Comunidad Autónoma Del Principado de Asturias. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-12397)
Resolución de 14 de mayo de 2025, de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte, por la que se incoa expediente para la declaración de la Trashumancia en Asturias, como bien de interés cultural de carácter inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 146
Miércoles 18 de junio de 2025
Sec. III. Pág. 81221
estaban profusamente decoradas (Muséu del Pueblu d’Asturies 2022: 160–69). Los
ejemplares de mayor porte procedían de Extremadura, traídos hacia la cordillera
Cantábrica por los pastores de merinas, lo que nos muestra cómo los objetos muebles
nos informan de esas relaciones de movilidad propias de la trashumancia, y de cómo
esta actividad en sí misma se convierte en un vector para el intercambio de productos,
objetos, ideas, noticias, etc.
El empleo de mulas o caballerías como soporte a las actividades trashumantes
determinaba el uso de materiales muebles específicos, para la guía, la monta y la carga.
Destacan en este ámbito elementos como las alforjas, los arreos y las sillas de montar.
Por su parte, los perros pastores, entre los que destacan los mastines con los que se
defendían los rebaños de la amenaza siempre presente del lobo, contaban con collares
defensivos con pinchos para protegerse de los mordiscos de dichos depredadores.
En los corros, chozos o cabanas de las brañas y majadas el mobiliario era limitado,
existiendo un catre para su descanso o un simple jergón, algunos recipientes cerámicos
y metálicos para cocinar y comer, así como vajilla en madera. Estas piezas eran en
ocasiones hechas por artesanos torneiros, y en otras eran piezas realizadas a punta de
navaja, entre las que encontramos ejemplos de arte pastoril. Los gaxapus o zapicos para
transportar la piedra de afilar con la que se afilaban las guadañas con las que se
segaban los prados cercados de las brañas equinocciales, además de los espacios
agrarios de las aldeas estantes claro está, constituyen ejemplos singulares en los que
reconocemos esas manifestaciones artísticas, sobre madera o cuernas (Fernández
Zúñiga 2011), que en ocasiones pueden ser consideradas verdaderas obras de arte
(Muséu del Pueblu d’Asturies 2022).
Por otro lado, cabe referirse a los objetos y elementos muebles vinculados con el
procesado y aprovechamiento de los productos ganaderos, como todos los útiles y
herramientas para la elaboración de quesos (Fernández García 2000b), o las
herramientas para esquilar el ganado lanar.
5.
La Trashumancia en la Asturias del siglo XXI.
La salvaguarda de esta manifestación está irremisiblemente ligada al sostenimiento
de su sentido productivo, lo que permitiría considerar la trashumancia como patrimonio
vivo, tal y como contemplan documentos-guía como el Plan Nacional de Salvaguarda del
Patrimonio Cultural Inmaterial (2015) o el Libro Blanco de la Trashumancia en España
(MAAMA 2011).
Las transformaciones recientes en el sector primario han hecho que la trashumancia
sea una práctica productiva en declive en la Asturias del siglo XXI, tanto a escala
regional en el ámbito asturiano, como a nivel estatal (MAAMA 2011). Tal deriva es sin
duda el principal riesgo para la salvaguarda de esta manifestación
inmaterial (VV. AA. 2010, 2015; MAAMA 2011; Gutiérrez Señas 2018). Bien es cierto que
la ganadería ha ganado protagonismo dentro del sector agrario regional,
fundamentalmente a través del crecimiento de la cabaña vacuna. Sin embargo, los
manejos extensivos que contemplan la movilidad estacional pierden terreno frente a la
intensificación basada en la estabulación total del ganado (Barrio de Pedro 2008) y
resulta convergente con el incremento de las importaciones de cereales (maíz, soja,
entre otros) para fabricar piensos, o de forrajes como la alfalfa. Frente a ello, la
ganadería trashumante se fundamenta en manejos con una huella ecológica reducida, a
la vez que contribuye a la preservación de prácticas productivas con un importante
impacto social, cultural y ambiental en la región asturiana. La ganadería extensiva ofrece
además servicios ecosistémicos al mantenimiento de la biodiversidad que son
reiteradamente puestos en valor (Oteros-Rozas et al. 2012; Casares y Salguero 2019).
Estas observaciones atribuyen fuerza a los argumentos que ligan el sostenimiento de la
cve: BOE-A-2025-12397
Verificable en https://www.boe.es
5.1 Frente al declive de la trashumancia a comienzos del siglo XXI, algunas notas
para la esperanza.
Núm. 146
Miércoles 18 de junio de 2025
Sec. III. Pág. 81221
estaban profusamente decoradas (Muséu del Pueblu d’Asturies 2022: 160–69). Los
ejemplares de mayor porte procedían de Extremadura, traídos hacia la cordillera
Cantábrica por los pastores de merinas, lo que nos muestra cómo los objetos muebles
nos informan de esas relaciones de movilidad propias de la trashumancia, y de cómo
esta actividad en sí misma se convierte en un vector para el intercambio de productos,
objetos, ideas, noticias, etc.
El empleo de mulas o caballerías como soporte a las actividades trashumantes
determinaba el uso de materiales muebles específicos, para la guía, la monta y la carga.
Destacan en este ámbito elementos como las alforjas, los arreos y las sillas de montar.
Por su parte, los perros pastores, entre los que destacan los mastines con los que se
defendían los rebaños de la amenaza siempre presente del lobo, contaban con collares
defensivos con pinchos para protegerse de los mordiscos de dichos depredadores.
En los corros, chozos o cabanas de las brañas y majadas el mobiliario era limitado,
existiendo un catre para su descanso o un simple jergón, algunos recipientes cerámicos
y metálicos para cocinar y comer, así como vajilla en madera. Estas piezas eran en
ocasiones hechas por artesanos torneiros, y en otras eran piezas realizadas a punta de
navaja, entre las que encontramos ejemplos de arte pastoril. Los gaxapus o zapicos para
transportar la piedra de afilar con la que se afilaban las guadañas con las que se
segaban los prados cercados de las brañas equinocciales, además de los espacios
agrarios de las aldeas estantes claro está, constituyen ejemplos singulares en los que
reconocemos esas manifestaciones artísticas, sobre madera o cuernas (Fernández
Zúñiga 2011), que en ocasiones pueden ser consideradas verdaderas obras de arte
(Muséu del Pueblu d’Asturies 2022).
Por otro lado, cabe referirse a los objetos y elementos muebles vinculados con el
procesado y aprovechamiento de los productos ganaderos, como todos los útiles y
herramientas para la elaboración de quesos (Fernández García 2000b), o las
herramientas para esquilar el ganado lanar.
5.
La Trashumancia en la Asturias del siglo XXI.
La salvaguarda de esta manifestación está irremisiblemente ligada al sostenimiento
de su sentido productivo, lo que permitiría considerar la trashumancia como patrimonio
vivo, tal y como contemplan documentos-guía como el Plan Nacional de Salvaguarda del
Patrimonio Cultural Inmaterial (2015) o el Libro Blanco de la Trashumancia en España
(MAAMA 2011).
Las transformaciones recientes en el sector primario han hecho que la trashumancia
sea una práctica productiva en declive en la Asturias del siglo XXI, tanto a escala
regional en el ámbito asturiano, como a nivel estatal (MAAMA 2011). Tal deriva es sin
duda el principal riesgo para la salvaguarda de esta manifestación
inmaterial (VV. AA. 2010, 2015; MAAMA 2011; Gutiérrez Señas 2018). Bien es cierto que
la ganadería ha ganado protagonismo dentro del sector agrario regional,
fundamentalmente a través del crecimiento de la cabaña vacuna. Sin embargo, los
manejos extensivos que contemplan la movilidad estacional pierden terreno frente a la
intensificación basada en la estabulación total del ganado (Barrio de Pedro 2008) y
resulta convergente con el incremento de las importaciones de cereales (maíz, soja,
entre otros) para fabricar piensos, o de forrajes como la alfalfa. Frente a ello, la
ganadería trashumante se fundamenta en manejos con una huella ecológica reducida, a
la vez que contribuye a la preservación de prácticas productivas con un importante
impacto social, cultural y ambiental en la región asturiana. La ganadería extensiva ofrece
además servicios ecosistémicos al mantenimiento de la biodiversidad que son
reiteradamente puestos en valor (Oteros-Rozas et al. 2012; Casares y Salguero 2019).
Estas observaciones atribuyen fuerza a los argumentos que ligan el sostenimiento de la
cve: BOE-A-2025-12397
Verificable en https://www.boe.es
5.1 Frente al declive de la trashumancia a comienzos del siglo XXI, algunas notas
para la esperanza.