I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA, JUSTICIA Y RELACIONES CON LAS CORTES. Terrorismo. (BOE-A-2024-9149)
Orden PJC/406/2024, de 7 de mayo, por la que se publica la Estrategia Nacional contra el Terrorismo 2023, aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 8 de mayo de 2024

Sec. I. Pág. 51513

Esta crisis multidimensional del Sahel afecta indefectiblemente a la estabilidad en la
zona y, de manera directa, a los intereses nacionales de España, especialmente en lo
que se refiere a la amenaza terrorista y al aumento de los flujos migratorios irregulares
que pueden ser aprovechados por elementos terroristas para dar cobertura a sus
desplazamientos. Por ello, España considera que los esfuerzos en la lucha antiterrorista
en esta región deben centrarse en misiones de adiestramiento enfocadas a capacitar a
las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad locales para la contención del terrorismo,
así como en la mejora de los sistemas de control migratorio.
La lucha contra el terrorismo en el Magreb constituye una prioridad para España,
afectando a nuestra seguridad e intereses en dicha región de manera directa,
constituyendo, por tanto, uno de los grandes desafíos en esta materia. Los vínculos
existentes entre el crimen organizado y el terrorismo están provocando que el fenómeno
yihadista se esté desarrollando y expandiendo, proporcionando a las filiales africanas de
DAESH y Al Qaeda diversos recursos logísticos, así como armamento o formación.
Así, la situación de seguridad en el Magreb continúa siendo uno de los factores que
más incide en el nivel de amenaza terrorista en España y sobre nuestros intereses en
dicha región. Además, existen varios elementos que mantienen esta amenaza, entre los
que se encuentran los estrechos vínculos entre yihadistas magrebíes con residentes en
nuestro país, así como el elevado porcentaje de CTE y terroristas detenidos en España
con esta procedencia.
Por otro lado, las conexiones puntuales detectadas entre yihadistas y redes de tráfico
de personas, sobre todo en el Mediterráneo central, incrementan el riesgo de entrada en
territorio europeo de retornados y de otros terroristas, así como de individuos altamente
radicalizados.
La colaboración y la cooperación europea e internacional en materia de seguridad en
la zona se conforma como la herramienta fundamental para contrarrestar y frenar el
aumento de esta amenaza.
Es preciso mencionar la compleja situación en Afganistán, donde, tras la salida de las
tropas estadounidenses, el movimiento talibán retomó el poder en agosto de 2021. En este
contexto, la situación de seguridad en Afganistán es cada vez más frágil. La filial del DAESH
en Afganistán, el Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP) continúa intensificando su
actividad, habiéndose consolidado como la principal amenaza contra el autonombrado
Emirato Islámico de Afganistán (EIA). En este sentido, el ISKP considera a Afganistán como
un potencial escenario para desarrollar su operatividad y expandir su ideología hacia los
países del entorno o incluso a países occidentales. En este marco, el ISKP está
aumentando su capacidad para ejecutar acciones de alto impacto en la región e impulsando
su propaganda política y religiosa, sistema que reafirma su presencia en la zona.
En el ámbito de seguridad, la amenaza del terrorismo en Asia requiere una estrategia
integral que combine la lucha contra el terrorismo y la insurgencia, con el fortalecimiento
de las fuerzas de seguridad locales y la creación de una sociedad más pacífica y segura.
Estrategia que debe incluir la cooperación y colaboración internacional para lograr una
paz y estabilidad duraderas.
Un potencial vector catalizador del terrorismo es la guerra por la invasión rusa de Ucrania.
La situación en Ucrania ha supuesto un incremento en la circulación de armas y explosivos,
así como la participación en la guerra de combatientes voluntarios de otras nacionalidades.
Estas circunstancias pueden ser aprovechadas por el terrorismo global, por organizaciones
terroristas, grupos afines o individuos simpatizantes para socavar la seguridad pública, y en el
que también actores estatales podrían llevar a cabo acciones terroristas.
El nuevo foco de inestabilidad mundial que supone la guerra entre Israel y Hamás,
más allá del plano de seguridad, está teniendo consecuencias sociales, políticas,
económicas y migratorias cuyo alcance es difícil de prever. Existiendo un riesgo real y
directo de afectación sobre la amenaza terrorista, el extremismo violento y el surgimiento
de nuevos movimientos que promuevan una ideología radical y violenta.
Por último, el terrorismo autóctono, tras su derrota por el Estado democrático y de
derecho, no representa una amenaza relevante en la actualidad. No obstante, debe

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Núm. 112