III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-8703)
Decreto 30/2024, de 5 de marzo, del Consell, para complementar la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de bien inmaterial, de la Romeria de les Canyes de Castelló, con la que se incorpora la procesión de las gaiatas y su simbolismo como seña identitaria de la ciudad de Castelló de la Plana.
24 páginas totales
Página
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 30 de abril de 2024

Sec. III. Pág. 49621

los proyectos y de prestigio hacia el monumento, encarga el diseño de la primera gaiata
de la ciudad al laureado escultor Tomás Colón. Esta desfiló por primera vez en la
Magdalena de 1947 y causó gran admiración. Su farol central, de base cuadrada,
conformado por coloristas cristaleras con el detalle central del escudo de la ciudad;
ensartado en un espectacular juego de artísticos brazos, de talla, que soportaban
espectaculares picas con vasos de color, sorprendió al numeroso público que acudió a
contemplar su desfile.
El incremento del número de monumentos doce de los sectores más la Gaiata de la
Ciudad así como su mayor porte, supuso, en 1948, que el desfile de las gaiatas se
independizara del festejo penitencial, con lo que se conformó una comitiva
independiente, aunque no desligada. 1949 es un año en el que las gaiatas
monumentales hacen un salto cualitativo espectacular en cuanto a sistemas
luminotécnicos se refiere: un nuevo sistema de alimentación eléctrica permitirá
suministrarles energía, de manera continua, durante el desfile, dejando atrás las
molestas, pesadas y limitadas baterías. En este mismo año encontramos una referencia
al primer espectáculo de Magdalena Vítol, en el que se intentan conjuntar todas las
gaiatas monumentales de los sectores en la plaza Mayor, con el fin de dar un cierre
espectacular a esta edición festiva. No se obtuvo la respuesta esperada, pero seguro
que es un referente para el espectáculo del encendido de las gaiatas que apareció varias
décadas más tarde.
Poco a poco, la gaiata impregna todos y cada uno de los actos importantes de
nuestras fiestas fundacionales hasta el punto de convertirse en el elemento principal de
la escenografía de la imposición de bandas a la reina, en 1950; donde la gaiata de la
Ciudad de Colón presidía el escenario del Principal, iluminando, a sus pies, a la
recientemente coronada reina de las fiestas. El junio de 1951, la Junta Central de
Festejos de la Magdalena publicaba las bases para la construcción de la Gaiata de la
Ciudad que desfilaría en la Magdalena de 1952, edición en la que se conmemoraba el
VII centenario de la fundación de la ciudad. En la lectura de estas bases, en la que se da
el máximo protagonismo a la luz, encontramos una referencia a un elemento del que, no
porque no esté presente hasta hoy en las infinitas gaiatas, tanto individuales como
monumentales construidas hasta la fecha, no se tenía constancia escrita de su simbiosis
con el símbolo de la gaiata: «El tema a desarrollar será de libre elección del artista,
siendo únicamente imprescindible que la Gayata termine a modo de báculo y que en
alguna parte principal de la misma figure el escudo de la Ciudad». Pues sí, ya tenemos
definida la trinidad que definirá, perfectamente, nuestro símbolo diferenciador: gayato,
escudo de la ciudad y luz, todos ellos unidos bajo el axioma «no se quemarán».
Conceptualmente, esto es la gaiata, esto es el elemento que diferencia a nuestra ciudad
del resto de tradiciones vecinas. Y es única.
1958 será el año en que la nueva Gaiata de la Ciudad, obra de nuevo de Vicente
Bernat, iluminará la plaza Mayor, enfrente del Ayuntamiento. En 1962, la importancia que
había tenido, tenía y debía continuar teniendo la luz de las gaiatas en el venidero de la
fiesta hizo que se acuñara una nueva leyenda que quedaría encuadrada dentro del cartel
anunciador: «Fiestas de la Luz».
La gaiata como símbolo exclusivo de nuestra fiesta empieza a estar patente y
demuestra la fuerza que puede aportar a la visibilidad de la ciudad. Que sirvan estos
párrafos publicados en el diario Mediterráneo del 1 de marzo de 1962 como muestra de
lo que se ha dicho: «Las gayatas monumentales, aún con todos sus defectos y con todos
los errores que en su realización práctica puedan haberse acumulado, no se puede
negar que ha contribuido a movilizar a la población entera en el esfuerzo festivo. Y, por
otra parte, a dar a Castellón en toda su densidad urbana, un aspecto de ciudad
enteramente en fiestas y además en una fiesta específica de la luz. Lo que se ha
conseguido a lo largo de los años, no es poco. La Gayata, de un lado, se identifica con
un sector de la ciudad y aparece en la calle para dar luz de tradición a la vez que brillo y
esplendor a Castellón durante los días de fiestas. De otro lado, se incorpora el desfile del

cve: BOE-A-2024-8703
Verificable en https://www.boe.es

Núm. 105