Comunidad Autónoma Del Principado de Asturias. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-12397)
Resolución de 14 de mayo de 2025, de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte, por la que se incoa expediente para la declaración de la Trashumancia en Asturias, como bien de interés cultural de carácter inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 146

Miércoles 18 de junio de 2025

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agraria, terminando de integrar a las familias ganaderas en el régimen productivo
característico del capitalismo tardío globalizado, que difícilmente permite sostener los
manejos pastoriles extensivos entre los que cobra sentido la trashumancia. No obstante,
en los últimos años se observa cierto declive en la ganadería orientada a la producción
láctea, y un incremento en la producción cárnica. En general, este modelo ganadero de
orientación cárnica sigue lógicas industrializadas y maximizadoras de la producción, con
un régimen de estabulación total fuertemente dependiente del aporte de insumos. No
obstante, el auge de la producción cárnica favorece marginalmente la recuperación de
manejos extensivos, que incluso puntualmente permiten revitalizar formas de
aprovechamiento del territorio que se asemejan a los modelos trashumantes
tradicionales (sin la movilidad residencial), ya sean de corto recorrido, en su mayoría, o
incluso de medio recorrido. Por su parte, el auge en la demanda de productos de calidad
ligados a etiquetas distintivas de productos ecológicos o sostenibles, economía de
proximidad, incluso vinculado al aprovechamiento de razas autóctonas, está
favoreciendo cierta recuperación de la actividad ganadera dentro de un nuevo sistema
agrario marcado también por una clara sensibilidad por la integración equilibrada de las
actividades humanas en su entorno (VV.AA. 2005; Izquierdo Vallina 2013). Se abre así
una mínima ventana de oportunidad para el mantenimiento de la trashumancia como
manifestación inmaterial que vehicule ciertas formas ligadas a las tradiciones propias de
la trashumancia. O, dicho de otra forma: se abren vías para que la trashumancia como
manifestación del PCI pueda redefinirse en un futuro como la base de una de las
opciones productivas para la economía de los territorios rurales asturianos.
En este sentido, se hace difícil no concluir este sumarísimo repaso histórico a las
formas reconocibles de trashumancia, y sus bases históricas, sin mirar al futuro. Porque
repasar los cambios y continuidades que han afectado a la conformación de la
trashumancia a lo largo de los últimos siete milenios nos debe llevar a pensar que esas
prácticas trashumantes cambiarán en las próximas décadas y siglos. De lo contrario, si
asumiésemos que la salvaguarda de esta manifestación debería implicar el
mantenimiento de sus características «tradicionales», caeríamos en la «fosilización» de
la trashumancia como manifestación del PCI. En este mismo sentido, el análisis histórico
de las formas trashumantes nos lleva a comprender esta manifestación en íntima
relación que la producción agraria, como una fórmula que en cada contexto cultural,
socioambiental e histórico contribuye a la reproducción social y biológica de las
sociedades humanas. Es una práctica que pauta la construcción de la cultura, las
identidades o los paisajes culturales propios de cada etapa histórica. Todas estas
advertencias procedentes del análisis histórico de esta manifestación en Asturias
refrendan la necesidad de considerar los preceptos que contiene el Plan Nacional de
Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (VV. AA. 2015) a la hora de diseñar un
contexto adecuado para su gestión, investigación y socialización, para garantizar su
salvaguarda. Solo así se comprenderá en plenitud esta manifestación patrimonial con
carácter inmaterial, explicitando su dinamismo social, cultural, productivo e identitario.
Formas de trashumancia reconocibles en Asturias durante el último siglo.

En el último siglo se reconocen diferentes modelos de movilidad pastoril en el actual
territorio asturiano que pueden ser encapsulados bajo el término «trashumancia» (García
Martínez 2003). Se trata de formatos distintos adaptados a ciertas variables externas,
como la diversidad geográfica del territorio asturiano; o que son consecuencia de
dinámicas históricas y culturales que median en la articulación de las estrategias de
movilidad o los manejos ganaderos que adoptan las diferentes comunidades
trashumantes. Estas últimas variables pueden estar relacionadas con aspectos como los
regímenes de propiedad de la tierra, las especies que integran la cabaña ganadera, la
orientación productiva particular de la actividad pastoril (enfocada a la subsistencia
familiar o hacia mercados de diferentes escalas), o las relaciones posibles de los grupos
pastoriles en los que ponemos el foco con las comunidades sedentarias de su entorno, al

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