III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE EDUCACIÓN, FORMACIÓN PROFESIONAL Y DEPORTES. Ayudas. (BOE-A-2024-18092)
Resolución de 5 de septiembre de 2024, de la Secretaría de Estado de Educación, por la que se publica el Acuerdo de la Conferencia Sectorial de Educación de 30 de julio de 2024, por el que se aprueba la propuesta de distribución territorial y los criterios de reparto de los créditos gestionados por comunidades autónomas destinados al Programa de cooperación territorial para la orientación, avance y enriquecimiento educativo en centros de especial complejidad educativa (Programa PROA+, Fondo Social Europeo+), en el ejercicio presupuestario 2024.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 9 de septiembre de 2024
Sec. III. Pág. 112191
Este protagonismo de dichas administraciones territoriales es además coherente con el
espíritu de cogobernanza que inspira la ejecución de los fondos de la UE; sin perjuicio de
ello las Comunidades Autónomas precisan, lógicamente, disponer de los recursos
financieros para poder desarrollar con éxito las actuaciones contempladas.
La sociedad española del siglo XXI tiene la convicción de que es necesario mejorar
la calidad de la educación, y que este beneficio debe llegar a toda la ciudadanía, sin
ningún tipo de exclusión. Existe la firme creencia de que calidad y equidad son
conceptos inseparables y que, tal y como se ha constatado en diferentes evaluaciones
internacionales, ambos principios son compatibles y no deben considerarse objetivos
antagónicos.
El principio fundamental en el que se sustenta la LOMLOE es el de proporcionar una
educación de calidad a toda la ciudadanía, en todos los niveles del sistema educativo.
Tras haber conseguido que toda la ciudadanía esté escolarizada hasta los dieciséis años
de edad, el objetivo ahora consiste en mejorar los resultados generales y en reducir las
altas tasas de alumnado sin titulación al finalizar la educación básica, así como el
abandono escolar temprano. Se trata de conseguir que todos los ciudadanos y
ciudadanas alcancen el máximo desarrollo posible de sus capacidades individuales,
sociales, intelectuales, culturales y emocionales, para lo que necesitan recibir una
educación de calidad adaptada a sus necesidades. Al mismo tiempo se les debe prestar
los necesarios apoyos, tanto al alumnado que los requiera como a los centros en los que
se encuentran escolarizados, con el fin de garantizar una igualdad efectiva de
oportunidades. Para ello es necesario un esfuerzo compartido de las familias, el
profesorado, los centros docentes, las Administraciones educativas y la sociedad en su
conjunto. Todo ello debe realizarse en base a los principios de participación e inclusión,
asegurando su no discriminación ni segregación, ya sea por razón de nacimiento, sexo,
origen racial, étnico o geográfico, discapacidad, edad, enfermedad, religión o creencias,
orientación sexual o identidad sexual o cualquier otra condición o circunstancia personal
o social.
En la Resolución del Consejo de la Unión Europea 2021/C/66/01 relativa a un marco
estratégico para la cooperación europea en educación y formación con miras hacia el
Espacio Europeo de Educación y más allá (2021 – 2030), se establece como prioridad
estratégica para la próxima década mejorar la calidad, la equidad, la inclusión y el éxito
para todos en la educación y formación. Para la UE, la visión de la calidad en la
educación y la formación hace que el dominio de las competencias clave, incluidas las
destrezas básicas, sean bases fundamentales para el éxito futuro, respaldado por
profesorado, educadores y educadoras altamente cualificados y motivados, así como por
otros profesionales de la educación. El abandono temprano de la educación supone una
merma en las oportunidades socio/económicas de la población. Si bien este indicador se
ha reducido durante la última década, continúa suponiendo un desafío para las
Administraciones educativas, sobre todo cuando ya se empiezan a vislumbrar las
consecuencias de la pandemia de la COVID-19. Por consiguiente, deben continuar los
esfuerzos para reducir el abandono temprano de la educación y que más jóvenes
consigan una cualificación de educación secundaria posobligatoria. Por otra parte,
aunque los sistemas educativos han sido capaces de mejorar los resultados, sigue
pendiente la identificación de las políticas que promueven el éxito educativo de todo el
alumnado. Por tanto, deben ser adoptadas medidas para asegurar la formación y el éxito
escolar del alumnado vulnerable, en un sentido global y en una perspectiva de
aprendizaje permanente. Además de los mencionados, otro de los efectos de la
pandemia de la COVID-19 ha sido el de un peor desempeño del alumnado en la
comprensión lectora y en matemáticas. Esta circunstancia supone un lastre en la
adquisición de las competencias clave y en el desarrollo formativo de todo el alumnado,
en especial del más desfavorecido.
La UE ha establecido, entre otros, los siguientes indicadores a alcanzar:
– El alumnado de 15 años con bajo rendimiento en comprensión lectora,
matemáticas y ciencias debe ser menor del 15 % en 2030.
cve: BOE-A-2024-18092
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 218
Lunes 9 de septiembre de 2024
Sec. III. Pág. 112191
Este protagonismo de dichas administraciones territoriales es además coherente con el
espíritu de cogobernanza que inspira la ejecución de los fondos de la UE; sin perjuicio de
ello las Comunidades Autónomas precisan, lógicamente, disponer de los recursos
financieros para poder desarrollar con éxito las actuaciones contempladas.
La sociedad española del siglo XXI tiene la convicción de que es necesario mejorar
la calidad de la educación, y que este beneficio debe llegar a toda la ciudadanía, sin
ningún tipo de exclusión. Existe la firme creencia de que calidad y equidad son
conceptos inseparables y que, tal y como se ha constatado en diferentes evaluaciones
internacionales, ambos principios son compatibles y no deben considerarse objetivos
antagónicos.
El principio fundamental en el que se sustenta la LOMLOE es el de proporcionar una
educación de calidad a toda la ciudadanía, en todos los niveles del sistema educativo.
Tras haber conseguido que toda la ciudadanía esté escolarizada hasta los dieciséis años
de edad, el objetivo ahora consiste en mejorar los resultados generales y en reducir las
altas tasas de alumnado sin titulación al finalizar la educación básica, así como el
abandono escolar temprano. Se trata de conseguir que todos los ciudadanos y
ciudadanas alcancen el máximo desarrollo posible de sus capacidades individuales,
sociales, intelectuales, culturales y emocionales, para lo que necesitan recibir una
educación de calidad adaptada a sus necesidades. Al mismo tiempo se les debe prestar
los necesarios apoyos, tanto al alumnado que los requiera como a los centros en los que
se encuentran escolarizados, con el fin de garantizar una igualdad efectiva de
oportunidades. Para ello es necesario un esfuerzo compartido de las familias, el
profesorado, los centros docentes, las Administraciones educativas y la sociedad en su
conjunto. Todo ello debe realizarse en base a los principios de participación e inclusión,
asegurando su no discriminación ni segregación, ya sea por razón de nacimiento, sexo,
origen racial, étnico o geográfico, discapacidad, edad, enfermedad, religión o creencias,
orientación sexual o identidad sexual o cualquier otra condición o circunstancia personal
o social.
En la Resolución del Consejo de la Unión Europea 2021/C/66/01 relativa a un marco
estratégico para la cooperación europea en educación y formación con miras hacia el
Espacio Europeo de Educación y más allá (2021 – 2030), se establece como prioridad
estratégica para la próxima década mejorar la calidad, la equidad, la inclusión y el éxito
para todos en la educación y formación. Para la UE, la visión de la calidad en la
educación y la formación hace que el dominio de las competencias clave, incluidas las
destrezas básicas, sean bases fundamentales para el éxito futuro, respaldado por
profesorado, educadores y educadoras altamente cualificados y motivados, así como por
otros profesionales de la educación. El abandono temprano de la educación supone una
merma en las oportunidades socio/económicas de la población. Si bien este indicador se
ha reducido durante la última década, continúa suponiendo un desafío para las
Administraciones educativas, sobre todo cuando ya se empiezan a vislumbrar las
consecuencias de la pandemia de la COVID-19. Por consiguiente, deben continuar los
esfuerzos para reducir el abandono temprano de la educación y que más jóvenes
consigan una cualificación de educación secundaria posobligatoria. Por otra parte,
aunque los sistemas educativos han sido capaces de mejorar los resultados, sigue
pendiente la identificación de las políticas que promueven el éxito educativo de todo el
alumnado. Por tanto, deben ser adoptadas medidas para asegurar la formación y el éxito
escolar del alumnado vulnerable, en un sentido global y en una perspectiva de
aprendizaje permanente. Además de los mencionados, otro de los efectos de la
pandemia de la COVID-19 ha sido el de un peor desempeño del alumnado en la
comprensión lectora y en matemáticas. Esta circunstancia supone un lastre en la
adquisición de las competencias clave y en el desarrollo formativo de todo el alumnado,
en especial del más desfavorecido.
La UE ha establecido, entre otros, los siguientes indicadores a alcanzar:
– El alumnado de 15 años con bajo rendimiento en comprensión lectora,
matemáticas y ciencias debe ser menor del 15 % en 2030.
cve: BOE-A-2024-18092
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 218