Ministerio de Cultura. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-25965)
Resolución de 19 de noviembre de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural, en la categoría de bien mueble, a favor de la colección de las prácticas del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC) y de su sucesora la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC), adscrita a la Filmoteca Española.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 12 de diciembre de 2024
Sec. III. Pág. 169971
virgen» (Francisco Regueiro, curso 1961/62), «Trotín Troteras» (Antonio Mercero,
curso 1961/62), o «Turno de noche» (Luis Enrique Torán, curso 1961/62).
Siendo Director General de Cinematografía José María Escudero, el 8 de noviembre
de 1962, se promulgó una nueva orden que reestructuraba el instituto, pasando a
denominarse Escuela Oficial de Cinematografía (EOC). A partir de entonces, se convirtió
en un organismo autónomo adscrito a la Dirección General de Cinematografía y Teatro
del Ministerio de Información y Turismo. Se instauró entonces, bajo Sáenz de Heredia,
un nuevo plan de estudios en el que destacaba la aparición de la especialidad de guion
que se sumaría a las de dirección cinematográfica, producción cinematográfica,
decoración, cámaras, técnicas de laboratorio, sonido e interpretación. En los inicios de la
escuela, el diplomado de la Escuela Oficial de Cine adquirió un estatus que nunca antes
había tenido, aunque sería temporal por cuestiones políticas. En los primeros años se
licenciaron personajes tan destacables como Patino, Fons, Summers, Picazo, Diamante,
Camus, Prósper, Borau o Mercero, entre otros.
A medida que iba avanzando la década de los 60 el presupuesto fue aumentando y
la EOC iba adquiriendo cada vez una mayor proyección social. En estos años creció el
número de ejercicios por curso añadiendo «los documentales», «las prácticas
conjuntas», «las prácticas de 100 metros», y posteriormente, «los spots publicitarios».
Durante el primer año se haría una práctica sin sonido en 16 mm de unos cinco minutos,
en segundo una práctica sonora de 35 mm con una duración de entre diez y veinte
minutos, y en tercero una práctica sonora de 35 mm de unos treinta minutos. La dotación
económica anual del centro había ido creciendo, aunque todavía era inferior a tres
millones y medio de pesetas anuales. Sin embargo, en 1963 pasó a duplicarse con una
cantidad de más de seis millones y medio. Luis Ponce de León fue su director durante un
breve periodo entre 1963 y 1964. Y le sucedió en el cargo Carlos Fernández Cuenca,
quien ya era entonces director de la Filmoteca Nacional. Fernández Cuenca ocuparía
ambas direcciones durante cuatro años, hasta 1968. Durante estos años realizaron sus
prácticas finales estudiantes como Angelino Fons, «A este lado del muro», Víctor Erice,
«Los días perdidos» (ambas del curso 1962/63), Pedro Olea, «Anabel» y José Luis
Egea, «El niño de Vallecas», (ambas del curso 1963/64).
El 19 de agosto de 1964 se publicó la Orden para el Desarrollo de la Cinematografía
que sentaba las bases del nuevo ordenamiento y de las subvenciones del cine español.
También se creaba la figura de Película de Interés Especial, en la que se primaría a las
producciones que facilitasen la incorporación de los titulados de la EOC a la vida laboral.
Son los años de «Doña Rosita la soltera» (Antonio Artero) o «Luciano» (Claudio Guerín
Hill), las dos del curso 1964/65.
En 1967, la EOC se traslada a su nueva sede en La Dehesa de la Villa. Su
construcción se había llevado a cabo con un crédito de treinta y cuatro millones de
pesetas, lo que denotaba cierto esplendor. Sin embargo, el 27 de noviembre del mismo
año apareció un Decreto de Presidencia de Gobierno que reorganizaba la Administración
Civil del Estado para reducir el gasto público. En el momento en el que la escuela
parecía encontrarse en su mayor esplendor, dicho decreto anunciaba el comienzo de su
decadencia. Según el mismo, desaparecía la Dirección General de Cine y Teatro, que se
refundía con la Dirección General de Información en una Dirección General de Cultura
Popular y Espectáculo. En febrero de 1968, cesó de la misma como Director General
José M.ª García Escudero y dimitió Carlos Fernández Cuenca al frente de la EOC. La
siguiente persona en ocupar el cargo (entre 1968 y 1969) sería Antonio Cuevas Puente.
En esos años realizan sus prácticas finales estudiantes como Iván Zulueta, «Ida y
vuelta» (curso 1967/68), Cecilia Bartolomé, «Margarita y el lobo», Josefina Molina,
«Melodrama infernal», Patricio Guzmán, «El paraíso ortopédico», Manuel Revuelta,
«Antoñito vuelve a casa» y Mario Gómez, «Can», todas ellas del curso 1968/69.
Contrariamente a lo que ocurrió con la creación de IIEC, señalan Asier Aranzubia y
José-Luis Castro de Paz, cuando se fundó la Escuela Oficial de Cine, la EOC, en 1962,
sí que existía la idea de adoctrinar a un grupo de cineastas para que proyectaran una
visión moderna y joven del país en los distintos festivales internacionales. La idea era
cve: BOE-A-2024-25965
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 299
Jueves 12 de diciembre de 2024
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virgen» (Francisco Regueiro, curso 1961/62), «Trotín Troteras» (Antonio Mercero,
curso 1961/62), o «Turno de noche» (Luis Enrique Torán, curso 1961/62).
Siendo Director General de Cinematografía José María Escudero, el 8 de noviembre
de 1962, se promulgó una nueva orden que reestructuraba el instituto, pasando a
denominarse Escuela Oficial de Cinematografía (EOC). A partir de entonces, se convirtió
en un organismo autónomo adscrito a la Dirección General de Cinematografía y Teatro
del Ministerio de Información y Turismo. Se instauró entonces, bajo Sáenz de Heredia,
un nuevo plan de estudios en el que destacaba la aparición de la especialidad de guion
que se sumaría a las de dirección cinematográfica, producción cinematográfica,
decoración, cámaras, técnicas de laboratorio, sonido e interpretación. En los inicios de la
escuela, el diplomado de la Escuela Oficial de Cine adquirió un estatus que nunca antes
había tenido, aunque sería temporal por cuestiones políticas. En los primeros años se
licenciaron personajes tan destacables como Patino, Fons, Summers, Picazo, Diamante,
Camus, Prósper, Borau o Mercero, entre otros.
A medida que iba avanzando la década de los 60 el presupuesto fue aumentando y
la EOC iba adquiriendo cada vez una mayor proyección social. En estos años creció el
número de ejercicios por curso añadiendo «los documentales», «las prácticas
conjuntas», «las prácticas de 100 metros», y posteriormente, «los spots publicitarios».
Durante el primer año se haría una práctica sin sonido en 16 mm de unos cinco minutos,
en segundo una práctica sonora de 35 mm con una duración de entre diez y veinte
minutos, y en tercero una práctica sonora de 35 mm de unos treinta minutos. La dotación
económica anual del centro había ido creciendo, aunque todavía era inferior a tres
millones y medio de pesetas anuales. Sin embargo, en 1963 pasó a duplicarse con una
cantidad de más de seis millones y medio. Luis Ponce de León fue su director durante un
breve periodo entre 1963 y 1964. Y le sucedió en el cargo Carlos Fernández Cuenca,
quien ya era entonces director de la Filmoteca Nacional. Fernández Cuenca ocuparía
ambas direcciones durante cuatro años, hasta 1968. Durante estos años realizaron sus
prácticas finales estudiantes como Angelino Fons, «A este lado del muro», Víctor Erice,
«Los días perdidos» (ambas del curso 1962/63), Pedro Olea, «Anabel» y José Luis
Egea, «El niño de Vallecas», (ambas del curso 1963/64).
El 19 de agosto de 1964 se publicó la Orden para el Desarrollo de la Cinematografía
que sentaba las bases del nuevo ordenamiento y de las subvenciones del cine español.
También se creaba la figura de Película de Interés Especial, en la que se primaría a las
producciones que facilitasen la incorporación de los titulados de la EOC a la vida laboral.
Son los años de «Doña Rosita la soltera» (Antonio Artero) o «Luciano» (Claudio Guerín
Hill), las dos del curso 1964/65.
En 1967, la EOC se traslada a su nueva sede en La Dehesa de la Villa. Su
construcción se había llevado a cabo con un crédito de treinta y cuatro millones de
pesetas, lo que denotaba cierto esplendor. Sin embargo, el 27 de noviembre del mismo
año apareció un Decreto de Presidencia de Gobierno que reorganizaba la Administración
Civil del Estado para reducir el gasto público. En el momento en el que la escuela
parecía encontrarse en su mayor esplendor, dicho decreto anunciaba el comienzo de su
decadencia. Según el mismo, desaparecía la Dirección General de Cine y Teatro, que se
refundía con la Dirección General de Información en una Dirección General de Cultura
Popular y Espectáculo. En febrero de 1968, cesó de la misma como Director General
José M.ª García Escudero y dimitió Carlos Fernández Cuenca al frente de la EOC. La
siguiente persona en ocupar el cargo (entre 1968 y 1969) sería Antonio Cuevas Puente.
En esos años realizan sus prácticas finales estudiantes como Iván Zulueta, «Ida y
vuelta» (curso 1967/68), Cecilia Bartolomé, «Margarita y el lobo», Josefina Molina,
«Melodrama infernal», Patricio Guzmán, «El paraíso ortopédico», Manuel Revuelta,
«Antoñito vuelve a casa» y Mario Gómez, «Can», todas ellas del curso 1968/69.
Contrariamente a lo que ocurrió con la creación de IIEC, señalan Asier Aranzubia y
José-Luis Castro de Paz, cuando se fundó la Escuela Oficial de Cine, la EOC, en 1962,
sí que existía la idea de adoctrinar a un grupo de cineastas para que proyectaran una
visión moderna y joven del país en los distintos festivales internacionales. La idea era
cve: BOE-A-2024-25965
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Núm. 299