Comunidad Autónoma de Galicia. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-4612)
Resolución de 11 de febrero de 2025, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de la Consellería de Cultura, Lengua y Juventud, por la que se incoa el procedimiento para declarar bien de interés cultural el Convento do Bon Xesús da Limia, ubicado en Trandeiras, municipio de Xinzo de Limia (Ourense).
15 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 57
Viernes 7 de marzo de 2025
– Referencias catastrales de las
DQ0304300PG16A,
32033A15700473,
32033A15700434 y 32033A15709003.
parcelas que abarca la delimitación:
32033A15700435,
32033A15700369,
Descripción.
3.1 Referencia histórica: el origen del Convento do Bon Xesús de Trandeiras se
sitúa en los inicios del siglo XVI. Su construcción, impulsada por el prior del Monasterio
de Xunqueira de Ambía Alonso de Piña, estaría relacionada con la leyenda de una
milagrosa aparición de la Virgen María con el Niño Xesús a Xoán Folgoso, vecino de
Trandeiras, lugar perteneciente en aquel momento a la jurisdicción de Alonso de Piña.
En el año 1520 comienzan las obras, dirigidas por Bartolomé de Nosendo, uno de los
primeros artistas portugueses que sabemos que trabajó en Galicia.
El convento franciscano estaría compuesto por la iglesia, el refectorio, el claustro, los
dormitorios, la hospedería y la huerta cerrada con un muro muy alto de piedra. Además,
dentro de la cerca del monasterio se edificó una ermita dedicada a Santa Catalina. Tras
la muerte de su promotor en 1544, se realizaron diversas obras posteriores, como la
capilla de la Concepción en el año 1600. Es un momento de esplendor del convento con
afluencia de peregrinaciones desde Castilla y Portugal.
El día de Navidad de 1669, un incendio arruinó el convento, pero este fue
reconstruido. En el año 1685 cayó un gran tramo de pared por la parte inferior de la
esquina que da a mediodía, que también fue reconstruida. A lo largo del siglo XVIII se
hicieron diversas obras y a comienzos del XIX las tropas napoleónicas provocaron
graves destrozos en el convento. El 3 de febrero de 1813 el convento sufre un nuevo
incendio, lo que requiere de una nueva reconstrucción. En ese siglo, el convento fue
prisión para algunos religiosos.
La finales de 1835, la Junta de Armamento y Defensa de A Coruña ordena suprimir
los conventos gallegos por razones de seguridad nacional ante los guerrilleros carlistas.
Durante la Desamortización de Mendizábal (1836-1837), el convento de A Limia pasa a
manos del Estado español y los franciscanos tienen que abandonarlo tras tres siglos de
actividad.
En el anuncio de la subasta del convento en el Boletín Oficial de la provincia de
Ourense de 27 de abril de 1844 se señala que el edificio está compuesto de dos piezas:
cátedra y granero. También tenía cocina, refectorio, tres cuadras, el claustro que daba
entrada al primer piso (compuesto de doce habitaciones interiores con un balcón de
hierro) y un segundo piso compuesto de veintiuna alcobas. Todo estaba trabajado en
madera de castaño y en mediano estado de conservación. También se incluía la iglesia,
con seis retablos (la mitad de ellos en buen estado), dos púlpitos, baranda y reja de
hierro y la sacristía (con treinta y ocho gavetas).
En la subasta de fecha 25 de agosto de 1844, el Convento de Trandeiras fue
adjudicado a Cesáreo Paz, quien poco más tarde cede la propiedad a José Romero,
vecino de Xinzo de Limia de origen castellano, quien en 1865 también se hace con la
huerta y otros terrenos del convento que habían sido adjudicados a un hermano de este
(Gaspar Romero): la huerta, el bosque del Cercado y otros terrenos de secano y de
arbolado.
En una crónica de septiembre de 1921 se describe el mal estado de conservación del
convento, en el que permanecían en pie los muros, los pisos y la cubierta. La propiedad
fue vendida por los herederos de José Romero con la intención de desmantelar el
convento y aprovechar las piedras para otras construcciones. En el año 1955, el mismo
periodista relata el ruinoso estado del claustro, que había desaparecido en gran parte. La
progresiva ruina de la zona monástica hizo necesario independizar la iglesia, que se
conservó en buen estado, del resto de las dependencias, tapiando las puertas de
conexión entre ambas y adaptando la capilla norte para el uso de sacristía.
En el año 1988, el arquitecto J. Javier Suances Pereiro dirigió una intervención en la
cual se saneó y se reconstruyó el claustro, se mejoró la estabilidad estructural de la
iglesia, se consolidaron los muros de todo el conjunto, se mejoraron los pavimentos...
cve: BOE-A-2025-4612
Verificable en https://www.boe.es
3.
Sec. III. Pág. 31170
Núm. 57
Viernes 7 de marzo de 2025
– Referencias catastrales de las
DQ0304300PG16A,
32033A15700473,
32033A15700434 y 32033A15709003.
parcelas que abarca la delimitación:
32033A15700435,
32033A15700369,
Descripción.
3.1 Referencia histórica: el origen del Convento do Bon Xesús de Trandeiras se
sitúa en los inicios del siglo XVI. Su construcción, impulsada por el prior del Monasterio
de Xunqueira de Ambía Alonso de Piña, estaría relacionada con la leyenda de una
milagrosa aparición de la Virgen María con el Niño Xesús a Xoán Folgoso, vecino de
Trandeiras, lugar perteneciente en aquel momento a la jurisdicción de Alonso de Piña.
En el año 1520 comienzan las obras, dirigidas por Bartolomé de Nosendo, uno de los
primeros artistas portugueses que sabemos que trabajó en Galicia.
El convento franciscano estaría compuesto por la iglesia, el refectorio, el claustro, los
dormitorios, la hospedería y la huerta cerrada con un muro muy alto de piedra. Además,
dentro de la cerca del monasterio se edificó una ermita dedicada a Santa Catalina. Tras
la muerte de su promotor en 1544, se realizaron diversas obras posteriores, como la
capilla de la Concepción en el año 1600. Es un momento de esplendor del convento con
afluencia de peregrinaciones desde Castilla y Portugal.
El día de Navidad de 1669, un incendio arruinó el convento, pero este fue
reconstruido. En el año 1685 cayó un gran tramo de pared por la parte inferior de la
esquina que da a mediodía, que también fue reconstruida. A lo largo del siglo XVIII se
hicieron diversas obras y a comienzos del XIX las tropas napoleónicas provocaron
graves destrozos en el convento. El 3 de febrero de 1813 el convento sufre un nuevo
incendio, lo que requiere de una nueva reconstrucción. En ese siglo, el convento fue
prisión para algunos religiosos.
La finales de 1835, la Junta de Armamento y Defensa de A Coruña ordena suprimir
los conventos gallegos por razones de seguridad nacional ante los guerrilleros carlistas.
Durante la Desamortización de Mendizábal (1836-1837), el convento de A Limia pasa a
manos del Estado español y los franciscanos tienen que abandonarlo tras tres siglos de
actividad.
En el anuncio de la subasta del convento en el Boletín Oficial de la provincia de
Ourense de 27 de abril de 1844 se señala que el edificio está compuesto de dos piezas:
cátedra y granero. También tenía cocina, refectorio, tres cuadras, el claustro que daba
entrada al primer piso (compuesto de doce habitaciones interiores con un balcón de
hierro) y un segundo piso compuesto de veintiuna alcobas. Todo estaba trabajado en
madera de castaño y en mediano estado de conservación. También se incluía la iglesia,
con seis retablos (la mitad de ellos en buen estado), dos púlpitos, baranda y reja de
hierro y la sacristía (con treinta y ocho gavetas).
En la subasta de fecha 25 de agosto de 1844, el Convento de Trandeiras fue
adjudicado a Cesáreo Paz, quien poco más tarde cede la propiedad a José Romero,
vecino de Xinzo de Limia de origen castellano, quien en 1865 también se hace con la
huerta y otros terrenos del convento que habían sido adjudicados a un hermano de este
(Gaspar Romero): la huerta, el bosque del Cercado y otros terrenos de secano y de
arbolado.
En una crónica de septiembre de 1921 se describe el mal estado de conservación del
convento, en el que permanecían en pie los muros, los pisos y la cubierta. La propiedad
fue vendida por los herederos de José Romero con la intención de desmantelar el
convento y aprovechar las piedras para otras construcciones. En el año 1955, el mismo
periodista relata el ruinoso estado del claustro, que había desaparecido en gran parte. La
progresiva ruina de la zona monástica hizo necesario independizar la iglesia, que se
conservó en buen estado, del resto de las dependencias, tapiando las puertas de
conexión entre ambas y adaptando la capilla norte para el uso de sacristía.
En el año 1988, el arquitecto J. Javier Suances Pereiro dirigió una intervención en la
cual se saneó y se reconstruyó el claustro, se mejoró la estabilidad estructural de la
iglesia, se consolidaron los muros de todo el conjunto, se mejoraron los pavimentos...
cve: BOE-A-2025-4612
Verificable en https://www.boe.es
3.
Sec. III. Pág. 31170