III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-8703)
Decreto 30/2024, de 5 de marzo, del Consell, para complementar la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de bien inmaterial, de la Romeria de les Canyes de Castelló, con la que se incorpora la procesión de las gaiatas y su simbolismo como seña identitaria de la ciudad de Castelló de la Plana.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 30 de abril de 2024

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llevan se exponen el resto del año en el Museo Etnológico Municipal, situado en la ermita
de San Jaime de Fadrell.
Después de este momento, se incorporan a la romería las gaiatas con las damas, las
madrinas, las reinas de las fiestas y los miembros de la Junta de Fiestas. De modo que,
una vez dentro de la concatedral, se forman dos filas en el pasillo central del templo, las
autoridades ocupan el primer lugar, mientras que el alcalde y el obispo de la diócesis se
sitúan a ambos lados del portador de la cruz. Cierra esta comitiva la banda municipal de
música con el Rotllo i canya.
Durante la misa se cantan los cánticos llamados Exsurge Domine, antiguo canto
gregoriano, común en las romerías para implorar protección a lo largo del camino. Una
vez acabado el cántico, empiezan las letanías de los santos y, cuando finalizan, el
presidente de la Romería se levanta y, cogiendo el relicario, inicia la Romería con la frase
Procedamus in pace. En este momento los cantores invocan el O vere Deus, antiguo
canto gregoriano que es interpretado muchas veces, a través del cual se pide salud, paz
y gracia.
Llega el momento de abandonar el templo y organizarse en procesión, de modo que
la romería se inicia con la Policía Municipal, seguida por la colla de dulzaineros y
tamborileros, guardas rurales y maceros, y detrás de ellos se sitúan los cantores, el
clero, el presidente de la Romería y, finalmente, el sacristán de Santa María con el niño
vestido de dominico.
La romería sale desde la plaza Mayor por la puerta principal y se dirige hacia la calle
Mayor. En el momento en que la reliquia sale del templo, empiezan a sonar las
campanas y se inicia una traca que acaba arriba del Fadrí después de dar la vuelta a
toda la plaza. Los romeros se desplazan por la calle Mayor hasta la plaza de María
Agustina. A lo largo de este recorrido las campanas no dejan de voltear, además de
sonar tracas en todas las calles que desembocan a lo largo de la calle Mayor. En el
momento que se llega a esta plaza, el Toll, donde antiguamente estaban las puertas de
la muralla, los guardas de campo disparan salvas que continuarán a lo largo de la
avenida de los Capuchinos, para indicar que ya no pueden protegernos, puesto que
después de las murallas la responsabilidad de la romería va a cargo de los romeros.
Cuando se llega al convento de los carmelitas, se inicia una traca al mismo tiempo que
los maceros se retiran y la romería se encamina hacia el Primer Molino o molino de Paco
el Barón, en el camino de los Molinos. En este molino el sacristán se quita la capa pluvial
y se continúa por el camino de los Molinos hasta llegar al Caminàs, que nos lleva a la
ermita de San Roque de Canet, donde se retoman las letanías a los santos y empiezan a
sonar las tracas con los tiros de la guarda rural. Los cantores entonan después el O vere
Deus, bajo la invocación de san Roque, y una vez en el interior se entonan los cánticos
Omnes Sancti, Sanctae Dei, intercedite pro nobis. Y, después de que el obispo rece las
plegarias, la reliquia se sitúa en el altar.
Mientras tanto, los romeros almuerzan en San Roque, a la vez que se voltea la
campana. De este almuerzo nace la famosa expresión «figa i doset», que consiste en un
buñuelo de higo con un trago de vino u otro licor. Será a las 11.00 horas cuando los
romeros, habiendo descansado y comido, continúen su camino hacia la ermita de la
Magdalena.
Cuando la romería llega al cruce de la carretera nacional y el Caminàs, se continúa
hasta la ermita de la Magdalena bordeando el camino del Seminario Mater Dei. Desde el
puente de la autopista, se empiezan a cantar nuevamente las letanías de los santos, a la
vez que el sacristán se coloca la capa morada, cantando la O vere Deus, y continúan así
hasta llegar a la puerta de la ermita. Los guardas rurales disparan salvas y la traca
empieza en el momento que la reliquia entra al templo, a la vez que empieza una
mascletada a los pies de la colina.
Dentro de la ermita se celebra una misa en valenciano después de colocar la reliquia
en un lugar visible, la misa de la Magdalena, cantada por la colla de cantores y que
finaliza con los gozos en loor de la santa. Después de la celebración eucarística, se
come por los alrededores del templo, en la falda del pequeño montículo de la

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Núm. 105