I. Disposiciones generales. COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO. Transición energética. Cambio climático. (BOE-A-2024-4783)
Ley 1/2024, de 8 de febrero, de Transición Energética y Cambio Climático.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 12 de marzo de 2024

Sec. I. Pág. 28887

En el periodo 1990-2022 la estructura de la demanda energética vasca se ha
modificado sustancialmente, incrementándose la participación del gas natural y las
energías renovables en la matriz energética, en detrimento de los derivados del petróleo,
y la práctica desaparición del carbón. Respecto al consumo energético final sectorial, la
reducción del sector industrial queda reflejada en una disminución de su participación en
el consumo total del 62 % al 35 %, entre otros factores debido a avances en eficiencia
energética, mientras que el aumento del consumo del sector transporte hizo que este
pasara del 22 % al 44 %, mientras en las edificaciones se incrementó del 14 % al 20 %
impulsado, sobre todo, por el aumento en el sector servicios. Con estos datos, es
prioritario actuar sobre el sector del transporte, dado que en la actualidad es el mayor
consumidor de energía en Euskadi y el mayor emisor de GEI, con el objetivo de reducir
consumos e ir dejando atrás los combustibles fósiles, tanto en el transporte de personas
como de mercancías.
En Euskadi, la política energética viene integrando la variable ambiental, desde 1990,
en el diseño y desarrollo de sus sucesivas estrategias energéticas, estableciendo
objetivos de reducción, tanto de emisiones de gases de efecto invernadero como de
contaminantes atmosféricos. Entre los objetivos asociados a la estrategia energética
vigente en Euskadi para el periodo 2016-2030, destacan reducir la demanda energética
en un 17 % en 2030 con respecto al escenario tendencial, mejorar la intensidad
energética en un 33 %, pasar de un 13 % al 21 % en el uso de energía renovable en el
consumo final, reducir un 18 % el consumo de derivados del petróleo respecto a 2015 y
contribuir a la mitigación de 3 Mt de emisiones de CO2 de origen energético.
La transición energética supondrá una transformación profunda del sector energético.
El objetivo final es lograr una matriz energética diversificada, renovable y
descarbonizada que dé lugar a un suministro de energía seguro a un coste asequible.
Para ello se requiere reducir consumos a través de medidas de ahorro y eficiencia
energética e implementar energías renovables y se requiere una importante
transformación de los sectores primario, de la edificación, industrial y del transporte.
Realizar la transición energética con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática
concierne a todos los agentes institucionales, sociales y económicos. En definitiva,
corresponsabiliza a toda la sociedad. Se tenderá a un sistema energético basado en el
aprovechamiento de recursos energéticos distribuidos, en el que las fuentes de energía
renovable de carácter intermitente se deberán complementar con suficiente
almacenamiento de energía, con el desarrollo de redes energéticas inteligentes y con un
papel activo en la gestión de la demanda, fomentando un papel activo de toda la
sociedad en la transición, tanto desde el punto de vista de la reducción de los consumos
como en la generación. De esta manera, resulta prioritario generalizar el autoconsumo,
tanto individual como colectivo, tanto de particulares como de empresas, así como
propagar las comunidades energéticas.
La descarbonización va a requerir un mayor porcentaje de consumo final de
electricidad y una mayor interconexión e integración de las redes energéticas. Será
necesario combinar las políticas energéticas consolidadas, como la eficiencia energética
y las energías renovables, con otras que permitan ir incorporando avances tecnológicos
en el modelo energético y facilitando la adaptación de las personas y empresas
consumidoras en todos los sectores.
Es imprescindible ser proactivos en el desarrollo de nuevas soluciones energéticas,
tanto en el desarrollo de nuevas fuentes como de vectores energéticos, para avanzar en
la descarbonización, así como convertir a las administraciones públicas vascas en
referentes de la transición energética respecto a los distintos sectores de actividad y ante
la propia ciudadanía. También resulta prioritario posicionar a la industria vasca como
referente tecnológico en materia energética a nivel internacional, facilitando e
impulsando las actividades de innovación en toda su cadena de valor y poniendo en
valor el sistema vasco de ciencia y tecnología. Asimismo, las estrategias de economía
circular, incorporando el análisis de ciclo de vida, serán fundamentales para la
consecución del objetivo de descarbonización.

cve: BOE-A-2024-4783
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Núm. 63