III. Otras disposiciones. ADMINISTRACIÓN LOCAL. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-4139)
Resolución de 15 de febrero de 2024, del Consejo Insular de Mallorca (Illes Balears), referente a la declaración como bien de interés cultural, con categoría de lugar de interés etnológico, del conjunto de los muelles de la Aduana y el conjunto de varaderos de Portocolom, en el término municipal de Felanitx.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 55

Sábado 2 de marzo de 2024

Sec. III. Pág. 25407

las piezas del muelle y las más significativas del adoquinado, se está ejecutando la
reposición de las mismas con la técnica original.
5.2

Estado de conservación tipológico.

El estado de conservación tipológico tanto de las barracas como del conjunto del
muelle de la Aduana es muy bueno, y ha sido objeto de pocas transformaciones
irreversibles.
Aunque el puerto ha perdido su uso como puerto comercial, mantiene su uso como
puerto de pescadores y embarcaciones recreativas. Asimismo, en los muelles todavía se
conservan algunos de sus usos originales, como las labores de reparación y secado de
redes y el amarre de barcas de pesca.
La excelente técnica constructiva que se empleó para la construcción del muelle de
piedra, utilizando la técnica de piedra encajada y que dio como resultado un conjunto
constructivo sólido y estable ha posibilitado el buen estado de conservación del mismo a
lo largo de los años, por lo que no ha precisado obras de reparación importantes que
hayan introducido modificaciones sustanciales o irreversibles, que hayan podido dañar o
desvirtuar la fisonomía original del puerto y por tanto también, modificar su uso.
Cabe decir también, que la mayoría de edificaciones que servían en el puerto, como
la aduana o almacenes que servían para guardar la mercancía aún conservan sus
características tipológicas, aunque tengan nuevos usos, algo positivo para la imagen
general del conjunto.
En las barracas, aquellas que se encuentran en buen estado de conservación
todavía son susceptibles de mantener su uso original, lo que se da en la mayoría de los
casos. Muchas de las barracas han sufrido transformaciones a lo largo de los años;
aunque, afortunadamente, estos cambios no han alterado su estructura de forma
irreversible y, por tanto, la tipología original se ha conservado. La mayor parte de las
intervenciones han sido sustituciones de elementos en mal estado, como puertas o
barandillas, o restituciones de elementos en mal estado por otros materiales diferentes a
los originales (uso de hormigón en las reparaciones de los muelles, uso de elementos
metálicos…) que, a pesar de alterar la fisonomía original, no imposibilitan el uso
tipológico. Asimismo, se han llevado a cabo otras intervenciones como eliminación de
elementos originales interiores como los chigres, o maderas de las rampas, o
modificaciones de los portales de acceso. A pesar de estas intervenciones puntuales, y
el mal estado de conservación general consecuencia del paso del tiempo y la falta de
tareas de mantenimiento, podemos decir que el estado de conservación tipológico es
bueno, y que con una cuidada intervención es bien posible su recuperación.
Estado de conservación del entorno.

En cuanto al estado de conservación del entorno, el muelle y las barracas se insertan
en un entorno bastante transformado, sobre todo a nivel urbano, ya que desde el inicio
de la construcción del muelle de la Aduana la actualidad, Portocolom ha sufrido un gran
crecimiento urbano, causado sobre todo por el boom turístico.
Sin embargo, la urbanización se ha producido más allá de la zona delimitada como
entorno, que corresponde aproximadamente al paseo y la fachada marítima que delimita
este, por lo que, a pesar de la transformación del casco urbano, la zona de muelle y las
barracas han mantenido su cariz portuario y usos originales, sin sufrir transformaciones
irreversibles, ni a nivel físico ni a nivel tipológico.
La actividad en el puerto ha experimentado una evolución a lo largo de su historia,
pasando de ser un puerto comercial con una gran actividad de pesca profesional, a
convertirse en un puerto náutico recreativo, donde las actividades relacionadas con el
turismo y ocio se han convertido en los motores de la economía. Este hecho es el que
más ha influido en la transformación del entorno del muelle y las barracas con la
aparición de terrazas y sobre todo con una gran afluencia de visitantes.

cve: BOE-A-2024-4139
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5.3