I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA, JUSTICIA Y RELACIONES CON LAS CORTES. Terrorismo. (BOE-A-2024-9149)
Orden PJC/406/2024, de 7 de mayo, por la que se publica la Estrategia Nacional contra el Terrorismo 2023, aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 8 de mayo de 2024

Sec. I. Pág. 51509

frente a los procesos de radicalización que conducen al extremismo violento. Para ello,
se precisa la colaboración de la sociedad, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FCS)
y de los Servicios de Inteligencia, así como de las Fuerzas Armadas en misiones
internacionales contra el terrorismo.
Retos actuales del terrorismo y el extremismo violento
El terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, es una de las mayores
amenazas para España y sus ciudadanos, dado su carácter asimétrico y transnacional.
El terrorismo actual ha ido evolucionando hacia estructuras más descentralizadas y
fragmentadas, con grupos más reducidos y con estructuras menos jerarquizadas que
operan en múltiples países.
Los Combatientes Terroristas Extranjeros (CTE) representan un riesgo cada vez
mayor para la seguridad nacional y la estabilidad internacional, ante el posible retorno a
sus países de origen o residencia. Esta problemática también es compartida por toda la
UE, teniendo en cuenta los peligros asociados al entrenamiento y adoctrinamiento que
habrían recibido, a la posibilidad de que lleven a cabo ataques en nuestro país, a su
potencial como captadores de nuevos terroristas, así como a sus posibles vínculos con
organizaciones terroristas.
La radicalización en las prisiones es una preocupación cada vez mayor en todo el
mundo. Los centros penitenciarios pueden ser, en ocasiones, un terreno fértil para la
radicalización de individuos con experiencias similares, especialmente vulnerables a los
extremismos violentos y a la radicalización que conduce al terrorismo.
La propaganda terrorista y extremista está en constante evolución, adaptándose a
las nuevas tecnologías y metodologías con el objetivo de acceder a un público más
amplio, joven y vulnerable, y así obtener un mayor impacto en la radicalización de
individuos. Con este fin emplean plataformas de mensajería encriptada, técnicas de
inteligencia artificial y redes sociales.
Las redes sociales y la continua aparición de plataformas se han constituido como
medios cada vez más efectivos para que los grupos terroristas y extremistas violentos
recluten y radicalicen a nuevos miembros.
Los ataques de actores solitarios llevados a cabo por individuos aislados o en grupos
reducidos son particularmente complejos de detectar o desactivar.
La lucha contra el terrorismo y el extremismo violento también se extiende al ámbito
económico. Los grupos extremistas exploran permanentemente diferentes fuentes para
financiar sus actividades, incluyendo entre otras la recaudación de fondos en línea, los
activos virtuales, las nuevas plataformas financieras, así como el tráfico de drogas,
armas y secuestros.
Los grupos terroristas y extremistas violentos están adoptando nuevas técnicas y
metodologías de ataque difíciles de prevenir. Los vínculos con la criminalidad organizada, el
uso de drones o la ciberdelincuencia requieren de estrategias actualizadas y
permanentemente adaptadas para combatirlas.
El uso inadecuado de los distintos avances tecnológicos, como la inteligencia
artificial, la criptografía cuántica y la realidad virtual, entre otros, constituyen retos
actuales y futuros a los que hay que dar respuesta.
En conclusión, la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento se enfrenta a un
desafío multifacético, siendo necesario abordar los diferentes factores que fomentan la
radicalización y la violencia, a través de una respuesta coordinada y eficaz por parte de
la comunidad internacional para prevenir y combatir estos fenómenos.

cve: BOE-A-2024-9149
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Núm. 112