Comunidad Autónoma Del Principado de Asturias. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-12397)
Resolución de 14 de mayo de 2025, de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte, por la que se incoa expediente para la declaración de la Trashumancia en Asturias, como bien de interés cultural de carácter inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 146

Miércoles 18 de junio de 2025

Sec. III. Pág. 81210

4. Caracterización y elementos constitutivos de la trashumancia: una manifestación
consustancial al territorio rural asturiano.
Es posible desgranar una serie de elementos que constituyen la trashumancia como
una manifestación inmaterial del Patrimonio cultural asturiano. De este modo, la
consideración de tal conjunto de elementos y factores permite producir una
caracterización holística de su constitución patrimonial. Así, se impone una valoración
transversal en lo disciplinar que sustenta su abordaje investigador, a la vez que señala la
necesidad de adoptar un modelo de gestión patrimonial amplio en relación con la
manifestación. No en vano, los diferentes elementos que caracterizan la trashumancia en
Asturias han de ser tomados como los principales horizontes de trabajo en la
salvaguarda de esta manifestación. De igual modo, dichos elementos facilitan su
socialización frente a la ciudadanía, con especial atención a las comunidades portadoras
que nos permiten contemplar la trashumancia como una manifestación patrimonial viva y
con futuro.
4.1

Las bases posibilitadoras de la trashumancia en Asturias.

Como ha sido ampliamente desgranado en la literatura que analiza la naturaleza del
PCI (Smith y Akagawa 2009; González Cambeiro y Querol 2014), no resulta sencillo
desligar una manifestación inmaterial de los diferentes componentes materiales que la
constituyen (Muñoz Carrión y Timón Tiemblo 2018). En ello se incluyen lógicamente las
bases naturales sobre las que se construye históricamente esa manifestación cultural de
carácter inmaterial. Por ello, en primer lugar, se debe examinar la relevancia de la
geografía asturiana, en tanto que provee de límites, condicionantes y vías de posibilidad
para que se haya constituido la trashumancia en diferentes etapas históricas. En el caso
de las prácticas trashumantes en Asturias cabe detenerse en variables como el medio
geológico, ambiental y biológico que sustenta la manifestación. Sobre esa capa
preexistente a la acción humana, y como resultado de las interacciones
socioambientales que establecen las comunidades humanas con el medio a lo largo de
la historia, es posible definir otros elementos cruciales en la caracterización de la
trashumancia, como los espacios de pasto (sin olvidar los espacios agrarios que provén
de forraje para complementar la alimentación del ganado), las especies ganaderas
empleadas, incluyendo sus diferentes variedades, o las vías pecuarias e itinerarios que
ponen en contacto los espacios entre los que se practica la movilidad trashumante.
La geografía asturiana.

Las condiciones geográficas del territorio asturiano (Muñoz Jiménez 1982; Rodríguez
Gutiérrez y Menéndez 2005) constituyen la base sustentadora más evidente que hace
posible el desarrollo de la trashumancia en esta región a lo largo de la historia.
Exceptuando el modelo de trashumancia de larga distancia ligado a los rebaños de
merinas, las formas pastoriles con movilidad de corto y medio recorrido reconocibles
históricamente en Asturias existen gracias a la existencia de biotopos complementarios a
una distancia reducida. En ellos, los rebaños son alimentados dentro del ciclo estacional
a través de manejos que aprovechan el crecimiento diferencial de los pastos en distintos
pisos altitudinales. Tales manejos se integran de forma equilibrada con el ciclo anual de
la producción agrícola, al tiempo que la movilidad garantiza el bienestar del ganado
frente a los condicionantes climáticos ligados a la estacionalidad. Todo ello cristaliza en
las manifestaciones trashumantes gracias a que las comunidades humanas supieron
identificar y aprovechar variables geográficas como las diferencias marcadas de altitud,
las posibilidades de una compleja orografía marcada por la verticalidad y la diversidad
litológica, la existencia de ciertas condiciones de variabilidad climática a pequeña escala,
así como la estacionalidad del clima atlántico dominante. Estos rasgos geográficos
posibilitaron este tipo de manejos móviles del ganado que, no obstante, fueron
únicamente viables al producirse las condiciones sociales, políticas y tecnológicas que
hacían posible desplegar los diferentes modelos trashumantes en cada fase histórica.

cve: BOE-A-2025-12397
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4.1.1