Comunidad Foral de Navarra. I. Disposiciones generales. Economía. (BOE-A-2024-27401)
Ley Foral 18/2024, de 13 de diciembre, de Áreas de Promoción Económica de la Comunidad Foral de Navarra.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 30 de diciembre de 2024
Sec. I. Pág. 185850
Estas Áreas de Promoción Económica son la adaptación del instrumento de
colaboración público-privada conocido de forma internacional como «Business
Improvement District» (BID). Los BID surgieron como una iniciativa del sector privado
para revitalizar los centros urbanos y combatir la descentralización. Quienes ostenten la
titularidad de la propiedad de bienes inmuebles aptos para el desarrollo de actividades
económicas que no puedan ser destinados a vivienda o el empresariado de una zona
geográfica delimitada deciden mayoritariamente, tras un proceso participativo, obligarse
a hacer aportaciones económicas para financiar un conjunto de actuaciones dirigidas a
mantener, desarrollar y promocionar su área empresarial.
La rápida expansión de los BID por los diferentes continentes en sus casi cincuenta
años de existencia y el elevado número de BID operando en diferentes ciudades del
mundo demuestran su eficacia como instrumento para contribuir al desarrollo económico
de la zona donde actúan. A su vez, desde la perspectiva de la gestión del espacio
público, los BID facilitan una toma de decisiones sobre la mejora de la vitalidad y la
sostenibilidad de determinadas zonas de forma más soberana, con la participación de
todas las personas afectadas, y un control más efectivo a través de un procedimiento de
rendición de cuentas. Es decir, han mostrado ser un buen instrumento de regeneración y
de gobernanza urbana.
Las Áreas de Promoción Económica son un novedoso instrumento dirigido a superar
las limitaciones que encuentran las actuales herramientas de impulso del comercio
urbano y de proximidad. Como ponía de relieve el Plan de impulso del comercio
minorista de proximidad de Navarra 2018-2020, se ha detectado un bajo nivel de
asociacionismo zonal o sectorial. En efecto, el bajo asociacionismo de las zonas
comerciales es uno de los principales problemas con que se enfrentan a día de hoy
estas organizaciones, que tiene como consecuencia directa su deficiente financiación,
derivada de la falta de cooperación de parte de los y las comerciantes del área, que, aun
beneficiándose de las estrategias de dinamización comercial en marcha, no contribuyen
en modo alguno a su sostenimiento. Ello provoca una alta dependencia de las ayudas y
subvenciones públicas.
Una financiación basada en aportaciones privadas estrictamente voluntarias y en
ayudas públicas variables en el tiempo no solo es insuficiente para desarrollar planes
óptimos de revitalización, sino que además impide que se puedan planificar estrategias a
medio plazo y profesionalizar su gestión.
Las Áreas de Promoción Económica se plantean no solo como un instrumento para
fomentar y desarrollar económicamente los centros comerciales abiertos urbanos, sino
que su objetivo es más ambicioso. Con ellas se pretenden abordar los nuevos desafíos
urbanísticos que encaran los municipios navarros y afrontar los problemas ambientales
derivados de la descentralización urbana.
Toda la actividad económica urbana, de la que el comercio es una parte fundamental,
juega un papel fundamental en nuestras ciudades. Mantener una oferta comercial
intensa y variada en nuestros núcleos de población dinamiza la vida urbana y contribuye
a que los núcleos urbanos sean más compactos y más sostenibles. Las actividades
económicas contribuyen a la revitalización del espacio público y mejoran la cohesión
social. De ahí que existan numerosas razones, no solo de carácter económico, sino
también urbanístico, medioambiental y social que aconsejan mantener y potenciar las
actividades económicas situadas en la trama urbana de los municipios navarros. El
modelo de actividad comercial que opera en los centros urbanos –frente a los formatos
comerciales y de ocio de gran superficie de las periferias urbanas– facilita una ocupación
y utilización más racional del territorio, contribuyendo a un urbanismo más sostenible y
con menor impacto medioambiental, al reducir la movilidad y los desplazamientos.
Por otra parte, el modelo BID en el que se basan las Áreas de Promoción Económica
se caracteriza por su flexibilidad y capacidad de adaptación a las características y
necesidades no solo de cada país, sino de cada zona geográfica en la que se implanta.
Esta flexibilidad y adaptabilidad ha dado lugar a que el modelo se haya ido extendiendo
a otras finalidades, como la promoción y renovación de destinaciones turísticas. La
cve: BOE-A-2024-27401
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 314
Lunes 30 de diciembre de 2024
Sec. I. Pág. 185850
Estas Áreas de Promoción Económica son la adaptación del instrumento de
colaboración público-privada conocido de forma internacional como «Business
Improvement District» (BID). Los BID surgieron como una iniciativa del sector privado
para revitalizar los centros urbanos y combatir la descentralización. Quienes ostenten la
titularidad de la propiedad de bienes inmuebles aptos para el desarrollo de actividades
económicas que no puedan ser destinados a vivienda o el empresariado de una zona
geográfica delimitada deciden mayoritariamente, tras un proceso participativo, obligarse
a hacer aportaciones económicas para financiar un conjunto de actuaciones dirigidas a
mantener, desarrollar y promocionar su área empresarial.
La rápida expansión de los BID por los diferentes continentes en sus casi cincuenta
años de existencia y el elevado número de BID operando en diferentes ciudades del
mundo demuestran su eficacia como instrumento para contribuir al desarrollo económico
de la zona donde actúan. A su vez, desde la perspectiva de la gestión del espacio
público, los BID facilitan una toma de decisiones sobre la mejora de la vitalidad y la
sostenibilidad de determinadas zonas de forma más soberana, con la participación de
todas las personas afectadas, y un control más efectivo a través de un procedimiento de
rendición de cuentas. Es decir, han mostrado ser un buen instrumento de regeneración y
de gobernanza urbana.
Las Áreas de Promoción Económica son un novedoso instrumento dirigido a superar
las limitaciones que encuentran las actuales herramientas de impulso del comercio
urbano y de proximidad. Como ponía de relieve el Plan de impulso del comercio
minorista de proximidad de Navarra 2018-2020, se ha detectado un bajo nivel de
asociacionismo zonal o sectorial. En efecto, el bajo asociacionismo de las zonas
comerciales es uno de los principales problemas con que se enfrentan a día de hoy
estas organizaciones, que tiene como consecuencia directa su deficiente financiación,
derivada de la falta de cooperación de parte de los y las comerciantes del área, que, aun
beneficiándose de las estrategias de dinamización comercial en marcha, no contribuyen
en modo alguno a su sostenimiento. Ello provoca una alta dependencia de las ayudas y
subvenciones públicas.
Una financiación basada en aportaciones privadas estrictamente voluntarias y en
ayudas públicas variables en el tiempo no solo es insuficiente para desarrollar planes
óptimos de revitalización, sino que además impide que se puedan planificar estrategias a
medio plazo y profesionalizar su gestión.
Las Áreas de Promoción Económica se plantean no solo como un instrumento para
fomentar y desarrollar económicamente los centros comerciales abiertos urbanos, sino
que su objetivo es más ambicioso. Con ellas se pretenden abordar los nuevos desafíos
urbanísticos que encaran los municipios navarros y afrontar los problemas ambientales
derivados de la descentralización urbana.
Toda la actividad económica urbana, de la que el comercio es una parte fundamental,
juega un papel fundamental en nuestras ciudades. Mantener una oferta comercial
intensa y variada en nuestros núcleos de población dinamiza la vida urbana y contribuye
a que los núcleos urbanos sean más compactos y más sostenibles. Las actividades
económicas contribuyen a la revitalización del espacio público y mejoran la cohesión
social. De ahí que existan numerosas razones, no solo de carácter económico, sino
también urbanístico, medioambiental y social que aconsejan mantener y potenciar las
actividades económicas situadas en la trama urbana de los municipios navarros. El
modelo de actividad comercial que opera en los centros urbanos –frente a los formatos
comerciales y de ocio de gran superficie de las periferias urbanas– facilita una ocupación
y utilización más racional del territorio, contribuyendo a un urbanismo más sostenible y
con menor impacto medioambiental, al reducir la movilidad y los desplazamientos.
Por otra parte, el modelo BID en el que se basan las Áreas de Promoción Económica
se caracteriza por su flexibilidad y capacidad de adaptación a las características y
necesidades no solo de cada país, sino de cada zona geográfica en la que se implanta.
Esta flexibilidad y adaptabilidad ha dado lugar a que el modelo se haya ido extendiendo
a otras finalidades, como la promoción y renovación de destinaciones turísticas. La
cve: BOE-A-2024-27401
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 314