del cubrimiento y el libre movimiento del tronco.
Los árboles determinan dos tipos de relaciones con aquello construido; bajo la
cubierta, los árboles ocupan el interior y se integran con naturalidad en los espacios de la
vivienda, como si se tratara de pilares. Sobre la cubierta, los árboles se abren como
sombrillas que se extienden de forma ininterrumpida construyendo un techo natural.
La nueva cubierta, que unifica los tres edificios, interrumpida por el paso de los
árboles y con la visera de lamas como baranda>, se convierte en un nuevo espacio
habitable, un nuevo patio, añadiendo una nueva planta al edificio que integra la
vegetación existente. A través de una escalera ligera de caracol, situada en el espacio
vacío entre los dos edificios originales, se accede en este jardín elevado, bajo la sombra
de los árboles, con vistas sobre la bahía.
El acceso al conjunto se produce a través de una gran valla que se abre al camino de
Formentor. Al recibimiento encontramos un pavimento tramado de losas circulares de
hormigón intercaladas con la tierra vegetal (en la zona próxima a la valla los espacios
intersticiales están llenos con hormigón), y que se repiten en otros puntos de la parcela,
como el acceso al embarcadero. Esta solución de losas de hormigón circulares ya fue
utilizada por Sáenz de Oíza utiliza en el espacio libre que rodea las Torre Blancas
(Madrid).
Esta zona de acceso anteriormente descrita conduce hacia una escalera en el
porche de acceso. Este espacio se concibió como un atrio, un espacio intermedio con
vistas transversales, que pudiera alojar diferentes usos y que se convierte en el corazón
de la casa, el punto de encuentro de la vida familiar.
En la entrada de este espacio encontramos unos paneles pivotantes, a modo de
vallas, que hacen de filtro hacia el porche. La naturaleza que rodea la casa se filtra en el
interior a través de estos elementos de madera blanca situados en el porche, pero
también a través de unos paneles de madera natural barnizada con un óculo, que
recuerdan a la arquitectura náutica, situados perpendiculares a la fachada en mar de la
vivienda existente. Actúan como bambalinas, camuflando el edificio y dando privacidad
en el interior, pero también extendiendo el edificio más allá de sus límites construidos.
La ampliación del edificio más allá de su envolvente se consigue trabajando la
topografía de la parcela, a partir de una serie de bancales que bajan desde la casa hacia

cve: BOE-A-2025-14578
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Núm. 168