Ministerio Para La Transición Ecológica y El Reto Demográfico. III. Otras disposiciones. Impacto ambiental. (BOE-A-2024-23394)
Resolución de 29 de octubre de 2024, de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, por la que se formula declaración de impacto ambiental del proyecto «Dique seco para mantenimiento y reparación naval anexo al muelle de ASTICAN Naciente, en Las Palmas de Gran Canaria (Canarias)».
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 11 de noviembre de 2024
Sec. III. Pág. 143603
concentración con la distancia, siendo asumible por el medio receptor. A pesar de ello,
se aplicarán medidas mitigadoras habituales tales como riegos periódicos de los accesos
y zonas de tránsito; mantenimiento y revisión de maquinaria, que deberán cumplir las
condiciones legales vigente, y además se mantendrá apagada durante los periodos de
inactividad. También se incluye la vigilancia de la calidad del aire en el PVA.
Durante la fase de funcionamiento, las actividades de corte, modelado, agujereo y
limpieza del casco generan emisiones de partículas y gases, que varían según el tipo de
metal trabajado. No obstante, se trata de efectos existentes en la actualidad, que se ha
comprobado que no llegan a superar los umbrales de calidad del aire en el entorno del
astillero, según estudios realizados en 2015 y como se recoge en la estación fija de
medición de calidad del aire más cercana. Se estima que, con un aumento previsto en el
número de embarcaciones reparadas, las emisiones podrían incrementarse en un 12 %.
Actualmente, los niveles de PM10 son de 25 μg/m³, y con el incremento, se espera que
lleguen a 28 μg/m³, lo que sigue estando por debajo del límite de 50 μg/m³ para
considerar el aire de buena calidad.
Como medidas para la protección del aire, respecto a los efectos de la granalla, se
está reduciendo paulatinamente su uso, ya que actualmente se emplea chorreo húmedo
o «wet abrassive blasting» para el tratamiento de cascos, y el mercado está
evolucionando hacia equipos con tecnología de tratamiento de decapado por chorro de
agua a alta presión en circuito cerrado, con sus equipos de almacenamiento y
tratamiento del agua recogida, generando menos emisiones a la atmósfera.
En cuanto a los posibles impactos sobre la población, el EsIA indica que el proyecto
se ubica en una zona portuaria sin población cercana, afectando principalmente a los
trabajadores del puerto y las empresas allí situadas. Sin embargo, se prevé un impacto
indirecto en la población del núcleo urbano cercano debido al aumento del tráfico de
vehículos durante la construcción y operación del proyecto. En términos de salud, no se
identifican grupos de población vulnerables en el ámbito de actuación, ni acciones de
proyecto que puedan provocar una alteración relevante de la salud de la población. Por
otro lado, de la evaluación realizada sobre el incremento en los niveles de ruido debido a
las obras, tomando como referencia la situación más crítica (atmósfera homogénea sin
atenuaciones, draga que genere a 160 m un nivel de presión sonora de 70 dB(A)), se
extrae que, a una distancia de unos 800 metros, distancia a la que se encuentran los
habitantes más cercanos a la zona de actuación, el nivel de presión sonora no supera
los 50,5 dB(A), quedando por debajo de los límites legales diurnos y nocturnos estatales
y locales. Además, hay que tener en cuenta que esta es una zona portuaria donde
numerosos buques de gran tonelaje navegan y operan diariamente, de hecho, el ruido
asociado al tráfico marítimo es una característica inherente a la existencia de un puerto
comercial. Por otro lado, entre la zona de trabajo y la zona residencial se encuentran
varias naves industriales asociadas al puerto, donde se llevan a cabo operaciones
ruidosas de manera habitual. Igualmente, es muy probable que el ruido generado por la
ciudad, como el tráfico de vehículos, comercios, etc., enmascare el ruido proveniente de
las obras. En definitiva, el EsIA concluye que el impacto del ruido será nulo o poco
significativo, ya que este se dispersará en el entorno abierto y se verá atenuado por el
ruido ya presente en la zona portuaria.
La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias señala que la
actividad de reparación y mantenimiento de embarcaciones incide de forma negativa en
el entorno debido a algunos de los procesos que realiza, a los métodos de trabajo que
desarrolla, a las máquinas y herramientas instaladas y por la naturaleza de los
materiales y de los consumibles generalmente usados. Además, esta actividad genera
residuos de distinta naturaleza (peligrosos y no peligrosos, además de residuos
MARPOL de las embarcaciones), emite partículas en suspensión y gases que
contaminan el aire, produce ruidos (que puede llegar a los 110dB, lo que ya se considera
perjudicial para la salud humana) y contaminación lumínica y constituye un riesgo para
que se produzcan vertidos al mar.
cve: BOE-A-2024-23394
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 272
Lunes 11 de noviembre de 2024
Sec. III. Pág. 143603
concentración con la distancia, siendo asumible por el medio receptor. A pesar de ello,
se aplicarán medidas mitigadoras habituales tales como riegos periódicos de los accesos
y zonas de tránsito; mantenimiento y revisión de maquinaria, que deberán cumplir las
condiciones legales vigente, y además se mantendrá apagada durante los periodos de
inactividad. También se incluye la vigilancia de la calidad del aire en el PVA.
Durante la fase de funcionamiento, las actividades de corte, modelado, agujereo y
limpieza del casco generan emisiones de partículas y gases, que varían según el tipo de
metal trabajado. No obstante, se trata de efectos existentes en la actualidad, que se ha
comprobado que no llegan a superar los umbrales de calidad del aire en el entorno del
astillero, según estudios realizados en 2015 y como se recoge en la estación fija de
medición de calidad del aire más cercana. Se estima que, con un aumento previsto en el
número de embarcaciones reparadas, las emisiones podrían incrementarse en un 12 %.
Actualmente, los niveles de PM10 son de 25 μg/m³, y con el incremento, se espera que
lleguen a 28 μg/m³, lo que sigue estando por debajo del límite de 50 μg/m³ para
considerar el aire de buena calidad.
Como medidas para la protección del aire, respecto a los efectos de la granalla, se
está reduciendo paulatinamente su uso, ya que actualmente se emplea chorreo húmedo
o «wet abrassive blasting» para el tratamiento de cascos, y el mercado está
evolucionando hacia equipos con tecnología de tratamiento de decapado por chorro de
agua a alta presión en circuito cerrado, con sus equipos de almacenamiento y
tratamiento del agua recogida, generando menos emisiones a la atmósfera.
En cuanto a los posibles impactos sobre la población, el EsIA indica que el proyecto
se ubica en una zona portuaria sin población cercana, afectando principalmente a los
trabajadores del puerto y las empresas allí situadas. Sin embargo, se prevé un impacto
indirecto en la población del núcleo urbano cercano debido al aumento del tráfico de
vehículos durante la construcción y operación del proyecto. En términos de salud, no se
identifican grupos de población vulnerables en el ámbito de actuación, ni acciones de
proyecto que puedan provocar una alteración relevante de la salud de la población. Por
otro lado, de la evaluación realizada sobre el incremento en los niveles de ruido debido a
las obras, tomando como referencia la situación más crítica (atmósfera homogénea sin
atenuaciones, draga que genere a 160 m un nivel de presión sonora de 70 dB(A)), se
extrae que, a una distancia de unos 800 metros, distancia a la que se encuentran los
habitantes más cercanos a la zona de actuación, el nivel de presión sonora no supera
los 50,5 dB(A), quedando por debajo de los límites legales diurnos y nocturnos estatales
y locales. Además, hay que tener en cuenta que esta es una zona portuaria donde
numerosos buques de gran tonelaje navegan y operan diariamente, de hecho, el ruido
asociado al tráfico marítimo es una característica inherente a la existencia de un puerto
comercial. Por otro lado, entre la zona de trabajo y la zona residencial se encuentran
varias naves industriales asociadas al puerto, donde se llevan a cabo operaciones
ruidosas de manera habitual. Igualmente, es muy probable que el ruido generado por la
ciudad, como el tráfico de vehículos, comercios, etc., enmascare el ruido proveniente de
las obras. En definitiva, el EsIA concluye que el impacto del ruido será nulo o poco
significativo, ya que este se dispersará en el entorno abierto y se verá atenuado por el
ruido ya presente en la zona portuaria.
La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias señala que la
actividad de reparación y mantenimiento de embarcaciones incide de forma negativa en
el entorno debido a algunos de los procesos que realiza, a los métodos de trabajo que
desarrolla, a las máquinas y herramientas instaladas y por la naturaleza de los
materiales y de los consumibles generalmente usados. Además, esta actividad genera
residuos de distinta naturaleza (peligrosos y no peligrosos, además de residuos
MARPOL de las embarcaciones), emite partículas en suspensión y gases que
contaminan el aire, produce ruidos (que puede llegar a los 110dB, lo que ya se considera
perjudicial para la salud humana) y contaminación lumínica y constituye un riesgo para
que se produzcan vertidos al mar.
cve: BOE-A-2024-23394
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Núm. 272