I. Disposiciones generales. COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO. Transición energética. Cambio climático. (BOE-A-2024-4783)
Ley 1/2024, de 8 de febrero, de Transición Energética y Cambio Climático.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 12 de marzo de 2024

Sec. I. Pág. 28886

de emisiones, garantía de suministros y competitividad. A medio plazo, la Estrategia
Energética de Euskadi 2030 (3E2030), actualmente vigente, establece las actuaciones a
desarrollar hasta el año 2030 para controlar la demanda energética, mejorar la
competitividad, incrementar el nivel de aprovechamiento de los recursos autóctonos
renovables y reducir el consumo de los combustibles fósiles. Esta planificación se
vincula, entre otros objetivos, a la descarbonización de la economía y al desarrollo
tecnológico y al posicionamiento de la industria vasca en el mercado internacional.
La última actualización del marco estratégico sobre el cambio climático se concretó
con la aprobación, en 2015, de la Estrategia Vasca de Cambio Climático-Klima 2050, que
integra el doble objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en
un 40 % de reducción para 2030 y un 80 % para 2050, respecto a 2005, y adaptarse a
los efectos del cambio climático. El contexto de emergencia climática en el que nos
encontramos hace que estos objetivos deban ser revisados al alza.
En julio de 2019, Euskadi se unió a instituciones políticas, sociales y académicas de
todo el mundo con la declaración formal de emergencia climática, con el objetivo de
acelerar las políticas públicas para lograr un territorio y una sociedad neutros en carbono
y más resilientes. Adicionalmente, el Parlamento Vasco y las juntas generales de los
territorios históricos también se han comprometido a promover, impulsar y acordar las
iniciativas necesarias a fin de actuar con ambición y urgencia frente a la emergencia
climática.
Euskadi se sumó al Pacto Verde Europeo, de fecha 11 de diciembre de 2019,
mediante el Basque Green Deal (BGD), con el objetivo de lograr un futuro más
sostenible, dando salida a la crisis sin dejar a nadie atrás. El Basque Green Deal recoge
objetivos de reducción de emisiones y de generación de energía renovable, pero no se
limita a esos ámbitos, ya que nace como modelo económico, con la industria y la
tecnología como principales palancas, por lo que ciencia, tecnología, economía circular,
industria, transición energética o la propia cadena de la alimentación se alinean con un
mismo objetivo: el desarrollo justo y sostenible.
El 26 de octubre de 2021 el Gobierno Vasco aprobó el Plan de Transición Energética
y Cambio Climático 2021-2024, que busca reducir en un 30 % la emisión de gases de
efecto invernadero respecto a 2005, lograr que la cuota de energías renovables
represente el 20 % del consumo final de energía y asegurar la resiliencia del territorio
vasco al cambio climático.
Euskadi tiene un largo recorrido en políticas energéticas y de cambio climático.
Debido al fuerte carácter industrial de la economía vasca, la política industrial se erige
como una herramienta capital en la transición, con el objetivo de que la industria vasca
sea innovadora y motor de cambio. Es por ello que, con el apoyo de los clústeres
industriales y las principales empresas energéticas, la Administración ha lanzado el
Basque Net Zero Industrial Super Cluster, buscando acelerar la descarbonización de la
industria y la eficiencia energética, favoreciendo a su vez aprovechar oportunidades de
mercado basadas en desarrollo tecnológico y la innovación. Euskadi también se ha unido
al programa que está desarrollando el World Economic Forum (WEF) con el objeto de
impulsar la transición industrial hacia emisiones netas cero en 2050.
V
En la actualidad, Euskadi presenta una alta dependencia energética exterior, en torno
al 90 % del consumo total energético. Los derivados de petróleo son la fuente energética
más utilizada, seguida del gas natural, y el porcentaje de combustibles fósiles en el
consumo final energético constituyó, en 2022, un 83,9 %.
Si observamos la estructura del consumo energético final en 2022, la mayor
demanda de energía provino del sector del transporte, con un 44,6 % del consumo,
seguido de la industria, con un 35,3 % del consumo. El sector residencial consumió
el 11,4 % de la energía, mientras que el sector servicios utilizó el 8,1 % de la energía
consumida. El sector primario, por su parte, solamente consumió el 0,6 % del total.

cve: BOE-A-2024-4783
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Núm. 63