III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-16390)
Decreto 50/2024, de 29 de abril, del Consell, para la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de bien inmaterial, de la actividad tradicional Cultura del Cáñamo de Callosa de Segura.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 7 de agosto de 2024
Sec. III. Pág. 101866
mantenimiento y transmisión de la cultura del cáñamo como elemento del patrimonio
cultural ha generado un nuevo calendario, vinculado a la cosecha de la parcela reservada
a la huerta, y a la recreación los oficios tradicionales en el contexto de las actividades del
Museo y la Escuela del Cáñamo, hitos del calendario local vividas en términos festivos por
la ciudadanía callosina.
4.
Descripción y caracterización
4.1 Orígenes documentados o atribuidos: en la fértil Huerta del Río Segura, a la que
pertenece geográficamente Callosa de Segura, se han constatado datos sobre el cultivo
del cáñamo desde el siglo XIII, cuando Alfonso X hubo de legislar para resolver un pleito
entre vecinos de la Vega Media y la Vega Baja del Segura por arrojar al río las aguas
putrefactas de los embalsados o enriados del cáñamo. Y así van apareciendo en los
archivos menciones de obreros de los distintos trabajos de cáñamo de modo esporádico.
Tanto el célebre cronista Antonio José Cavanilles o, en el siglo XIX, Madoz, hacían
referencia a las producciones de cosechas de cáñamo y oficios dedicados a ellos. Este
segundo, en su obra «Diccionario...» describe la cosecha de cáñamo de Callosa de
Segura (en su apartado de Producciones) como abundante y de la mejor calidad, y que
su industria más importante es, aparte de la agricultura en general, la de fabricación de
alpargatas de cáñamo, y la de empleados en diez telares de lienzo, junto a la venta de la
agramiza o caña del cáñamo al Arsenal de Cartagena para la elaboración de pólvora por
el Cuerpo de Artillería.
4.2 Evolución histórica y modificaciones: la producción y aprovechamiento del
cáñamo ha estado estrechamente ligado a la historia. Tanto es así que, en la segunda
mitad del siglo XIX, se produce la primera gran crisis mundial de producción del cáñamo
por cuestiones como los aranceles, o la desaparición de los barcos de velas por los de
vapor.
Con toda esta antesala entramos en el siglo XX en el que la situación fluctuante del
cultivo del cáñamo vio en la Vega Baja, y en especial en Callosa de Segura, sus
momentos más álgidos debido a las coyunturas provocadas por las dos guerras
mundiales: la Primera (de 1914 a 1918) fue seguida por una grave crisis posterior, y la
Segunda (de 1939 a 1945), en que los países en conflicto dejaron de producir y de
competir con nuestro país, que al mantener posiciones neutrales, se benefició al
aumentar la demanda, la producción y la exportación. Además, debido a la guerra civil
(1936-1939) se vivió un período de autarquía y necesidad de autoabastecimiento,
obligatorio en España, que hizo vivir a Callosa de Segura, y a la comarca, una época de
oro en cuanto al cultivo del cáñamo.
En 1953 la Vega Baja producía el 60 % de la producción nacional. Así, el callosino
Antonio Gilabert Pastor pone en funcionamiento las primeras máquinas que rentabilizarían
la producción: agramadoras mecánicas, sacudidoras mecánicas, el embalsado químico,
etc., pero sobre 1960 aparecen las fibras sintéticas, más económicas, más rentables y en
otros circuitos de producción que hicieron desaparecer de la noche a la mañana,
vertiginosamente, la producción y la industria del cáñamo. No será hasta los años 70
cuando los pequeños patronos y algún obrero autónomo del cáñamo emprenden nuevas
acciones para adaptarse a los nuevos tiempos y consumo para mantener la tradición.
Pese a la fluctuación en su producción cabe destacar que todos los trabajos sobre
esta fibra natural dorada han permanecido invariables durante siglos, aunque, como
patrimonio vivo, la Cultura del Cáñamo es una manifestación evolutiva, reflejo de la
evolución del utillaje y la división del trabajo vinculada al proceso de producción y
transformación de la fibra textil.
Los conocimientos transmitidos de generación en generación, constituye una riquísima
muestra etnológica, así como todo el conjunto que la componen, siendo pues la mayor
expresión viva heredada de los antepasados, en cuanto a las técnicas y saberes
vinculados a la artesanía tradicional propia de la Vega del Río Segura, y especialmente de
Callosa de Segura.
cve: BOE-A-2024-16390
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 190
Miércoles 7 de agosto de 2024
Sec. III. Pág. 101866
mantenimiento y transmisión de la cultura del cáñamo como elemento del patrimonio
cultural ha generado un nuevo calendario, vinculado a la cosecha de la parcela reservada
a la huerta, y a la recreación los oficios tradicionales en el contexto de las actividades del
Museo y la Escuela del Cáñamo, hitos del calendario local vividas en términos festivos por
la ciudadanía callosina.
4.
Descripción y caracterización
4.1 Orígenes documentados o atribuidos: en la fértil Huerta del Río Segura, a la que
pertenece geográficamente Callosa de Segura, se han constatado datos sobre el cultivo
del cáñamo desde el siglo XIII, cuando Alfonso X hubo de legislar para resolver un pleito
entre vecinos de la Vega Media y la Vega Baja del Segura por arrojar al río las aguas
putrefactas de los embalsados o enriados del cáñamo. Y así van apareciendo en los
archivos menciones de obreros de los distintos trabajos de cáñamo de modo esporádico.
Tanto el célebre cronista Antonio José Cavanilles o, en el siglo XIX, Madoz, hacían
referencia a las producciones de cosechas de cáñamo y oficios dedicados a ellos. Este
segundo, en su obra «Diccionario...» describe la cosecha de cáñamo de Callosa de
Segura (en su apartado de Producciones) como abundante y de la mejor calidad, y que
su industria más importante es, aparte de la agricultura en general, la de fabricación de
alpargatas de cáñamo, y la de empleados en diez telares de lienzo, junto a la venta de la
agramiza o caña del cáñamo al Arsenal de Cartagena para la elaboración de pólvora por
el Cuerpo de Artillería.
4.2 Evolución histórica y modificaciones: la producción y aprovechamiento del
cáñamo ha estado estrechamente ligado a la historia. Tanto es así que, en la segunda
mitad del siglo XIX, se produce la primera gran crisis mundial de producción del cáñamo
por cuestiones como los aranceles, o la desaparición de los barcos de velas por los de
vapor.
Con toda esta antesala entramos en el siglo XX en el que la situación fluctuante del
cultivo del cáñamo vio en la Vega Baja, y en especial en Callosa de Segura, sus
momentos más álgidos debido a las coyunturas provocadas por las dos guerras
mundiales: la Primera (de 1914 a 1918) fue seguida por una grave crisis posterior, y la
Segunda (de 1939 a 1945), en que los países en conflicto dejaron de producir y de
competir con nuestro país, que al mantener posiciones neutrales, se benefició al
aumentar la demanda, la producción y la exportación. Además, debido a la guerra civil
(1936-1939) se vivió un período de autarquía y necesidad de autoabastecimiento,
obligatorio en España, que hizo vivir a Callosa de Segura, y a la comarca, una época de
oro en cuanto al cultivo del cáñamo.
En 1953 la Vega Baja producía el 60 % de la producción nacional. Así, el callosino
Antonio Gilabert Pastor pone en funcionamiento las primeras máquinas que rentabilizarían
la producción: agramadoras mecánicas, sacudidoras mecánicas, el embalsado químico,
etc., pero sobre 1960 aparecen las fibras sintéticas, más económicas, más rentables y en
otros circuitos de producción que hicieron desaparecer de la noche a la mañana,
vertiginosamente, la producción y la industria del cáñamo. No será hasta los años 70
cuando los pequeños patronos y algún obrero autónomo del cáñamo emprenden nuevas
acciones para adaptarse a los nuevos tiempos y consumo para mantener la tradición.
Pese a la fluctuación en su producción cabe destacar que todos los trabajos sobre
esta fibra natural dorada han permanecido invariables durante siglos, aunque, como
patrimonio vivo, la Cultura del Cáñamo es una manifestación evolutiva, reflejo de la
evolución del utillaje y la división del trabajo vinculada al proceso de producción y
transformación de la fibra textil.
Los conocimientos transmitidos de generación en generación, constituye una riquísima
muestra etnológica, así como todo el conjunto que la componen, siendo pues la mayor
expresión viva heredada de los antepasados, en cuanto a las técnicas y saberes
vinculados a la artesanía tradicional propia de la Vega del Río Segura, y especialmente de
Callosa de Segura.
cve: BOE-A-2024-16390
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 190