III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-2764)
Resolución de 22 de noviembre de 2023, de la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte, por la que se incoa expediente para complementar la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de bien inmaterial, de la «Romeria de les Canyes de Castelló», con la que se incorpora la Procesión de las Gaiatas y su simbolismo como seña identitaria de la ciudad de Castelló de la Plana.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 13 de febrero de 2024

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recogían niñas –casi parvulillas– vestidas de blanco, con huecas y rizadas faldillas que
revuelan al exagerar sus contorneos mientras andan, por lo que vulgarmente se las
denomina chiquetes del meneo».
En 1913, el Ayuntamiento encarga al pintor Vicente Castell Doménech la realización
de una gaiata monumental que lo represente en la procesión de la vuelta (tornada), y
que sea transportable. Este mismo año también construyó una gaiata para el Regimiento
Tetuán. Ambas desfilaron en 1914. La prensa de la época recogía la efeméride indicando
que las gaiatas viejas precedieron a las nuevas: dos del Ayuntamiento, una del Círculo
Mercantil y las dos nuevas de Castell. Estas nuevas gaiatas rompen con la estética
conocida hasta la fecha. Nada que ver con las estructuras piramidales o en forma de
farol, montadas sobre un plantón. En Cuadros de costumbres castellonenchs (en serio y
en broma), escrito por Enrich Ribés, en 1916, encontramos una descripción de la «nueva
gaiata», llena de ironía, pero que nos ilustra sobre el tipo de gaiatas que desfilaban:
«Unes Gayates les porten verticalment, en una barra de fusta que servís de sopórt; y les
atres van sobre dos o cuatre barres horiçontáls, que –a’stíl de peanya–, les porten
apoyades als múscles, dos, cuatrem huit o dotce hòmes, segóns la grandaria y pés
d’aquélles. Hasta fá pócs anys, estos artefactes, donaben llástima y risa, perque a lo
miserable de la factura o má d’òbra, ’s tená que anyadir la falta de tòt sentiment artistíc.
Pero en l’actualitát, que unes s’han renovat y àtres s’han fet nòves completament, ya
dona gust el mirarles, principalment les del Ajuntamént, Eixércit, Circul Mercantil, Cámara
Agrícola, y sobre tòtes la monumental del Gremi de Sant isidro, que vá expléndidament
illuminá prer flúit eléctric, produít per les piles o bateries que están colocaes en el fóns de
la gayata y que alimentes infinitats de perilles blanques, de cristál esmerilát y filaments
metálics» (ilustrando este artículo encontramos sendos magníficos dibujos de lo que se
indicaba). No solo se trata de un cambio de estética y estilismo importante, sino que
además encontramos el primer cambio evolutivo respecto a la iluminación de estas.
En 1929 se designaron doce alcaldes de barrio buscando dar mayor brillantez a la
Fiesta de la Magdalena del próximo año, a lo que contribuyó cada barrio con una gaiata.
Una idea que no cuajó del todo, aunque estableció un precedente en lo que más tarde
conformaría los sectores gaiateros.
Después del paréntesis causado por la contienda bélica, en 1940, el alcalde Vicente
Traver realiza gestiones con gremios, instituciones y corporaciones para que se
repongan o se construyan nuevas gaiatas. El diario Mediterráneo publicaba las gaiatas
para la procesión de aquel año; son las que denominamos gaiatas gremiales y que
continuaron participando en la procesión unas cuantas décadas más.
En 1944, se determinó establecer las fiestas de la Magdalena como las mayores de
la ciudad y, a tal efecto, se creó la Junta Central de Festejos. Retomando la idea de 1929
de dividir la ciudad en doce sectores gaiateros, se pretendía dinamizar el símbolo de la
gaiata construyendo una cada uno de estos con la aportación económica del vecindario.
La gaiata tendría que ser el elemento festivo emblemático en cada sector, acuñando la
idea de gaiatas monumentales a diferencia de las anteriores individuales. Se sientan las
primeras bases de lo que tiene que ser la gaiata monumental. Así, el diario Mediterráneo
de 12 de diciembre de aquel año, publicaba las Normas generales para proyectar y
ejecutar las gaiatas en los sectores de la ciudad y celebrar sus fiestas particulares. Cinco
normas que transcribimos a continuación por ser el pilar básico del inicio de la idea de
gaiatas monumental:
«1.ª Las gayatas serán armazones de líneas de luces, que tendrán la figura que les
dé la fantasía del artista, sin sujeción a límite de altura ni de anchura. Por fidelidad a su
carácter típico, y a la evocación de las luces, fanales o antorchas que simbolizan, debe
evitarse en lo posible emplear partes macizas y cuerpos de construcción opacos. Sin
embargo, son admisibles elementos decorativos que avaloren el conjunto ornamental y
puedan iluminarse por transparencia o reciban la luz brillante de otras partes de la
gayata.
2.ª Queda al arbitrio de la Comisión hacer figurar sus gayatas en el desfile
procesional, si sus dimensiones lo permiten o, en caso contrario, concurrir con un

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