Comunitat Valenciana. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-14305)
Resolución de 18 de junio de 2025, de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural, con la categoría de sitio histórico, el conjunto formado por los espacios que ocuparon la torre-palacio del Maestre de la Orden de Montesa y el convento de Santo Domingo de Sant Mateu, y se somete el expediente incoado a trámite de información pública.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 165
Jueves 10 de julio de 2025
Sec. III. Pág. 92481
valencianos (104,1 x 39,6 metros) limitada por una tapia y con construcciones adosadas
al camino.
Las fuentes nos describen una construcción fortificada en forma de torre-palacio que
lindaba con el camino real o calle actual, a la que se accedía a través de una plaza o
patio de armas, rodeada igualmente de una fuerte tapia. El palacio se desarrollaba a
partir de un patio descubierto desde donde se accedía a las caballerizas bodegas,
depósitos y dependencias de la planta baja. En el mismo patio se situaba una escalera
en ángulo, al descubierto, aunque al amparo de techado. En la planta superior, la planta
noble, se situaban las habitaciones, alguna de ellas con alcoba, las salas, el oratorio, los
archivos y las cocinas. Las salas de la planta noble estarían cubiertas, probablemente,
por techos formados por vigas y tableros policromados. Sobre esta planta había otra con
desvanes. La situación de la escalera de acceso a estos desvanes está señalada en los
planos descubiertos en el AHN. El conjunto contaba, en el espacio entre el edificio y la
tapia, con huertas, un pozo, una noria para el riego, canalizaciones, y una balsa de agua
y emparrado de obra, elementos conservados en la actualidad.
Los planos de 1762 muestran la existencia de una torre de planta cuadrada de 41,5
palmos valencianos de lado (9,4 metros), adosada al palacio, posiblemente de
construcción más antigua y robusta, que se encontraba en buen estado a pesar de que
el resto del edificio se encontraba en mal estado o «viciado, como expresa el texto
original. En la planta baja de la torre se instaló un almacén de aceite con ventana abierta
al camino real de la que existe un plano específico. Se han localizado restos de la torre
en el interior de una de las construcciones existentes en la actualidad y elementos del
palacio en los terrenos de la propiedad.
Respecto a la fachada, a pesar de no existir documentación al respecto, en opinión
de Arturo Zaragozá, las fachadas o estructura exterior del edificio pudieron consistir en
puertas de entrada con arcos dovelados de medio punto y varios ventanales con
parteluces al estilo de los existentes en otros edificios de la localidad, siguiendo el patrón
del gótico civil mediterráneo tan extendido por los territorios del Reino de Valencia.
Los planos indican que la Torre-Palacio en el siglo XVIII había quedado reducida a
ser almacén de diezmos de la orden, pero siguió siendo el lugar de residencia de los
gobernadores o lugartenientes generales de la orden cargos que, desde la caída bajo el
control real en 1592 de la orden y sus posesiones, se encargaban de la administración
directa de los bienes. Su estado era de deterioro importante, lo que había obligado al
gobernador a mudarse a otro edificio. Los planos indican que los muros estaban
viciados, el muro recayente al camino real estaba vencido, tenía vigas podridas y las
cubiertas amenazaban con desplome.
Las leyes de desamortización de Mendizabal y la primera guerra carlista, supondrán
el final de la Torre-Palacio. Teodoro Llorente en «Valencia, sus Monumentos y Artes, su
Naturaleza e Historia» (1887-1888) señala que la durante la guerra se arrasó el Alcázar
de los Maestres. Tras la guerra se declaró Bien Nacional y fue vendido a empresario de
Benicarló Luis Beltrán White en la década de los años 40 del siglo XIX, siendo derribado
poco después.
El convento de Santo Domingo.
En el siglo XIV los vínculos entre la orden de predicadores y el papado dotaron de
gran prestigio a los dominicos, por lo que maestre de Montesa Pere de Thous decide
solicitar en 1356 al Papa Inocencio IV la bula para fundar y construir un convento
contiguo a la Torre-Palacio maestral. La bula indicaba la concesión de fundar y construir
el convento formado por oratorio o iglesia, campanario, campana, cementerio y las
dependencias necesarias para la vida y sustento de los frailes. El cementerio será usado
como lugar de enterramiento de los primeros maestres de la orden. Son escasas las
fuentes escritas o documentales sobre el convento, pero las existentes apuntan a la
posible existencia de una puerta de conexión entre ambos edificios. Posiblemente,
en 1360 las edificaciones del convento estuvieran avanzadas, ya que en este año se
designan ocho frailes para ir a vivir a Sant Mateu. En 1371, según la documentación
cve: BOE-A-2025-14305
Verificable en https://www.boe.es
1.3.2
Núm. 165
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valencianos (104,1 x 39,6 metros) limitada por una tapia y con construcciones adosadas
al camino.
Las fuentes nos describen una construcción fortificada en forma de torre-palacio que
lindaba con el camino real o calle actual, a la que se accedía a través de una plaza o
patio de armas, rodeada igualmente de una fuerte tapia. El palacio se desarrollaba a
partir de un patio descubierto desde donde se accedía a las caballerizas bodegas,
depósitos y dependencias de la planta baja. En el mismo patio se situaba una escalera
en ángulo, al descubierto, aunque al amparo de techado. En la planta superior, la planta
noble, se situaban las habitaciones, alguna de ellas con alcoba, las salas, el oratorio, los
archivos y las cocinas. Las salas de la planta noble estarían cubiertas, probablemente,
por techos formados por vigas y tableros policromados. Sobre esta planta había otra con
desvanes. La situación de la escalera de acceso a estos desvanes está señalada en los
planos descubiertos en el AHN. El conjunto contaba, en el espacio entre el edificio y la
tapia, con huertas, un pozo, una noria para el riego, canalizaciones, y una balsa de agua
y emparrado de obra, elementos conservados en la actualidad.
Los planos de 1762 muestran la existencia de una torre de planta cuadrada de 41,5
palmos valencianos de lado (9,4 metros), adosada al palacio, posiblemente de
construcción más antigua y robusta, que se encontraba en buen estado a pesar de que
el resto del edificio se encontraba en mal estado o «viciado, como expresa el texto
original. En la planta baja de la torre se instaló un almacén de aceite con ventana abierta
al camino real de la que existe un plano específico. Se han localizado restos de la torre
en el interior de una de las construcciones existentes en la actualidad y elementos del
palacio en los terrenos de la propiedad.
Respecto a la fachada, a pesar de no existir documentación al respecto, en opinión
de Arturo Zaragozá, las fachadas o estructura exterior del edificio pudieron consistir en
puertas de entrada con arcos dovelados de medio punto y varios ventanales con
parteluces al estilo de los existentes en otros edificios de la localidad, siguiendo el patrón
del gótico civil mediterráneo tan extendido por los territorios del Reino de Valencia.
Los planos indican que la Torre-Palacio en el siglo XVIII había quedado reducida a
ser almacén de diezmos de la orden, pero siguió siendo el lugar de residencia de los
gobernadores o lugartenientes generales de la orden cargos que, desde la caída bajo el
control real en 1592 de la orden y sus posesiones, se encargaban de la administración
directa de los bienes. Su estado era de deterioro importante, lo que había obligado al
gobernador a mudarse a otro edificio. Los planos indican que los muros estaban
viciados, el muro recayente al camino real estaba vencido, tenía vigas podridas y las
cubiertas amenazaban con desplome.
Las leyes de desamortización de Mendizabal y la primera guerra carlista, supondrán
el final de la Torre-Palacio. Teodoro Llorente en «Valencia, sus Monumentos y Artes, su
Naturaleza e Historia» (1887-1888) señala que la durante la guerra se arrasó el Alcázar
de los Maestres. Tras la guerra se declaró Bien Nacional y fue vendido a empresario de
Benicarló Luis Beltrán White en la década de los años 40 del siglo XIX, siendo derribado
poco después.
El convento de Santo Domingo.
En el siglo XIV los vínculos entre la orden de predicadores y el papado dotaron de
gran prestigio a los dominicos, por lo que maestre de Montesa Pere de Thous decide
solicitar en 1356 al Papa Inocencio IV la bula para fundar y construir un convento
contiguo a la Torre-Palacio maestral. La bula indicaba la concesión de fundar y construir
el convento formado por oratorio o iglesia, campanario, campana, cementerio y las
dependencias necesarias para la vida y sustento de los frailes. El cementerio será usado
como lugar de enterramiento de los primeros maestres de la orden. Son escasas las
fuentes escritas o documentales sobre el convento, pero las existentes apuntan a la
posible existencia de una puerta de conexión entre ambos edificios. Posiblemente,
en 1360 las edificaciones del convento estuvieran avanzadas, ya que en este año se
designan ocho frailes para ir a vivir a Sant Mateu. En 1371, según la documentación
cve: BOE-A-2025-14305
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