Ministerio de Cultura. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-25965)
Resolución de 19 de noviembre de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural, en la categoría de bien mueble, a favor de la colección de las prácticas del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC) y de su sucesora la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC), adscrita a la Filmoteca Española.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 12 de diciembre de 2024
Sec. III. Pág. 169970
Durante muchos años el instituto no tuvo local propio y hasta el curso 1957/58 sus
clases se impartieron en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales. Posteriormente,
y durante un breve espacio de tiempo, se trasladó a la Sala de Proyecciones de la FAE
(Fomento de las Artes).
Con la creación, el 19 de julio de 1951, del Ministerio de Información y Turismo, el
IIEC se integró en su estructura. En 1955 Victoriano López García fue cesado y ocupó su
puesto José M.ª Cano Lechuga, quien permanecería en el mismo hasta 1959. En ese
periodo fue cuando se empezaron a realizar prácticas en 35 mm.
En los primeros años, el formalismo, el expresionismo alemán y la vanguardia
soviética, fueron el escenario de prácticas en el que se crearon piezas de gran interés
estético e intelectual. A finales de los 50, el neorrealismo adquirió también protagonismo
en prácticas como «Después del fin» (1959) de José María Font en la que el autor
recupera a los protagonistas de «El ladrón de bicicletas» (1948) de Vittorio de Sica, o en
«La tarde de domingo» de Carlos Saura en la que hace referencia a «Umberto D» (1952)
del mismo de Sica. A partir de ahí, José Luis García Sánchez explica que los estudiantes
pasaron del Neorrealismo a la Modernidad porque «… la gente ya no se dedicaba a
robar bicicletas al prójimo. Así es que empezamos a hacer películas sobre la
incomunicación». La comedia también ocupó un espacio importante en las prácticas del
instituto, una comedia que hallaba su referente principal en la Codorniz, «la revista más
audaz para el lector más inteligente», fundada y dirigida por Miguel Mihura. Y se trabajó
también en otras líneas, dejando vislumbrar cada vez con más claridad que en las
prácticas del instituto se favorecía una experimentación técnica y unos contenidos
impensables en el cine profesional.
La producción de prácticas del instituto se incrementó desde finales de la década de
los 50. Cabe destacar de este periodo «La tarde del domingo» (Carlos Saura) del
curso 1956/57, o «El viejecito» (Manuel Summers) y «Habitación de alquiler» (Miguel
Picazo), ambas del curso 1958/59.
En 1959, el centro pasó a ser dirigido, por primera vez, por un hombre procedente de
la industria cinematográfica, José Luis Sáenz de Heredia. Éste estuvo al frente de la
institución hasta 1963 y con él ocupó la subdirección Florentino Soria, alumno de la
primera promoción y que años más tarde sería director de la Filmoteca Nacional (entre
el 17 de noviembre de 1970 y el 23 de marzo de 1984).
José-Luis Sáenz de Heredia fue una figura clave en la historia de la institución.
Entendió desde un principio que se necesitaban más medios para mejorar la calidad de
las prácticas (al menos técnica) y la proyección pública de los trabajos de los alumnos.
Contactó con compañeros del cine profesional y consiguió la sala del cine Capitol gratis
un domingo por la mañana. Se proyectaron trabajos de Patino, Borau, Summers, Julio
Diamante o Mercero. Desde 1960 a 1966, en la inauguración de cada nuevo curso se
proyectaron prácticas en el Palacio de Música que alumnos de tercero habían
desarrollado el curso anterior. Aquello permitió visibilizar el trabajo de los alumnos entre
los profesionales y el público. De hecho, en abril de 1959 se promulgó una orden del
Ministerio de Información y Turismo por la que se concedía a los titulados del IIEC
preferencia para ocupar plazas en Televisión Española. Fue entonces también cuando se
empezaron a proyectar públicamente algunas prácticas y se alquilaron los estudios de
rodaje de Cinearte, en la plaza del Conde de Barajas de Madrid.
Dos cuestiones preocupaban fundamentalmente a Sáenz de Heredia: disponer de
una nueva sede más espaciosa y mejor adaptada para el instituto, y la creación de un
nuevo plan de estudios. En el año 1960, mientras se impulsaba la construcción de un
nuevo edificio en la carretera de la Dehesa de la Villa, junto a Ciudad Universitaria, la
institución se trasladó a la antigua sede del Ministerio de Información y Turismo, sito en
la calle Montesquinza de Madrid. Fue una época fructífera, ya que se realizaron
montajes de negativo y sonido, y se comenzaron a tirar copias estándar. Se alcanzaba
así un modo de trabajo similar al de la industria cinematográfica. Estos años dieron lugar
a prácticas finales como «El borracho» (Mario Camus, curso 1961/62), «Sor Angelina
cve: BOE-A-2024-25965
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 299
Jueves 12 de diciembre de 2024
Sec. III. Pág. 169970
Durante muchos años el instituto no tuvo local propio y hasta el curso 1957/58 sus
clases se impartieron en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales. Posteriormente,
y durante un breve espacio de tiempo, se trasladó a la Sala de Proyecciones de la FAE
(Fomento de las Artes).
Con la creación, el 19 de julio de 1951, del Ministerio de Información y Turismo, el
IIEC se integró en su estructura. En 1955 Victoriano López García fue cesado y ocupó su
puesto José M.ª Cano Lechuga, quien permanecería en el mismo hasta 1959. En ese
periodo fue cuando se empezaron a realizar prácticas en 35 mm.
En los primeros años, el formalismo, el expresionismo alemán y la vanguardia
soviética, fueron el escenario de prácticas en el que se crearon piezas de gran interés
estético e intelectual. A finales de los 50, el neorrealismo adquirió también protagonismo
en prácticas como «Después del fin» (1959) de José María Font en la que el autor
recupera a los protagonistas de «El ladrón de bicicletas» (1948) de Vittorio de Sica, o en
«La tarde de domingo» de Carlos Saura en la que hace referencia a «Umberto D» (1952)
del mismo de Sica. A partir de ahí, José Luis García Sánchez explica que los estudiantes
pasaron del Neorrealismo a la Modernidad porque «… la gente ya no se dedicaba a
robar bicicletas al prójimo. Así es que empezamos a hacer películas sobre la
incomunicación». La comedia también ocupó un espacio importante en las prácticas del
instituto, una comedia que hallaba su referente principal en la Codorniz, «la revista más
audaz para el lector más inteligente», fundada y dirigida por Miguel Mihura. Y se trabajó
también en otras líneas, dejando vislumbrar cada vez con más claridad que en las
prácticas del instituto se favorecía una experimentación técnica y unos contenidos
impensables en el cine profesional.
La producción de prácticas del instituto se incrementó desde finales de la década de
los 50. Cabe destacar de este periodo «La tarde del domingo» (Carlos Saura) del
curso 1956/57, o «El viejecito» (Manuel Summers) y «Habitación de alquiler» (Miguel
Picazo), ambas del curso 1958/59.
En 1959, el centro pasó a ser dirigido, por primera vez, por un hombre procedente de
la industria cinematográfica, José Luis Sáenz de Heredia. Éste estuvo al frente de la
institución hasta 1963 y con él ocupó la subdirección Florentino Soria, alumno de la
primera promoción y que años más tarde sería director de la Filmoteca Nacional (entre
el 17 de noviembre de 1970 y el 23 de marzo de 1984).
José-Luis Sáenz de Heredia fue una figura clave en la historia de la institución.
Entendió desde un principio que se necesitaban más medios para mejorar la calidad de
las prácticas (al menos técnica) y la proyección pública de los trabajos de los alumnos.
Contactó con compañeros del cine profesional y consiguió la sala del cine Capitol gratis
un domingo por la mañana. Se proyectaron trabajos de Patino, Borau, Summers, Julio
Diamante o Mercero. Desde 1960 a 1966, en la inauguración de cada nuevo curso se
proyectaron prácticas en el Palacio de Música que alumnos de tercero habían
desarrollado el curso anterior. Aquello permitió visibilizar el trabajo de los alumnos entre
los profesionales y el público. De hecho, en abril de 1959 se promulgó una orden del
Ministerio de Información y Turismo por la que se concedía a los titulados del IIEC
preferencia para ocupar plazas en Televisión Española. Fue entonces también cuando se
empezaron a proyectar públicamente algunas prácticas y se alquilaron los estudios de
rodaje de Cinearte, en la plaza del Conde de Barajas de Madrid.
Dos cuestiones preocupaban fundamentalmente a Sáenz de Heredia: disponer de
una nueva sede más espaciosa y mejor adaptada para el instituto, y la creación de un
nuevo plan de estudios. En el año 1960, mientras se impulsaba la construcción de un
nuevo edificio en la carretera de la Dehesa de la Villa, junto a Ciudad Universitaria, la
institución se trasladó a la antigua sede del Ministerio de Información y Turismo, sito en
la calle Montesquinza de Madrid. Fue una época fructífera, ya que se realizaron
montajes de negativo y sonido, y se comenzaron a tirar copias estándar. Se alcanzaba
así un modo de trabajo similar al de la industria cinematográfica. Estos años dieron lugar
a prácticas finales como «El borracho» (Mario Camus, curso 1961/62), «Sor Angelina
cve: BOE-A-2024-25965
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Núm. 299