III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-4858)
Decreto 14/2024, de 20 de febrero, por el que se declara bien de interés cultural el "Conjunto de Hornos de Magacela" en el término municipal de Magacela (Badajoz), con la categoría de lugar de interés etnológico.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 63

Martes 12 de marzo de 2024

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fachadas de diversos inmuebles. Concretamente en la Baja Extremadura, ambos
proporcionan un sello característico al paisaje urbano.
Localización:
El conjunto incluye un total de 21 hornos, de los cuales una parte se dedicaba a la
cocción de tejas y otros a la obtención de cal.
Los 3 hornos que estuvieron dedicados a la producción de cerámica se sitúan cerca
del dolmen y la laguna de «Los Santos»; los restantes de cal están más dispersos, con
excepción de los quince que se hallan en el paraje de «Las Caleras», en dirección a
Campanario. Concretando más, en el sector sureste de la localidad y tras dejar el casco
urbano en el Barrio de Abajo tomamos el camino de Campanario hasta llegar al paraje
Las Caleras, se hallan 17 ejemplares. Situándonos de nuevo en el Barrio de Abajo, al
suroeste, se sigue el camino de Quintana de La Serena hasta hallar a otros 3
ejemplares, dos emplazados en el margen izquierdo y 1 en el derecho. El último, que
completa los 21 inmuebles del conjunto, se alza al oeste del caso urbano, y al mismo se
accede a través del camino hacia La Haba.

Dos de los hornos tejeros conservan parte del paramento de las calderas. El paso del
tiempo no ha sido impedimento para que los 21 ejemplares muestran un aceptable
estado de conservación.
Las características de los hornos, tanto tejeros como caleros, demuestran la pericia
de los alarifes, antiguos constructores, que sabían sacar partido tanto de las limitaciones
del entorno como de sus ventajas diferenciales a la hora de utilizar los materiales locales
y aplicar en el levantamiento de los inmuebles aquellas técnicas constructivas más
acordes con la disponibilidad de recursos. Es decir, estos inmuebles son un ejemplo del
constreñimiento ecológico de la arquitectura vernácula, la cual no fuerza los límites
ambientales del entorno, transformado en paisajes y agroecosistemas, pero a la vez
dotando a estos de la personalidad antrópica, pues cultura y naturaleza son
responsables de la configuración paisajística, una mirada cultural que organiza nuestra
relación con el entorno, como diría Martínez de Pisón.
Otra de las características de los hornos es su condición de construcciones
funcionales, en las cuales no hay lugar para el retoque superfluo y el ornato.
En los últimos años de vigencia, el conjunto se reforzó con materiales industriales
como el hormigón y el hierro, una cuestión que también nos deja entrever otra de las
características de nuestros inmuebles tradicionales: el dinamismo en el que se integran,
acorde con las posibilidades que se ofrezcan a los constructores y usuarios para mejorar
la habitabilidad, en el caso de la vivienda, y la conservación.
Es interesante comprobar, ahondando en los detalles constructivos que, a pesar de
los matices diferenciales, los hornos siguen un modelo básico, condicionado por los
criterios de funcionalidad a los que hacíamos referencia. Los hornos constan de una
caldera cilíndrica que actúa de cámara de combustión, en la que aparece una entrada
reforzada o protegida por un portal en la parte frontal con una especie de contrafuertes o
estribos a los lados. Estos contrafuertes son imprescindibles para que el conjunto pueda
contrarrestar la fuerza ejercitada por el túmulo de tierra que entierra el vaso de la caldera
en la parte posterior. El túmulo de tierra tiene varias funciones, entre las cuales están la
de conservar el calor para garantizar el trabajo de la caldera, así como aislar y proteger.
En el interior de la cámara de combustión, concretamente en la parte inferior, se
construye un saliente desde el que comenzaba la primera hilada de la bóveda,
construida en piedra caliza, la más abundante del entorno, razón por la cual el
emplazamiento de los hornos radica en este lugar.
La caldera debe construirse de un material especialmente resistente al calor, por ello
se utilizará el granito, el cual abunda en la comarca donde se ubica la localidad. Los
llamados «calerines» se presentan forrados de ladrillo refractario, acorde con los

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