Comunidad Autónoma de Extremadura. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-2287)
Decreto 154/2024, de 12 de diciembre, por el que se declara bien de interés cultural la «Iglesia Parroquial de Nuestra señora de la Asunción» en la localidad de Malpartida de Cáceres (Cáceres), con la categoría de monumento.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 32

Jueves 6 de febrero de 2025
3.4

Sec. III. Pág. 17109

Proceso constructivo.

La primera mención a la obra es el 2 de julio de 1528 por un pago a recibir por el
maestro de capilla Luis Moreno, según los libros de fábrica. La obra debió quedar
interrumpida a finales de 1529 tras concluirse la capilla mayor, estando también al
mando su hermano Fernando y no aparecer más anotaciones en referencia a las obras
en los libros de cuentas hasta unos años posteriores.
Las obras son reanudadas en 1537 de nuevo por los hermanos Moreno y la
colaboración de unos hijos de Fernando y del maestro Lope de Ordieta, que continuaron
con el primer tramo de la nave. En abril de 1539 aparecen los últimos pagos, habiéndose
concluido y cubierto el segundo tramo. De nuevo, una nueva interrupción que se
prolongará otra vez en el tiempo, hasta 1565.
En 1565, gracias al repertorio de artistas de Tomás Pulido, se hace referencia al
pago por las obras realizadas de las dos capillas que faltaban para la finalización de la
iglesia, pagándose por ello al cantero Sebastián de Aguirre, que trabajó en el convento
de San Benito de Alcántara y en otras obras de la Orden. Este dato, nos lleva a suponer
que sería el artífice de los dos tramos finales de la nave y que debió amoldarse a las
trazas originales.
Entre 1578 y 1580, se daría por resultado la construcción de la sacristía del templo.
Poco antes, se había terminado de rematar el tejado del viejo campanario y la
incorporación de las campanas.
En 1581, se ordena abrir y cerrar «a teja vana» la primera bóveda de una nueva torre
e instalar en ella la capilla bautismal con la correspondiente pila, en el plazo de un año.
Las obras de esta capilla fueron llevadas a cabo por Juan Bravo, la pila por Pedro de
Tapia en 1584 y la decoración pictórica de este baptisterio por Diego de Valverde.
La iglesia emprende las obras del coro y la tribuna hacia 1587, las cuales supusieron
un gran coste económico que los llevó a vender rentas de censos y solicitar préstamos a
las cofradías, finalizándose en 1591. Se desconoce el maestro de obras que estuvo al
frente de estos últimos trabajos, pero se nombra a Alonso González, maestro de
cantería, en unos pagos, lo que hace pensar que podría ser él quien estuviera al mando.
En 1611, se ejecutan los últimos remates del templo, como unas gradas en el altar
mayor y en 1697 el pago de las vidrieras.
En 1840, se edifica la torre del reloj sobre el tejado del último tramo de la nave, lugar
este el más idóneo para acometer las obras resultantes. El reloj fue comprado al profesor
de relojería don Anastasio Galaví, que precisó de continuos arreglos hasta que en 1926
se instala una esfera de cristal que le aportará mayor protección hasta ser sustituido
finalmente por uno nuevo y moderno en 2009.
4.

Bienes muebles asociados.

– Retablo mayor: del s. XVIII y de estilo rococó. El conjunto presenta banco, dos
cuerpos con tres calles y remate con columnas de orden compuesto y complejos
estípites con la superficie decorada mediante ces y vegetales. El banco está decorado
con gruesa hojarasca.
El primer cuerpo está dividido por gruesas columnas de fuste estriado con rocallas y
capiteles compuestos. En el centro un tabernáculo de un cuerpo formado por una
hornacina de medio punto flanqueado por columnas pareadas salomónicas y con el fuste
cubierto de telas colgantes que remata con un ático con una hornacina de medio punto
coronado por un broche de hojarasca. En esta hornacina, la imagen de El Niño de la
Bola, que ocupó un altar en el templo durante el XVII que fue creación de Juan Martín
Nacarino y Benito Sánchez Cantero. En los laterales de este tabernáculo, la Virgen con

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La iglesia alberga varios retablos, todos del siglo XVIII y restaurados en 1998. Son
muy similares los retablos laterales, de dos cuerpos, con pilastras y columnas
profusamente decoradas, con la presencia de las columnas salomónicas en algunos de
ellos tan características del Barroco: